Sicarios, deudas y amenazas; así eran los burdeles en España del clan de ‘los Pachelly’

La Guardia Civil y la Policía colombiana desarticulan una red de este grupo criminal que engañaba a mujeres con falsas ofertas de trabajo y las obligaba luego a prostituirse en España

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Una de las víctimas liberada
Una de las víctimas liberada por la Guardia Civil y la Policía Nacional al encontrarse con sus familiares (Foto: Guardia Civil)

El sistema era sencillo. Tener amenazadas a sus familias en Colombia para que las chicas se prostituyeran en España. La Guardia Civil y la Policía Nacional de Colombia han asestado un duro golpe al grupo criminal de “Los Pachelly”, vinculado al “Clan del Golfo”, que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres que eran captadas mediante falsas promesas de trabajo.

La operación, bautizada como Estorque (extorsión en latín), ha sido llevada a cabo por el primer Equipo Conjunto de Investigación (ECI) creado por España y Colombia, que permite a las fuerzas policiales de ambos países interactuar operativa y judicialmente. Han sido detenidas siete personas: tres en Colombia y cuatro en España. El grupo criminal, que actuaba desde el año 2010, habría explotado sexualmente en todos estos años a más de 50 mujeres. “Este grupo siempre se ha dedicado al narcotráfico, pero ha visto que la trata de mujeres puede ser más lucrativo”, señalan fuentes del operativo.

Las chicas, de entre 18 y 25 años, eran captadas en Colombia. Allí se las ofrecía una falsa oferta de trabajo en España como camareras. Para conseguir el empleo, las jóvenes debían facilitar datos personales de sus familiares, como lugares de residencias y teléfonos. Era una treta para poder extorsionarlas. Cuando llegaban a Madrid se les obligaba a prostituirse para saldar la deuda contraída con la organización.

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La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha liberado a tres víctimas que estaban recluidas en viviendas de A Coruña, Toledo y Cáceres. Tenían que estar disponibles para prostituirse las 24 horas del día los siete días de la semana. Sabían que tenían que hacerlo. Si no, sus familias corrían peligro al otro lado del Atlántico. Pero una de las chicas, que llevaba dos años prostituyéndose, dijo basta y consiguió enviar un mensaje a un amigo, que avisó a la Guardia Civil.

Comenzó entonces una compleja investigación de este equipo conjunto cuya primera prioridad “fue localizar a los familiares de las víctimas y ponerles a salvo antes de desarticular el grupo criminal. Eso era lo importante”. En Colombia cayeron tres miembros de ‘los Pachelly’, que conformaban el aparato de captación de potenciales víctimas. Y en España, otro cuatro miembros que se encargaban de explotar y controlar a las chicas. Eran españoles y una mujer paraguaya. Una antigua víctima que había cambiado de rol y ahora ejercía funciones de control sobre otras víctimas.

Una de las viviendas en
Una de las viviendas en España donde estaban recluidas las víctimas del clan de los Pachelly (Foto: Guardia Civil)

Los investigadores aseguran que las chicas devolvieron con creces la deuda que habían contraído con la organización para venir a España. Y aun así, tenían que seguir prostituyéndose para seguir generando beneficios a la banda. “Unos 35.000 euros de media por víctima”. Fuentes de la Policía Nacional de Colombia (DIJIN), presentes en la operación hecha pública este viernes en Madrid, aseguran a Infobae España que la investigación sigue abierta en Colombia.

Porque ahora el objetivo es desarticular el entramado financiero del grupo criminal, con el que se blanqueaba el dinero obtenido en España. “De nada sirve detener a determinados miembros, que son sustituidos inmediatamente por otros. Lo importante es bloquear las finanzas y asfixiar financieramente a estos grupos”, explican fuentes de la Policía colombiana. También se ha emitido una orden internacional de detención contra otra mujer integrante de la organización asentada en Ecuador.

Tanto la Guardia Civil como la Policía colombiana destacan que actualmente el tráfico ilegal de personas para su explotación sexual procede principalmente de Colombia. También de Paraguay, Brasil y Nigeria.

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