La energía hidroeléctrica está acusando la ausencia de precipitaciones que se ha producido en las últimas semanas. Esta persistente sequía ha provocado –en lo que va de mes de mayo– un descenso del 35% de la producción de este tipo de energía, que ya venía lastrada por un desplome histórico durante el pasado año. Con esta situación, el sector ya comienza a asimilar otro verano a la baja.
Pese a un invierno que se caracterizó por un alto nivel de lluvias, que elevaron la producción casi un 70% en comparación con el mismo periodo del año anterior, la entrada de esta temporada anómala, con altas temperaturas y bajas precipitaciones, hace que las centrales ya empiecen a contemplar un periodo estival difícil. Solo en la primera quincena de mayo, la producción hidroeléctrica ha alcanzado los 836 GWh frente a los 1264 GWh registrados en el mismo periodo de 2022, lo que supone casi un 35% menos, según los datos de Red Eléctrica.
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Con estas cifras, la energía hidroeléctrica se encamina hacia otro año negro. En 2022, la producción alcanzó los 17.900 GWh, su menor cifra en más de 30 años, y un 40% menos que en 2021. La caída en la producción de las renovables dio entrada a otras energías: las centrales de gas elevaron un 50% su producción, mientras que los ciclos combinados determinaron casi el 25% de toda la energía generada.
España encadena dos años dramáticos
El descenso del peso de la producción renovable –energías mucho más asequibles a la hora de determinar los precios del pool– puede verse reflejado en un encarecimiento de la factura durante el verano. “Habrá que ver si el autoconsumo sigue con la inercia que lleva y es capaz de seguir retrotrayendo de la demanda, hay que ver también la temperatura, cómo se comporta la energía eólica y, también, el gas, en aquellas olas de calor que hagamos uso de las centrales de ciclo combinado” apunta Antonio Aceituno, CEO de Tempos Energía.
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España encadena dos años dramáticos en lo que a sequía se refiere. El año pasado hidrológico, que empieza en el mes de octubre, cerró como el tercero más seco de la historia: las lluvias acumuladas fueron un 16% menores que el promedio y la temperatura media diaria superó los 15 °C por primera vez, lo que obligó a algunas regiones a llevar a cabo políticas para limitar el uso del agua. Y el presente ejercicio va por el mismo camino.
Desde el pasado 1 de octubre el valor acumulado de las precipitaciones fue de 346 litros por metro cuadrado (mm), un 26% menos de lo esperado, teniendo como referencia los datos del período 1991-2020. Así, en los cuatro primeros meses de 2023 se han recogido en toda España un total de 112 litros por metro cuadrado, es decir, 138 litros por metro cuadrado por debajo de lo normal, lo que convierte a este periodo en el más seco de toda la serie histórica.
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