El esperado debate de Telemadrid (el único que se va a celebrar con los cinco principales candidatos a la Comunidad de Madrid en las elecciones del 28 de mayo) no defraudó en el guion esperado: todos contra Isabel Díaz Ayuso y Ayuso contra Pedro Sánchez. No fue un debate especialmente brillante, pero tuvo sus momentos de especial tensión. El primer minuto que tuvieron todos los aspirantes dibujó el camino que iba a tomar cada uno.
Mónica García (Más Madrid) sabía quien era el rival a batir, interpelando siempre a Ayuso. Juan Lobato (PSOE), que llegó a la sede de la tele pública acompañado de su mujer, intentó adoptar un papel institucional, constructivo y planteando propuestas. Rocío Monasterio (Vox) atacó por igual a la izquierda y a Ayuso (seguramente su futura socia de Gobierno), Alejandra Jacinto (Unidas Podemos-IU-Alianza Verde) tenía preparada la mayor afrenta a la presidenta madrileña (en la segunda parte del debate se puso una camiseta con la cara del hermano de Ayuso), y Ayuso ya soltó las palabras “ETA” y “okupas” en sus primeros 60 segundos. Todo en orden.
El debate, demasiado largo, se dividió en cuatro bloques temáticos. El primero versó sobre economía. La izquierda se centró en la “desigualdad fiscal” que hay en la comunidad de Madrid. Lobato apostó por más industria y menos “Eurovegas y Fórmula Uno”. Aseguró que la deuda madrileña ha crecido con el PP hasta los 30.000 millones de euros, mientras el PP perdona 992 millones de euros en impuestos al 0,2% de los madrileños más ricos.
Mónica García apostó por dirigirse siempre a Ayuso en sus intervenciones. “Míreme a la cara”, le repitió más de una vez. “Necesitamos una economía sana que no sea deprededora, usted quiere más ultrarricos y nosotros más pediatras”, señaló la candidata de Más Madrid, que incluso se permitió citar a la reina Letizia, que acaba de señalar en un discurso que “sin salud no hay salud mental”. Pues “sin salud no hay empleo”, añadió García.
Alejandra Jacinto recalcó (es uno de sus compromisos estrella) que recuperará el impuesto de sucesiones y donaciones para los que tienen un patrimonio superior al millón de euros y soltó la primera pulla a la presidenta en este primer bloque. “Ahora que no tiene el pinganillo, responda a la siguiente pregunta”, le dijo para explicar que los que más ganan menos impuestos pagan. “Si tienes unos ingresos de 23.000 euros anuales te ahorras 167 euros, si ganas 100.000 te ahorras 1.343 euros”.
Monasterio repitió uno de sus mantras de esta campaña: “reducir el gasto político ineficaz”. Las cuentas de Vox incluyen 100 millones en los edificios de las consejerías en las calles más caras de Madrid, 127 millones en publicidad institucional, 15 millones en sueldos de diputados que se pueden ahorrar, y 27 millones que reciben los sindicatos. Todo esto lo quiere eliminar.
Ayuso sabía lo que le esperaba. Y quiso obviar los ataques que le llegaban, evitar el cuerpo a cuerpo con sus rivales, y soltar su mensaje: bajada de impuestos, “que la cultura del esfuerzo predomine sobre la cultura del subsidio”, la propiedad frente a la okupación, y los primeros ataques a Sánchez y la izquierda: “Casi la mitad del sueldo de los españoles se lo lleva el Gobierno, que persigue a los autónomos (...) La izquierda busca la lucha entre ricos y pobres, trae mentira y pobreza (...) la gente viene a Madrid huyendo de las “dictaduras bolivarianas”.
Transportes y vivienda
El segundo bloque animó un poco el debate. No mucho, pero calentó motores para lo que vendría después. “Ayuso no ha hecho nada en cuatro años en temas de vivienda. “Usted es más de Avalmadrid [en relación con el crédito público que recibió la familia de Ayuso y nunca fue devuelto]. Usted no tiene cultura del esfuerzo, la mordida que se llevó su hermano suponen 10 años de sueldo de un madrileño”, le espetó la líder de Más Madrid.
