El Banco de España alerta de que el impuesto extraordinario mermará un 5% del beneficio de las entidades

Prevé que el IPC crezca más del 1,6% previsto para este año y solicita la creación de un Fondo de Garantía de Depósitos europeo

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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Los buenos resultados presentados por los bancos en el primer trimestre del año se verán ensombrecidos por el impuesto extraordinario a la banca aprobado por el Gobierno, ya que, según el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, supondrá para las entidades una merma de beneficios del 5%.

“La recaudación del gravamen extraordinario temporal sobre los resultados del sector bancario equivaldría previsiblemente en 2023 a un importe igual al 5% del resultado neto consolidado de 2022″, señaló durante su intervención en el foro IESE Banking.

Más optimista se mostró ante la evolución de la economía española, en línea con otros organismos e instituciones que han mejorado las previsiones de crecimiento para este año.

Considera que el PIB puede crecer por encima del 1,6% previsto en las últimas proyecciones realizadas por el Banco de España, y que podría superar el 2% de promedio en 2024 y 2025.

Atribuye el crecimiento del PIB a la disminución de la inflación, “con la consiguiente recuperación de la confianza y de las rentas reales de los agentes”, a la desaparición de las disrupciones en las cadenas productivas globales y al despliegue de los fondos vinculados al programa Next Generation EU.

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Persiste la incertidumbre

No obstante, cree que estas proyecciones al alza están sujetas a “una incertidumbre muy elevada”, y reconoce que existen riesgos de que se materialicen escenarios menos positivos.

Entre los que destaca la duración de la guerra de Ucrania, que “sigue siendo la principal fuente de riesgo”.

Otro motivo de preocupación, en su opinión, es “el curso futuro de la economía mundial”, en un contexto de endurecimiento de la política monetaria a nivel global y de riesgos geopolíticos significativos.

Incidió en que un factor importante para que las perspectivas de crecimiento se cumplan es que “se concrete la desinflación proyectada”, debido a que la persistencia de tasas de inflación elevadas ralentizaría la recuperación.

Argumenta que “en caso de observarse dicha persistencia en el área del euro en su conjunto, conduciría a un endurecimiento adicional de la política monetaria y, por tanto, de las condiciones financieras”.

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La necesidad de un FDG europeo

Hernández de Cos destacó que los bancos del área del euro y, en particular, los españoles presentan, en términos agregados, “una alta capacidad de resistencia y posiciones de solvencia y de liquidez elevadas” gracias a la reforma regulatoria aplicada por la UE a todas las entidades bancarias.

Regulación que, a su juicio, tiene que dirigirse ahora a una mejora de la gobernanza y del funcionamiento de la Unión Económica y Monetaria, lo que contribuiría “a reducir la vulnerabilidad del sistema financiero europeo”.

Para ello considera necesario impulsar la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos (FGD) “plenamente mutualizado”, que, en su opinión, aumentaría la confianza de los ciudadanos y de los mercados, y contribuiría a compartir riesgos en el área del euro y, por tanto, “a reducir potenciales episodios de fragmentación”.

Además, cree que ayudaría a alinear la responsabilidad financiera con los mecanismos de toma de decisiones de supervisión bancaria y resolución, que ya se encuentran centralizados.

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