Los San Isidro más políticos: las chulapas de Aguirre, una Ayuso aún desconocida o el escrache de Villacís

La romería de San Isidro se convierte cada 15 de mayo en el enclave político por excelencia, en el que el ambiente festivo y la encuentro de todas las ideolgías en la pradera siempre dejan alguna anécdota

El expresidente del Partido Popular Pablo Casado acompañado por Isabel Díaz Ayuso en la Pradera de San Isidro en el año 2019 (EFE/J.J. Guillen)

Año tras año la pradera de San Isidro se llena un día como hoy, 15 de mayo, de políticos y visitantes que van a celebrar al patrón más castizo. Ya es tradición ver a los líderes madrileños de todos los partidos con traje de chulapos o con mantón de Manila, que en casetas decoradas con sus siglas y colores aprovechan para seguir con su agenda en un ambiente mucho más festivo y rodeados de simpatizantes, periodistas y visitantes.

La fiesta se celebra todos los años, excepto el 2020 que coincidió con la primera ola de covid y, salvo excepciones, tiene como epicentro la pradera de San Isidro. Allí comienzan a llegar los líderes políticos -los madrugadores a primera hora y otros al mediodía- y entre rosquillas, gallinejas y chotis siempre se cuela alguna anécdota.

Las campañas de las elecciones municipales y autonómicas suelen concidir con San Isidro, por lo que las romerías más políticas son, sin duda, las electorales. Fue el caso del año 2011, que tuvo como protagonista a Esperanza Aguirre. A una semana de ganar las elecciones y conformar así su tercer y último mandato en la Comunidad de Madrid, la líder del PP se rodeó de 16 chulapas que modificaron el pasodoble de ‘la Calle de Alcalá’ para la ocasión: “Por la calle de Alcalá, Esperanza viene y va, pico y pala apoyaos en la cadera, de Alcobendas a Aranjuez, de Buitrago a Leganés, todos quieren que se presente otra vez’, entonaban sus acompañantes.

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La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la Pradera de San Isidro para celebrar con asistentes, simpatizantes y afiliados las fiestas de la capital (EFE/Víctor Lerena)

Aguirre también fue la comidilla del San Isidro de 2014, pero no por su presencia, sino por su ausencia. Era tradición verla paseando por la pradera vestida de chulapa. Por eso, el 15 de mayo de 2014, fue muy comentado que no fuese ni al acto institucional del Ayuntamiento de Madrid ni pasease por la pradera. Aguirre esquivó así a la prensa una semana después de que trascendiese la noticia de que había arrollado con su coche una moto de un agente de movilidad en plena Gran Vía.

El año 2015 también fue electoral. Ese año los visitantes de la Pradera pudieron ver como la entonces candidata del PP Cristina Cifuentes bailaba un chotis e intercambiaba su abanico azul del PP por el naranja de Ciudadanos que pertenecía a Begoña Villacís. Cifuentes, junto con Aguirre y Mariano Rajoy habían protagonizado dos días antes una de las imágenes de la campaña: un paseo por Madrid Río en bicicleta eléctrica al más puro estilo de Verano Azul.

El expresidente del PP y del Gobierno, Mariano Rajoy, y las expresidentas de la Comunidad y al Ayuntamiento, Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre, dan un paseo en bici por Madrid Río (EFE/Javier Lizón)

También en tono electoral fue el San Isidro de 2019, cuando ya entraron en el tablero político las fichas de Vox y Más Madrid. Rocío Monasterio y Javier Ortega-Smith se estrenaron con el chotis que Agustín de Lara le dedicó a la ciudad, aunque lo modificaron para cargar contra la alcaldesa Manuela Carmena: “Madrid, Madrid, Madrid, Carmena qué poco te queda por aquí. Madrid, Madrid, Madrid, limpiaremos las aceras ya por fin. Abriremos esa almendra que cerraste, arruinando al comerciante que sólo quería vivir, Madrid”, desafinaron ante los asistentes.

Fue en 2019 cuando Begoña Villacís, embarazada de nueve meses, sufrió un escrache por parte de los activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Algunos de ellos también fueron a protestar a la caseta del PP, donde el protagonista era el entonces líder Pablo Casado y la actual presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ocupaba un segundo e incluso tercer plano.

La vicealcaldesa Begoña Villacís y el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Aguado, en San Isidro de 2019 (EFE/J.J. Guillen)

Mientras que en 2020 no se celebró San Isidro ya que coincidió con el confinamiento, el de 2021 no dejó grandes anécdotas pese a ser electoral, ya que las medidas sanitarias del covid impidieron que se celebrase en la pradera. El Ayuntamiento de Madrid acogió un acto institucional en el Palacio de Cibeles que reunió a las exalcaldesas madrileñas Ana Botella y Manuela Carmena, a Ayuso, al expresidente José María Aznar y al entonces líder del PP, Pablo Casado. La gran ausencia más sonada fue la de Ignacio Aguado, que dos meses atrás había perdido la vicepresidencia de la Comunidad de Madrid fruto de la tensa coalición que mantenía con Ayuso.

En 2022 el PP aún se estaba recuperando de la crisis interna que acabó con la caída de Casado. Ayuso y Almeida hicieron equilibrios para forzar una tregua en San Isidro, pero la tensión era palpable ya que sólo quedaba una semana para que la presidenta madrileña se convirtiese también en presidenta del PP de Madrid.

El San Isidro de 2023 vuelve a ser electoral y promete recuperar el tono festivo de los anteriores a 2020. Las anécdotas que deje este lunes en la pradera están aún por escribir.

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