Por su parte, Alejandra Jacinto aseguró que ella ha hecho más por la vivienda pública que la presidenta. “Usted ha entregado cero viviendas públicas y yo al menos he recuperado 1.721 viviendas que el PP vendió a los fondos buitre”. Cómo no, en este bloque salió a colación los problemas que están teniendo 600 familias de San Fernando de Henares por culpa del defectuoso trazado del Metro. “Usted no hace política de vivienda, usted destroza las viviendas de los madrileños”.
Lobato, que siempre miraba a cámara, a los televidentes, y pocas veces a sus rivales, propuso ayudas de 300 euros mensuales para pagar el alquiler, una red de autobuses eléctricos para conectar las 29 ciudades metropolitanas más importantes sin necesidad de pasar por la capital, y una tarifa única de transporte en toda la comunidad.
La derecha aprovechó este bloque para soltar el discurso en el que más cómodo se siente. Vox señaló que las propuestas de la izquierda “traen el modelo cubano de la miseria y la expropiación. La izquierda protege a los delincuentes y a los okupas”. Ayuso, en clave nacional, aprovechó para recordar que la ley estatal de vivienda de Sánchez fue pactada con Bildu. “La ultraizquierda espanta la inversión”. Y presumió que el transporte de Madrid es el “rápido y accesible”, menos las Cercanías, que depende de Sánchez.
Sanidad y educación
Los pilares del Estado del bienestar protagonizaron el tercer bloque. Y aquí se calentó el debate. Monasterio realizó la primera performance de la noche cuando habló de los ‘menas’ [los menores inmigrantes no acompañados], rompiendo un cartel en el que había asegurado que mantener a cada uno de ellos costaba a las arcas públicas unos 4.000 euros. “Me equivoqué, pido perdón, cada uno cuesta 6.400 euros”. La líder de Vox señaló que con ese dinero se podría pagar mejor a médicos y profesores. “Es usted despreciable”, le contestó García. “Son personas que nos merece nuestro respeto”, señaló Lobato.
Pero la bala la tenía preparada Alejandra Jacinto. Sacó al debate la pandemia y los más de 7.000 mayores que murieron en las residencias. “No ha perdido perdón. Tiene que dar explicaciones y no esconderse de la verdad, es lo más demencial que hemos vivido”. La líder de Unidas Podemos decidió entonces entregar a la presidenta el libro que ha escrito Alberto Reyero, ex consejero de Ayuso, que analiza en un relato crudo cómo actuó la Comunidad durante esta crisis sanitaria. “No invada mi espacio”, le contestó Ayuso, rechazando el libro (titulado ‘Morirán de forma indigna’) que le dejaba Jacinto en su atril. “Usted protagonizó la peor gestión de la pandemia y dejó morir de forma indigna a nuestros mayores en las residencias”, recalcó García.
Ayuso aguantó el tipo como pudo, pero se la vio muy molesta. Su momento más delicado. “Me han llamado asesina y han retorcido ustedes el dolor de las familias”. En este apartado, Ayuso propuso poco: “quiero jóvenes con futuro, con cultura del esfuerzo”. Nerviosa por lo que había pasado, Ayuso intentó reconducir esta parte del debate anunciando que “vamos a construir la primera residencia de para enfermos ELA mientras Sánchez abandona a estos enfermos”. Otro recado más al Gobierno.
La estrategia de Ayuso estaba claro. No ha respondido a muchos de los ataques y ha mencionado lo que había venido a decir: ETA, críticas a Pedro Sánchez, nuevas rebajas de impuestos, críticas a la izquierda (”me han puesto todo tipo de trabas”), y también a Vox (”no tenemos presupuestos porque todos han votado en contra”. El debate concluyó después de dos horas y 20 minutos. Ha sido la primera y la última ocasión en la que Ayuso se enfrentará cara a cara al resto de candidatos a la presidencia. Las encuestas le son favorables y no quiere más riesgos. Ayuso terminó el debate como empezó: “Sánchez es el gran problema que tenemos ahora mismo. Odia Madrid y una España unida”.
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