Enrique Ponce y Ana Soria han sido los protagonistas de una de las entrevistas más mediáticas de El Hormiguero, donde acudían en la noche del pasado martes 23 de mayo para conceder su primera entrevista en conjunto. Fueron lo más visto de la noche y lograron un audiencia del 17,4%, es decir, que más de dos millones y medio de personas siguieron la intervención de la pareja, que no solo develó cómo se conoció y cómo fue su primera cita, también los problemas a los que han tenido que hacer frente.
A lo largo de 45 minutos se abrieron al público y narraron algunos de los episodios que han vivido en estos casi tres años que llevan de relación, aprovechando para compartir gestos de cariño y miradas cómplices. Si bien a primera vista todo fue sobre ruedas, lo cierto es que Enrique y Ana vivieron una gran cantidad de emociones que no transmitieron con sus palabras, sino a través de sus gestos. Para conocer a fondo su lenguaje no verbal durante su cita con Pablo Motos, Infobae España se ha puesto en contacto con Sonia El Hakim, experta en comunicación no verbal, directora de Código No Verbal y presidenta de ASENOVE (Asociación Española de Comunicación No Verbal).
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Nada más entrar en el plató del espacio televisivo Ana Soria transmitió una cosa clara con sus gestos: estaba nerviosa. Según la experta, lo hizo a través de dos gestos principales, cargando sus hombros hacia delante y cruzando las piernas mientras se encontraba de pie, un gesto complicado de mantener. “Con esto transmitió que no estaba cómoda sino nerviosa y cohibida con la situación, algo normal teniendo en cuenta que era la primera vez que se sentaba ante las cámaras”.
Además, en varias ocasiones la almeriense se cubrió el pecho con los brazos, protegiéndose. En palabras de Sonia El Hakim este es un “gesto adaptador” que surge en situaciones de vulnerabilidad, como era su caso. “Esto la ayuda a tranquilizarse y tiene una doble función pues también se abrazó a sí misma, protegiendo la zona del pecho y de los órganos vitales”.
Pese a esta inseguridad, en todo momento Ana Soria tuvo al lado a su pareja, que no la descuidó en ningún instante y estuvo muy pendiente de ella, brindándole su apoyo. Ella buscó el cariño de Enrique Ponce, que adoptó un rol protector, a través del tacto con lo que, según la experta consultada por Infobae España, “cumplió la función de calmarla y ayudar a llevar una situación que era estresante para ella”.
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La “mentira”
Sin embargo, lo que más llama la atención a El Hakim es que la pareja hizo una “mentira por omisión” cuando Pablo Motos les preguntó cómo se conocieron. Así explica este concepto la experta: “Una mentira puede adoptar dos formas y ser de falseamiento, que es cuando se inhibe la verdad y se introduce algo que es falso, o de omisión, que es cuando se opta por omitir la verdad. Ambos casos tienen algo en común y es que se miente de forma deliberada y a drede porque no se quiere que se sepa lo que ha pasado”.
En este caso, Enrique y Ana hicieron una mentira por omisión. “La planearon durante toda la entrevista ya que narraron los hechos de cómo se conocieron sin mencionar el elemento contextual elemental de esta historia que es que Ponce estaba casado y tenía familia cuando conoció a Soria. No la mencionan en ningún momento y es algo absurdo porque todos conocemos estos hechos”.
Al no hablar sobre Paloma Cuevas en ningún momento, Enrique Ponce dio a entender que cuando conoció a su actual pareja estaba soltero. Esta intencionalidad se reforzó, en opinión de Sonia El Hakim, con su narración conjunta de la primera vez que se vieron. “Hay una asimetría entre la cantidad de detalles que dan sobre la primera vez que se ven con respecto al resto de la relación. Son tres años de noviazgo que Enrique Ponce resumió en muy pocas palabras, con vaguedad, algo que se hace cuando una persona no quiere que se sepa mucho”.
Para terminar, la presidenta de ASENOVE destaca el momento en el que Pablo Motos les pregunta por su diferencia de edad. “Aunque el presentador se dirigió a Enrique, fue Ana quien contesta y toma la iniciativa. Era un discurso que ya había realizado otras ocasiones, se notaba en su forma de contarlo. Soria utilizó muchas generalizaciones despersonalizadas que se pueden utilizar en cualquier contexto, buscando quitarse esa carga de que no han hecho nada malo”.
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