‘The Idol’ vuelve a poner la mirada masculina como problemática y a Sam Levinson en el punto de mira: ¿está la sexualización de la mujer justificada?

La presentación en Cannes de la nueva serie del director de ‘Euphoria’ ha revivido la polémica acerca de cómo se presenta el cuerpo femenino en la pantalla. ¿Revolucionario o machista?

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Imagen del tráiler de 'The
Imagen del tráiler de 'The Idol', la nueva serie de Sam Levinson ('Euphoria') para HBO

Una estrella del pop a la que hay que sacar brillo. Una mujer joven, guapa, encorsetada en los estándares normativos de belleza y con un talento que espera, en la parada del bus de lo normativo, a ser pulido. Una serie que pretende mostrar los carriles infinitos que tiene que atravesar una mujer para conseguir el éxito en una industria falocéntrica y machista. Una serie que, tras su estreno en el Festival de Cannes, ha vuelto a poner en el ojo de mira cómo la mujer es representada en la pantalla y en la ficción.

The Idol, la nueva serie de Sam Levinson (Euphoria) para HBO, ha presentado este lunes sus primeros episodios en el certamen cinematográfico más importante del planeta. En una alfombra roja llena de celebridades y de looks arriesgados -y poco afines a lo que la ciudad marítima francesa acostumbra-, Abel Tesfaye (nombre del artista The Weeknd) y Lily-Rose Depp (hija de Vanessa Paradis y Johnny Depp) se daban un baño de masas y flashes.

La ficción, que se postula como un producto que apelará a los seguidores de la serie que convirtió los maquillajes imposibles en el salvavidas de los sábados de nocturnidad desfasada, ha recibido críticas que apelan a la sexualización del personaje de Depp (además de una escasa puntuación en Rotten Tomatoes). Fotos con semen en su cara que viajan por internet a la rapidez del rayo, escenas de masturbación con cubitos de hielo, pornografía, planos imposibles que descuartizan el cuerpo de ella, proxenetas y clubes de alterne donde una multa es poco más que una anécdota.

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The Idol ha sido bautizada como la Blonde de las series. La película de Andrew Dominik, basada en el libro homónimo de Joyce Carol Oates y protagonizada por Ana de Armas en el rol de Marilyn Monroe, suscitó un tsunami de comentarios negativos. En la cinta, Monroe era un amasijo de barro esperando ser moldeado por los hombres que pasaban por su vida. Una fragilidad exacerbada y una mujer rota. Un llanto de auxilio mientras los pechos de la actriz se expanden y pasean por la pantalla en infinidad de formatos.

“Una odisea en la página de inicio de Pornhub”, ha declarado el periodista de The New York Times, Kyle Buchanan, tras ver los dos primeros episodios de The Idol en Cannes. El paralelismo con la cinta de Dominik no ha tardado en gestarse. Levinson puede haber caído en el error de convertir el sufrimiento de la mujer en una excusa válida para hacer de ésta un picadero de carne. Una exposición del cuerpo como escaparate.

Tráiler oficial de 'The Idol'

Eufóricamente problemático

No es la primera vez que Levinson, que saltó a la fama por Euphoria, está en el punto de mira por algunas de las decisiones que toma en sus proyectos audiovisuales. No en vano, la serie que ha permitido a Zendaya llevarse dos Premios Emmy también tuvo sus particulares controversias. El director ha confirmado en Cannes que ambas series están ambientadas en el mismo universo. Doble ración de polémica.

Sydney Sweeney, que interpreta a Cassie en la ficción de HBO, declaró en una entrevista con The Independent que había hablado con Levinson acerca de las numerosas escenas en la que su personaje aparecía sin ropa en la primera temporada de la ficción. Muchas de ellas, sin justificación para la trama.

“Hay momentos en los que Cassie tenía que ir sin camiseta y yo le decía a Sam: ‘No creo que sea necesario’”, explicó entonces al medio británico. Tras las exigencias, el director decidió hacer caso a la actriz. “Él decía: ‘Vale, no lo necesitamos’. Nunca he tenido la sensación de que Sam me presionara o intentara meter una escena de desnudo [...] Cuando no quise hacerlo, no me obligó”, añadió.

