Las consecuencias de suspender el Gran Premio de Imola: grandes pérdidas económicas, se anula la nueva clasificación y cambio de planes para Alonso y Sainz

Aston Martin aplaza la introducción de sus mejores hasta la cita de Canadá, del 16 al 18 de junio, mientras que Ferrari las implantará dos semanas antes en España. Por otro lado, el nuevo sistema de clasificación se pospone a Hungría

Alonso al frente de su Aston Martin en el Gran Premio de Miami (Jasen Vinlove-USA TODAY Sports).

El ciclón Minerva ha hecho estragos a su paso por la región italiana de Emilia-Romaña. Las lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del río Santerno, colindante al circuito, y sus inundaciones desencadenaron en la suspensión del Gran Premio de Imola. Una decisión que nadie quería tomar, pero que es la más sensata teniendo en cuenta el estado del trazado y de la meteorología. “Es una decisión difícil, pero que había que tomar. Creo que es bastante lógica dado lo que está pasando. No había alternativas, quizás la pista hubiera sido pasable, pero el contexto es mucho mayor. La complejidad de organizar un evento éste involucra personas, logística y servicios”, explicó Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1

Las escuderías, que se preparaban para iniciar la gira europea y disputar la primera de las tres carreras en tres fines de semana consecutivos, tendrán siete días más de espera hasta que los motores vuelvan a rugir. La reanudación será el próximo fin de semana en uno de los trazados más emblemáticos de todo el calendario: Montecarlo. Hasta entonces, una vez superado el susto, las escuderías analizan las consecuencias de no correr en Imola. En lo económico se vaticinan grandes pérdidas, ya que las escuderías habían movilizado sus camiones, el paddock estaba preparado y las televisiones instaladas en el circuito. Los daños deportivos también son cuantiosos.

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Aston Martin aplaza las mejoras hasta Canadá

El inicio de la temporada europea en Imola era el momento ideal para que las escuderías introdujeran los paquetes importantes de mejoras en los que llevan trabajando durante meses. El debate interno que mantiene cada equipo ahora es en qué momento resulta más conveniente insertar las novedades. La siguiente cita será en Mónaco, cuyo trazado urbano y revirado no invita a los cambios. Además, el Gran Premio tiene un 75% de probabilidades lluvia, por lo que es aún menos idóneo.

El circuito de Imola, inundado por el desbordamiento del río Santerno (REUTERS/Jennifer Lorenzini).

El Aston Martin se encuentra en plena fase de crecimiento y desarrollo. Aún dispone de un 37% más de tiempo para trabajar en el túnel de viento que Red Bull, sin embargo, esa ventaja tiene fecha de caducidad: el 1 de julio. Al ser la segunda escudería en el Mundial de Constructores, verán como el inicio de la segunda mitad del calendario reduce su tiempo de trabajo. Por ello, el equipo de Alonso está en plena ebullición. Las mejoras que tenían para Imola no se introducirán en el AMR 23 hasta el Gran Premio de Canadá, dentro de un mes. Ni Mónaco ni España serán los escenarios en los que montarán las actualizaciones.

La medida de la escudería británica choca con la decisión de Ferrari. Los de Maranello buscan dar un giro de 180 grados a su rendimiento y por ello ya traían a Imola una nueva suspensión trasera. Su incorporación deberá esperar, pero, al contrario que Aston Martin, no aguardarán hasta Canadá: el nuevo SF23 debutará en España. En cuanto a Mercedes, podría decirse que es la escudería más afectada. Las flechas de plata aplazan su gran remodelación aerodinámica para acercarse más a los Aston Martin. La nueva suspensión delantera, tapa motor y suelo se presentarán en sociedad en el circuito de Barcelona.

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La nueva clasificación se queda sin debutar

Además de mejoras, Imola también traía consigo la entrada de una nueva norma en la sesión de clasificación para mejorar la sostenibilidad de la F1. El juego de neumáticos disponibles para los equipos iba a ser de once en lugar de trece y los pilotos estaban obligados a montar las gomas más duras en Q1, medias para la Q2 y blandas en Q3. Con esta idea se busca que las escuderías tengan más neumáticos los domingos para facilitar un mayor número de posibilidades estratégicas.

La suspensión del Gran Premio aplaza hasta Hungría la incorporación de esta norma. A principio de temporada estaba previsto que dicha regla tuviera validez en dos carreras, con lo cual, Pirelli y FIA deberán tratar en qué otro circuito se lleva a cabo. Otra de las novedades que se quedará en el tintero es la presentación del nuevo neumático de agua que, según el fabricante italiano, no necesita calentadores para su correcto funcionamiento. Imola ya es historia y el Gran Circo ya tiene su mirada puesta en Mónaco, donde Alonso confía en pelear por el triunfo.

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