Serigne Mbayé sufrió el racismo en la política: “Sin ser nativo, trabajo para mejorar este país que siento mío”

Los insultos racistas que sufrió una vez más Vinicius Jr. el pasado domingo han entrado de lleno en la campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Sobre racismo, en España, no hay estadística de organismos públicos más allá de los registros sobre denuncias y delitos de odio.

Cuando Unidas Podemos hizo pública la candidatura de Serigne Mbayé a las elecciones del 4 de mayo de 2021 para la Asamblea de Madrid, el candidato recibió numerosos comentarios racistas y xenófobos por redes sociales: “Recibí ataques desde el primer momento. Los recibí porque en el imaginario colectivo está la idea de que sí, podemos entrar en el país, pero que no tenemos derecho a participar activamente en política”, asegura el diputado autonómico. En esta línea también va Estrella Galán, directora general de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado): “En España hay racismo institucional, se niega el derecho a empadronarse a las personas migrantes y no somos conscientes de que es el primer paso para llevar a cabo algunas de las gestiones más simples de nuestra vida diaria”, apunta.

Ya en la Asamblea, como diputado electo, Mbayé ha sufrido numerosos ataques racistas, principalmente de la ultraderecha: “A Vox le gusta el conflicto porque no tienen proyecto, vive de la confrontación y el odio”. El representante de los morados apunta a que la inclusión de personas racializadas en las instituciones ayuda a acabar con el racismo: “Al final cualquier parlamento es un espejo de la sociedad y se producen actitudes racistas. Por ejemplo, una vez en la comisión de cultura, la presidenta hizo un comentario racista, de esos que tenemos normalizados, expliqué que sus palabras habían sido racistas y la presidenta se disculpó. Soy consciente que en ningún momento lo hizo con ninguna mala intención”, recuerda, al tiempo que pone en valor la importancia de la racialización de las instituciones.

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A nivel general, explica Mbayé, “España no es racista, en España hay racismo y mucho y ante esta problemática no valen medias tintas: o eres racista o antiracista”, zanja. En 2017, con datos del último barómetro, los españoles consideraban en una escala del 1 al 10, considerando 1 no ser nada racista y 10 ser mucho, que eran racistas un 2,2. “En España actuamos como si no fuéramos racistas, y negar el problema supone que no se le dediquen recursos públicos, dejamos solas a las víctimas”, afirma Mbayé.

“Vox es racista y clasista, hay una relación directa entre la riqueza y la raza”, mantiene el candidato de Podemos, “Vox intenta enfrentar a los migrantes con la clase trabajadora, hay que combatirlo, todos somos trabajadores y debemos luchar por unas mejores condiciones de vida”, concluye.

En 2013, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, Olivier De Schutter, explicó que las minorías étnicas y raciales se ven “desproporcionadamente afectadas por la pobreza ya que la falta de vivienda, educación y atención sanitria adecuada se transmite de generación en generación”.

Ya como diputado, Rocío Monasterio acusó a Mbayé de entrar “ilegalmente en España” y “colarse” para recibir la nacionalidad. “Yo soy español, sé que les molesta, pero España es muy diversa, aunque no les guste”, responde el diputado cuando recuerda el episodio.

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El propio Santiago Abascal ya hacía diferencias entre migrantes: “Inmigración legal sí, pero inmigración según las necesidades económicas del país. La debemos recibir según la capacidad de adaptación del que emigra, porque no es lo mismo abrir los brazos a nuestro hermanos hispanoamericanos con los que compartimos cultura y visión del mundo que abrir los brazos a otras personas que han nacido en culturas no ya distintas, sino incompatibles con la nuestra”, argumentaba el lider de ultraderecha.

A pesar de “abrir los brazos a nuestros hermanos hispanoamericanos”, durante la campaña electoral del 28-M, la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid ha proferido varios ataques hacia la comunidad latina, en referencia a las bandas juveniles violentas, en Infobae España expuso que “todas las noches hay un apuñalamiento (en Madrid)”, “Odian a los pobres, sean subsaharianos o latinoamericnos, les da igual”, sentencia Serigne Mbayé

Más allá de la Asamblea de Madrid, Vox ha mantenido un discurso similar en el Congreso de los Diputados: “España es un proyecto histórico que no puede estar abierto a cualquiera”, dijo en sesión parlamentaria el diputado Francisco José Contreras, del grupo parlamentario Vox en febrero, “tener el DNI español no te acredita como tal”, afirmó este mismo parlamentario. “Con este tipo de declaraciones demuestran lo que son: españoles de pulserita. No saben lo que es trabajar, aportar con los impuestos y contribuir para crear un país mejor”, “yo sin ser nativo he trabajado para mejorar un país que siento como mío”, concluye.

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Más allá de las declaraciones, el candidato morado intenta ir un poco más allá: “Este tipo de declaraciones no pueden quedar impunes, son odio, generan odio y es necesario que se aplique la ley de forma efectiva”, una ley que según el ministerio del Interior, se aplicó en 91 ocasiones en 2021, de las más de 1.800 denuncias que se llegaron a registrar. Del total, el 35% estaban relacionados con delitos de odio de racismo y xenofobia.

Tal y como se concluye de los datos publicados por el ministerio del Interior, el 90% de los ataques racistas no se denuncian, para Mbayé no se acude a la policía porque “lo tenemos normalizado, si es normal, ¿para que voy a denunciar?”, reflexiona el diputado regional.

En los últimos días, los representantes públicos han rebajado el nivel de racismo en nuestro país alegando que España no es tan racista como otros países, una fórmula que para Mbayé “es peligrosa porque contribuimos al blanqueamiento del racismo, no vale darnos una palmadita en la espalda y decir que somos menos racistas. No, debemos ser antirracistas”, termina.

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