Oviedo, 24 may. Eterno aspirante al Nobel y al Princesa de Asturias de las Letras, el japonés Haruki Murakami ha conseguido hoy, más de veinte años después de que su nombre comenzase a figurar entre los candidatos al premio literario de mayor repercusión en España, junto al Cervantes, alzarse con un galardón que ha concitado, además, la unanimidad del jurado.
Ya en 2001 el recientemente fallecido Fernando Sánchez Dragó afirmaba haber promovido "con poca esperanza" que se distinguiese a la literatura asiática y para ello presentó las candidaturas del propio Murakami y de la india Arundhati Roy en una edición en la que se impuso el israelí Amos Oz.
Habitual miembro del jurado, el autor de "Gárgoris y Habidis" siguió insistiendo con el escritor japonés y, ocho años después, calificaba de "extravagancia" el premio concedido al albanés Ismail Kadaré cuya obra, afirmaba, no era superior a la de otros candidatos como el autor de "Tokio Blues", Juan Goytisolo o Ian McEwan, otro habitual en las quinielas de los premios Princesa.
Hasta la última ronda de votaciones llegó la candidatura de Murakami en 2012 y 2013 sin que pudiera superar los apoyos obtenidos por el estadounidense Philip Roth y el español Antonio Muñoz Molina en un año en el que, de nuevo Sánchez Dragó, insistió en que se debería haber premiado al autor japonés "para evitar el riesgo", luego no confirmado, de que recibiese el Nobel meses después.
En los años posteriores, el autor que ha introducido a la literatura japonesa en la nómina de galardonados con el Princesa de las Letras siguió siendo propuesto al jurado y, aunque el nombre de los candidatos tiene ahora carácter reservado y apenas hay filtraciones, Murakami nunca dejó de sonar por los pasillos del Hotel de la Reconquista donde celebra sus reuniones. EFE
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