A mitad de esta semana tendrá lugar, en Madrid, el principal evento de defensa de España: Feindef, una feria en la que se darán cita los actores principales de uno de los sectores más fuertes e innovadores del tejido industrial nacional y que ha colocado al país entre los 10 mayores exportadores de armamento del mundo. Si bien la industria aún no ha recuperado las cifras de antes de la pandemia, en 2021 –último año con datos– facturó 7.065 millones de euros, según la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae).
La importancia en la economía española del sector queda reflejada en los datos. Las empresas de defensa ocupan de forma directa a 25.300 personas y de manera indirecta e inducida 81.200 trabajadores, es decir, en total supone el 0,5% del empleo nacional. Además, son uno de los mayores contribuyentes a las arcas del Estado que recauda, siempre de acuerdo a Tedae, 1.434 millones de euros en ingresos fiscales por la contribución económica de la industria.
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Asimismo, desde la entidad que aglutina a las empresas del sector afirman que su actividad contribuye de manera directa e indirecta en 9.513 millones, lo que significa un impacto equivalente al 0,8% del PIB nacional que se genera por el efecto de arrastre de estas compañías. El sector también aporta el 8,7% del gasto español en I+D+i, dado que destina el 10,7% de su facturación a proyectos de innovación tecnológica.
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Una industria con espíritu exportador
El sector de defensa español forma parte de la élite de la industria militar internacional y, de acuerdo al Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), ocupa el noveno puesto entre los países con el mayor porcentaje de las exportaciones mundiales de armamento entre 2017 y 2021, con un 2,5% del total de las ventas internacionales. En este sentido, según datos del Ministerio de Industria, en el primer semestre de 2022 –último periodo con cifras– España realizó exportaciones en materia de defensa por valor de los 1.293,1 millones de euros y su principal cliente fue Arabia Saudí, país que desembolsó 302,2 millones, es decir, el 23,4% de las ventas internacionales de la industria de defensa nacional.
El grueso del dinero invertido por el país árabe está relacionado con el importante contrato, valorado en 1.813 millones de euros, firmado con Navantia para la construcción de cinco corbetas. Estos buques están basados en el modelo Avante 2200 diseñadas por el astillero público español y ya han sido entregadas tres de las embarcaciones acordadas, con miras a que los trabajos en la quinta y última corbeta finalicen en 2024. Arabia Saudí ha quedado tan satisfecha con los buques españoles que, a finales del año pasado, firmó un nuevo contrato con Navantia para la construcción de otros cinco barcos, aunque aún se desconoce las características de los mismos.
El Avante 2200 es uno de los diseños más exitosos de la industria naval de España. En 2005, la Venezuela de Hugo Chávez adquirió a Navantia cuatro de estas corbetas que fueron construidas, al igual que lo son ahora las embarcaciones para Arabia Saudí, en las instalaciones que la compañía estatal posee en la provincia de Cádiz. El país sudamericano también intentó cerrar un nuevo acuerdo por más barcos con España, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto afectadas, principalmente, por el veto a la transferencia de tecnología militar impuesto por Estados Unidos a Venezuela.
Un avión con acento andaluz
El avión de transporte A400M es quizá el producto más mimado por el área militar de la empresa Airbus, cuyos distintos componentes se fabrican en varias ciudades de Europa, pero su ensamblaje final se lleva a cabo en Sevilla. De la fábrica de la capital andaluza han salido hasta la fecha 118 de estas enormes aeronaves, capaces de transportar hasta 37 toneladas de carga hasta una distancia máxima de 8.900 km. El A400M tuvo un papel destacado durante la evacuación contrarreloj de Afganistán, en 2021, donde varios de los países europeos, entre ellos España, emplearon el avión para repatriar a sus ciudadanos y trasladar refugiados cuando el país volvió a caer en manos de los talibanes.
Su desempeño despertó el interés de Indonesia y Kazajistán, que decidieron adquirir dos unidades cada uno y sumarse así a la lista de países que ya despliegan esta poderosa aeronave: Malasia, Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, España, Turquía y el Reino Unido. Actualmente, Airbus tiene pendiente de entrega 60 de estos aviones y todos despegarán, en los próximos años, desde Sevilla.
Radares, lanzagranadas y estaciones de armas
Uno de los productos españoles que mayor protagonismo ha tenido en los últimos meses es el lanzagranadas C90, desarrollado por la empresa aragonesa Instalaza, especialmente por el uso intensivo que han hecho de él los soldado ucranianos contra los tanques de Rusia desde que comenzó la guerra en Ucrania. Este sistema, capaz de perforar blindajes de carros y búnkeres, fue de las primeras armas que el gobierno español envió, como parte de su colaboración militar, al país invadido, que ha recibido 1.370 unidades. Instalaza ha vendido el C90, que puede ser transportado al hombro por un soldado, a más de una treintena de países, entre los que destacan Chile, Ecuador, El Salvador, Estonia, Colombia, Italia, Arabia Saudí, Malasia y Yemen.
Otra empresa española que ha logrado colocar sus diseños en el mercado internacional es Escribano Mechanical & Engineering, en especial sus estaciones de armas de distintos calibres y controladas de manera remota, con las que ha equipado tantos buques y vehículos de distintas fuerzas armadas: Perú, Omán, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Arabia Saudí, entre otros. Además, desde la firma con sede en Alcalá de Henares explicaron a Infobae España que su sistema Guardian de calibre de 12,7 mm es el segundo de su tipo más vendido del mundo.
Por su parte, la firma Indra cuenta con el radar Lanza 3D, una de sus tecnologías más vendidas fuera de las fronteras españolas. Desde la compañía pública explican que este radar cubre todas las necesidades de los países relacionadas con la vigilancia y defensa del espacio aéreo frente a todo tipo de amenazas. Indra ha vendido más de 50 de estos sistemas en países de todos los continentes.
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