El Festival de la Canción de Eurovisión celebra este sábado la gran final de su edición número 67 en Liverpool. España llega al certamen europeo con el reto de repetir -y el sueño de mejorar- la histórica tercera posición que Chanel Terrero consiguió en 2022, logrando el mejor resultado de España en más de tres décadas.
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Blanca Paloma será la encargada de intentar mantener el listón y confirmar que España vuelve a encarar una época dorada en un Festival en el que, sin embargo, cuenta con un largo histórico de fracasos que es imprescindible recordar para intentar no volver a repetir. Repasamos los 10 tropiezos históricos de los representantes españoles en el concurso.
1962: Víctor Balaguer
El debut de España en Eurovisión en 1961 no fue especialmente bueno. La candidatura de RTVE apenas consiguió ocho puntos y una novena plaza con una canción que, no obstante, ha pervivido al paso de las décadas. Aquel Estando contigo de Conchita Bautista precedería al primer gran fracaso de este país en el certamen, pues un año después Víctor Balaguer anotaría el primer cero de la trayectoria española.
El barcelonés interpretó su Llámame en el Villa Louvigny de Luxemburgo, pero no consiguió que ninguno de los jurados le otorgara los 1, 2 o 3 puntos que por aquel entonces repartía cada país participante. Se iniciaba así una de las peores rachas históricas de España en Eurovisión, pues en los dos años siguientes obtendría el puesto 12 con 2 y 1 punto, respectivamente.
1965: Conchita Bautista
Tras pasar a la historia como primera abanderada española en el concurso organizado por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), Conchita Bautista regresó al festival en 1965 dispuesta a mejorar su anterior posición. Lo hizo con ¡Qué bueno, qué bueno!, un tema que no hizo honor a su nombre y acabó ocupando la última plaza con el segundo cero de la historia para España.
1976: Braulio
Al bottom de Conchita Bautista en Nápoles le sucedió la racha más esplendorosa de la historia de España en Eurovisión. Y es que en la siguiente década nuestro país no salió del top 10, consiguió dos victorias (1968 y 1969) y dos segundos puestos (1971 y 1973).
Ese buen ritmo se rompió en 1976 con la participación de Braulio y su tema Sobran las palabras. Lo que no sobraron fueron los puntos, pues el cantante volvió a casa con apenas 11 y el puesto 16 de 18 participantes.
1983: Remedios Amaya
En 1983, Remedios Amaya se preguntó quién manejaba su barca en el Rudi-Sedlmayer-Halle de Múnich. Pese a que su actuación levantó una gran ovación entre el público, ninguno de los jurados le otorgó puntos, sumando así otro cero histórico para España en el festival.
La artista sevillana tuvo que salir al escenario con un vestido que no era su primera opción, pues el que quería llevar se confundía con el decorado. Al no tener zapatos a juego, decidió salir descalza a defender su tema, una anécdota que se acabó convirtiendo en símbolo de mal fario. Sin embargo, desde entonces han sido cuatro los artistas que han ganado Eurovisión pisando el escenario sin calzado.
1987: Patricia Kraus
El famosísimo tenor Alfredo Kraus fue padrino de excepción de la candidatura de España en Eurovisión 1987. Él mismo fue el encargado de presentar en un programa de televisión a su hija, Patricia Kraus, como representante española en aquella edición.
La joven, que por aquel entonces tenía 22 años, defendió el tema No estás solo, pero sólo obtuvo 10 puntos, otorgados por el jurado de Grecia, por lo que tuvo que conformarse con el puesto 19 de las 22 propuestas.
1999: Lydia
La actuación de Lydia en Eurovisión 1999 es una de las más recordadas de la historia de España, pero no precisamente por su resultado. La cantante interpretó No quiero escuchar con un vestido confeccionado por Ágatha Ruiz de la Prada que recibió un aluvión de críticas y que muchos incluso vinculan al mal puesto de aquel año: última con un solo punto.
Pese al tropiezo, Lydia tiene el curioso honor de ser la única representante española que cuenta en su haber con el Premio Barbara Dex, que cada año premiaba a los peor vestidos de la edición. Este galardón también se lo llevó la ‘extriunfita’ Gisela en 2008, aunque en su caso representaba a Andorra.
2013: El sueño de Morfeo
Raquel del Rosario decidió desafiar todas las supersticiones en 2013 saliendo al escenario descalza y vestida de amarillo. Lo hizo junto a su grupo, El sueño de Morfeo, para interpretar Contigo hasta el final, la canción que previamente había sido escogida por los espectadores de TVE para representar a España en Malmö.
No se sabe si fue mala suerte o no, pero lo cierto es que España recibió entonces su peor puntuación desde 1999 y quedó penúltima con ocho puntos.
2016: Barei
La última década no ha sido especialmente buena para España en Eurovisión. Por eso cuando Barei se colocó quinta en las apuestas tras actuar en Estocolmo eran muchos los que soñaban con volver al esplendor de antaño y rozar una victoria que se ha resistido durante demasiados años.
Esa ilusión quedó truncada e hizo todavía más doloroso el resultado de aquel año: una vigesimosegunda posición con 77 puntos. Además, posteriormente la artista criticó duramente a la delegación de RTVE y aseguró que se vivía un ambiente de tensión ante la posibilidad de que pudiera resultar ganadora, puesto que, según ella, la cadena no quería organizar el festival al año siguiente.
2017: Manel Navarro
El camino de España hacia Eurovisión 2017 estuvo envuelto en polémica desde su inicio. Manel Navarro se alzó como ganador de Objetivo Eurovisión después de que el jurado rompiera su empate con la favorita, Mirela. El artista dedicó una peineta al público que coreaba “tongo” en el plató de RTVE, siendo este uno de los episodios más bochornosos que se recuerdan en nuestra historia en el certamen europeo.
La actuación de Manel en Kiev también dejó un momento histórico: un sonoro gallo que se hizo viral al instante y que causó un gran dolor emocional al representante, quien tras el festival confesaría que no había podido cantar la versión de Do it for your lover que realmente le representaba. Sea como fuere, su posición es una de las peores de la trayectoria española: último con cinco puntos.
2021: Blas Cantó
La pandemia obligó a Blas Cantó a esperar dos años para poder representar a España en Eurovisión. Finalmente, pudo hacerlo en Róterdam en 2021 con el tema Voy a quedarme, una balada que se llevó al escenario con una desconcertante puesta en escena coronada por una luna hinchable gigante.
El artista tuvo que pasar el mal trago de ver que el televoto le había otorgado cero puntos, aunque los seis puntos del jurado (cuatro de Bulgaria y dos de Reino Unido) le valieron para escapar por la mínima del último puesto. Blas Cantó fue antepenúltimo y hasta el momento ostenta el último gran fracaso de España en Eurovisión.
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