Identificados los cuerpos de “los nueve sin nombre”, fusilados en 1937 durante la Guerra Civil

Sus restos se encontraban en una fosa común en el cementerio de Jaca (Huesca) y han sido exhumados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH)

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Trabajos de exhumación en el cementerio de Jaca de nueve asesinados por falangistas. (Óscar Rodríguez/ARMH)
Trabajos de exhumación en el cementerio de Jaca de nueve asesinados por falangistas. (Óscar Rodríguez/ARMH)

Antonio Lalaguna nunca conoció a su abuelo. Maximino Bergua Lalaguna era albañil, vecino de Biescas (Huesca) y sólo tenía 41 años cuando el 3 de septiembre de 1937 fue fusilado por un grupo de falangistas en una tapia del cementerio de Jaca junto a otras ocho personas. Todos fueron arrojados a una fosa común y fueron inscritos en el libro de enterramiento como “los nueve sin nombre”. Ahora, 86 años después y gracias a los trabajos de exhumación que ha llevado a cabo la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) a petición de las familias, podrán ser enterrados de forma digna.

“Es una alegría, sobre todo para mi madre, tener la oportunidad de traer de nuevo a mi abuelo a Biescas”, dice Antonio a Infobae España después de que la semana pasada la ARMH identificó los nueve cuerpos en una fosa común en el cementerio de Jaca. Fue él mismo quien impulsó la búsqueda, ya que cuando se reunía con sus hermanas “siempre era un tema que salía a relucir”, por lo que decidieron ponerse en contacto primero con el resto de las familias -que aceptaron de forma unánime- y después con la ARMH para proporcionarles los datos de los que disponían. “Estoy muy agradecido por todo el trabajo que ha hecho la asociación, por su investigación. Nosotros solo sabíamos que la Guardia Civil fue a buscar a mi abuelo a casa, que se lo llevaron de Biescas en octubre de 1936 a Jaca y que nunca regresó”.

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Su abuelo, explica, no era ni militante de izquierdas ni estaba afiliado a ningún sindicato, “simplemente estaba trabajando por la zona, como el resto de sus compañeros, cuando fueron presos”. “No actuó contra nada ni nadie, pero según nos contaron, en unas elecciones le dijeron que si votaba a cierto partido le darían trabajo y, a raíz de eso, le señalaron como republicano”, relata Antonio.

Detenidos como represalia

Desde la ARMH aportan algunos datos más y explican que al comienzo de la guerra, según cuentan los testimonios, fueron destruidas unas pilonas que transportaban electricidad a Biescas y otros municipios cercanos “y esto fue utilizado como excusa de sabotaje por la Guardia Civil y la Falange” para detener a esos nueve vecinos del pueblo como represalia entre octubre y noviembre de 1936. Después fueron encarcelados en el seminario de Jaca, habilitado como prisión por los golpistas y en el fuerte Rapitán, una fortaleza también utilizada como cárcel, y el 2 de septiembre de 1937 los trasladaron a la ermita de La Victoria, cercana al cementerio de Jaca, “para ser asesinados al día siguiente en la tapia este del cementerio”, precisa la ARMH.

Es ahí donde se les enterró en una fosa común y fueron inscritos en el libro de enterramiento como “los nueve sin nombre”. En el cementerio de Jaca, recuerda la ARMH, fueron inhumadas 407 víctimas que fueron asesinadas por los golpistas tanto en la ciudad como en la comarca.

Imagen de las víctimas represaliadas en Jaca (ARMH)
Imagen de las víctimas represaliadas en Jaca (ARMH)

Antonio explica que en los años posteriores a la guerra el Ayuntamiento de Jaca planteó la posibilidad de exhumar a los 407 fusilados “para meterlos en un osario”, opción que fue rechazada por las familias. Las de Biescas, añade, decidieron “hacer una cubierta de hormigón” donde estaban enterrados sus familiares, pues gracias a los testimonios de testigos y del propio enterrador sabían con certeza dónde se encontraban.

“Creo que todo el mundo tiene derecho a recuperar los restos de sus familiares y darles un descanso digno, porque no se trata de remover el pasado, sino de cerrar una herida”, concluye.

Además de Maximino, los otros ocho represaliados que la ARMH ha logrado recuperar son Antonio Fanlo Maza, Nicasio Isabal Cajal, Esteban Aínsa Aso, Joaquín Gracia Claver, Ramón Cajal López, Benito Lalaguna Callavé, Agustín Villanúa Batalla y Juan Artigas Martínez.

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