En The Idol, las areolas de Lily-Rose Depp se convierten en un personaje principal. La pornografía escénica parece justificarse en la idea de que Jocelyn (Depp) es una joven estrella del pop que pretende regresar al clímax de su carrera tras la muerte de su madre. Aunque los actores de la serie no han querido confirmar si la trama se basa en las vicisitudes de alguna víctima de la vorágine de la fama, muchos apuntan a Britney Spears como una clara influencia del relato.

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Pornografía y poder

¿Provocación o una mirada sexualizada del cuerpo de la mujer? ¿Visión revolucionaria, ojo de genio o exaltación de patrones problemáticos? Sam Levinson parece haber caído rendido en la teoría de que siempre es más importante que hablen de ti, aunque sea por cuestiones problemáticas. “En ocasiones, las cosas que son revolucionarias tienen que ser llevadas al extremo”, respondía en la rueda de prensa en Cannes del martes.

Su estética ha sido laureada y criticada a partes iguales: algunos ven en su obra una glamurización de las drogas, el sexo, la violencia o la pornografía; otros, un relato que se construye a través de la fuerza de las imágenes. En The Idol, ambas opiniones -y opciones- parecen confluir en una única.

“Creo que la influencia de la pornografía es muy fuerte en la psique de los jóvenes estadounidenses”, ha aclarado Levinson. “Y lo vemos en la música pop y en cómo refleja en cierto modo los bajos fondos de internet”. Jocelyn (Depp) se ve envuelta en una especie de infierno de Dante en el que los intereses están por encima de su integridad como persona y artista. La vulnerabilidad que la rodea la convierte en una muñeca con la que todos quieren jugar.

Lily-Rose Depp y Abel Tesfaye
Lily-Rose Depp y Abel Tesfaye (The Weeknd) posan en la alfombra roja del 76º Festival de Cannes (Reuters)

Problemas en el rodaje

The Idol llegaba a la ciudad francesa del caviar y la alta costura con el peso de un artículo de Rolling Stone que destapó las supuestas malas condiciones que hubo durante la grabación de sus episodios. Mal ambiente de trabajo, reescrituras de última hora del guión y problemas presupuestarios fueron algunas de las diversas acusaciones que la revista musical achacó a la serie.

Varias declaraciones anónimas comparaban la historia del director de Euphoria con “porno de tortura” y afirmaron que el ambiente en plató era caótico y estaba mal gestionado. Tanto los actores como el propio Levinson lo han desmentido.

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“Cuando mi mujer me leyó el artículo, la miré y le dije: ‘Creo que vamos a tener la mejor serie de todo el verano’”, ha respondido Levinson en el festival. Su actriz protagonista ha tildado las acusaciones de Rolling Stone de “falsas” y “malintencionadas”.

“Sam es, por diversas razones, el mejor director con el que he trabajado. Nunca me he sentido más apoyada o respetada en un espacio creativo, ni mis aportaciones y opiniones más valoradas. Trabajar con Sam es una verdadera colaboración en todos los sentidos: para él, lo más importante no es sólo lo que sus actores piensan de la obra, sino cómo nos sentimos nosotros interpretándola”, afirmaba Lily-Rose Depp a Variety sobre la polémica.

No es la primera vez que Levinson afronta problemas que nacen de las cenizas de sus historias. No en vano, la segunda temporada de Euphoria estuvo marcada por el enfrentamiento que el director tuvo con Barbie Ferreira (Kat en la serie). Los rumores apuntaban a que la intérprete no estaba del todo contenta con algunas de las decisiones de guion que Levinson había aplicado a su personaje. El desencuentro se tradujo en una menor presencia del rol de Ferreira en la serie y en el posterior abandono de la actriz de la trama.

The Idol se estrena el 4 de junio en HBO Max. Parece que no necesitará demasiada promoción para convertir la controversia en horas de visionado.

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