“Pues nosotros queremos llevar naturaleza y salud a los patios y a las azoteas. Y vamos a hacerlo de esta manera: que cada balcón de Madrid tenga una planta”. La frase la soltó Isabel Díaz Ayuso en la parte final del debate que este martes protagonizaron en Telemadrid los cinco principales candidatos a la Comunidad. Tras hablar de sanidad, educación, economía, lanzarse ataques, pullas y reproches, los políticos madrileños decidieron dedicarles unos minutos a sus propuestas ‘verdes’.
Ayuso no profundizó más en esta medida. No concretó que si gana las elecciones su Gobierno regalará esta planta a cada ciudadano para que la muestre orgulloso en su terraza. O si los madrileños deberán comprarla de su bolsillo. O si fue simplemente un brindis al sol. De hecho, esta medida no está en el programa electoral con el que Ayuso se presenta a los comicios del próximo 28 de mayo.
Y es que la promesa de plantar algo siempre ha sido una tónica en los programas del PP. Esperanza Aguirre, presidenta madrileña entre 2003 y 2012, se comprometió a principios de 2006 a plantar 15 millones de árboles de 52 especies autóctonas diferentes que cubrirían 15.000 hectáreas de Madrid en cinco años. Nunca hubo balance de esta medida. La nueva presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, se comprometió en 2019 a repoblar “500.000 árboles, potenciando el papel de nuestros bosques como sumideros de CO2″. Tampoco hay balance.
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En el programa de 2023 ya no aparecen compromisos numéricos. Solo aparecen dos propuestas que vislumbran algún tipo de plantación. “El Arco Verde se completará con los últimos 100 Kilómetros, enlazando 25 municipios del Área Metropolitana”. Y segundo: “Realizaremos una gestión forestal activa en 15.000 hectáreas, para aprovechar los recursos naturales y disminuir el riesgo de incendios”.
Quién sí se ha mojado es Más Madrid. El programa de Mónica García promete “el cierre de un gran Cinturón Verde Metropolitano de Madrid, que conecte el corredor ecológico del Suroeste y el Parque Regional del Río Guadarrama”. Este objetivo es la plantación de más de un millón de árboles y arbustos autóctonos. Para Más Madrid hay que intentar cumplir la premisa 3-30-300, es decir, que cualquier persona pueda ver tres árboles desde su ventana, tener un 30% de su barrio con superficie verde, y que a 300 metros de su casa haya una zona natural.
Los socialistas tampoco se atreven a dar una cifra. En el programa de Juan Lobato solo aparece el compromiso de “repoblar terrenos forestales públicos, áreas protegidas y grandes parques: persiguiendo el objetivo de aumentar la densidad de arbolado, contribuyendo a mejorar la calidad del aire en la región, reducir el efecto de la desertificación y compensar la huella de carbono”.
En el ideario de Vox no está lo verde (aunque es su color corporativo). En el debate de este martes Rocío Monasterio apostó porque en los colegios e institutos se estudie más historia de España y menos cambio climático, es decir, más pasado y menos futuro. Por su parte, Unidas Podemos, que confluye en estas elecciones con IU y Alianza Verde, lleva varias propuestas de ‘territorio sostenible’, aunque sin dar cifras de plantaciones: “renaturalizar espacios naturales”, señala la formación de Alejandra Jacinto sin concretar.
En la Comunidad de Madrid los terrenos forestales ocupan 442.352 hectáreas; es decir, el 55,11% del territorio de la región. Esta superficie se distribuye en monte arbolado (29%) y monte desarbolado (el resto). El papel de los árboles es clave. Actúan como sumideros de carbono, es decir, absorben CO2 (cada ejemplar puede absorber hasta 150 kg de CO2 en 40 años) y, a su vez, generan oxígeno (22 árboles suplen la demanda de oxígeno de una persona al día). Otro beneficio es que su colocación estratégica en áreas urbanas puede bajar la temperatura del aire entre dos y ocho grados.
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