ETA ha vuelto al debate político (a pesar de que desde el año 2012 solo es la principal preocupación para el 1% de los españoles). El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) avivó el avispero haciendo público que más de 40 condenados por pertenecer a ETA formaban parte de algunas listas de EH Bildu, siete de ellos con delito de sangre. La derecha vio entonces un filón.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Pedro Sánchez de ser “un presidente más generoso con los verdugos que con las víctimas”. Pero quien calentó el debate fue Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña está acostumbrada a marcar el camino dentro de su propio partido. Y la agenda nacional. En un desayuno informativo, la nueva lideresa aseguró que ETA “está viva” y “en el poder”.
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Ayuso, que sabe que tiene que rascar votos a Vox para hacerse con la mayoría absoluta, señaló que la banda terrorista, disuelta oficialmente en 2018, “vive de nuestro dinero, quiere destruir España, privar a millones de españoles de sus derechos constitucionales y provocar una confrontación (...) Quizá los jóvenes no lo saben, pero hubo un tiempo no tan lejano en que lo primero que hacían los españoles al salir de casa era mirar debajo del coche por si les habían colocado una bomba lapa”.
ETA ya no mata. Pero su recuerdo sigue generando dolor y polémica. Víctimas de la banda terrorista se revolvieron contra las palabras de Ayuso. Por ejemplo, el periodista Pablo Romero, hijo de un asesinado por un comando etarra, exigió a Ayuso que dejara de decir “barbaridades”. “Ahórreme el dolor de ver que ETA sigue viva en su boca. Se lo pido por favor, casi por caridad, si de verdad quiere respetar a los afectados por el terrorismo que luchamos por la memoria y la justicia”, escribió en su cuenta de Twitter.
Daniel Portero es hijo de un fiscal asesinado por ETA y presidente de la asociación Dignidad y Justicia. Desde hace años es diputado autonómico del PP, ya que decidió dar el salto a la política. “Yo hago ahora lo mismo que hacía antes, defender la memoria de las víctimas, lo que pasa es que estar en la tribuna política te permite que tu mensaje se amplíe”, señala a Infobae España. ¿Está de acuerdo con las palabras de Ayuso, su jefa de filas? “Sí, lo estoy, aunque ETA ya no tenga pistoleros que mate, basta con ver los sumarios judiciales para saber que los aparatos de falsificación y acogida en el extranjero siguen activos”.
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Eulogio Paz es el portavoz de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, que incluye a víctimas de ETA. Es el sucesor de la mediática Pilar Manjón, que sufrió muchas críticas por parte de la derecha. “Se nos acusó de ser políticos cuando nosotros no estamos en política. Son otros lo que han dado ese paso”, señala Paz, que recuerda que él pidió la dimisión de Mari Mar Blanco (hermana del concejal asesinado por ETA) cuando era presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, la entidad estatal que aglutina a las asociaciones y fundaciones de víctimas. Blanco ha tenido varios puestos dentro del PP, y actualmente es diputada con Ayuso. “Pedí su dimisión porque me representaba a mí, a todas las víctimas, que debemos estar al margen de intereses partidistas”.
Paz asegura que las declaraciones de Ayuso han sido “inaceptables” y asegura “que en el fondo hay gente que le gustaría que ETA siguiera viva. Les molesta que la banda terrorista haya desaparecido porque les venía mejor para hacer cierto tipo de política”. Maite Araluce es presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que aglutina a 4.800 víctimas, y reconoce que, por ejemplo, los estatutos de su entidad señalan que no se puede militar en ningún partido político mientras sea presidenta. “Pero una vez que lo deje, nadie me lo debe impedir. Estaría bueno que los terroristas puedan ir en una lista electoral y yo como víctima no pueda. Tengo los mismos derechos”. Por ejemplo, su antecesora en el cargo y presidenta de honor de la AVT, Ángeles Pedraza, es ahora alto cargo en el Gobierno de Ayuso.
Araluce incide en que no hay ningún desequilibrio entre salvaguardar la memoria de las víctimas y el uso partidista que pueden hacer algunos políticos del dolor causado por ETA. “Es que yo parto de la base de que nadie me está utilizando. A mí no me ofende que alguien diga que ETA está viva. Las víctimas somos el escudo de la democracia”.
“Estaría bueno que los terroristas puedan ir en una lista electoral y yo como víctima no pueda”, señala Maite Araluce, presidenta de la AVT
Este diario ha intentado hablar con Consuelo Ordoñez, presidenta de Covite, la asociación que destapó la lista de exetarras en la candidatura de EH Bildu. Ha declinado hablar con Infobae España porque “está absolutamente agotada tras muchos días de exposición mediática al máximo nivel”. Pero las palabras que ha pronunciado estos días han sido elocuentes: “Ayuso no tiene cultura democrática. ¿Cómo se puede decir que ETA está viva? ¿Es lo mismo ETA matando que ahora? Por supuesto que no. Decir esas barbaridades, que son muy dolorosas para las víctimas, es faltar al respeto a sus propios compañeros asesinados, los que murieron por esa palabra que a ella tanto le gusta: la libertad”, ha señalado en una entrevista a El País.
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