Risto pidió cita al médico en directo, le dieron para nueve días y por fin se calentó el primer debate electoral en Madrid

Estaba siendo un debate soso, sin grandes propuestas, muchos reproches, tiempo muy tasado y con la ausencia de dos protagonistas importantes: por un lado, la de Isabel Díaz Ayuso, que decidió no acudir y delegar en su escudero y número dos; y por otro, la de Rocío Monasterio (líder de Vox), que decidió declinar la invitación y no participar en el ‘debate/espectáculo’ que montó el programa de Risto Mejide, Todo es mentira (en Cuatro), para empezar a calentar una campaña electoral que comenzará oficialmente el 12 de mayo, pero que lleva meses instalada en la vida política.

Así estaban las cosas cuando antes de un parón publicitario la candidata de Más Madrid, Mónica García, pidió a los telespectadores que se metiesen en la aplicación de la Comunidad de Madrid y solicitasen cita con su médico de familia. Risto lo hizo en la pausa, y al volver enseñó su móvil en antena. Es 9 de mayo y le habían dado para el día 19, diez días después. Era la mecha que necesitaba el debate para que se animara un poco. Pero solo un poco.

Porque la sanidad fue uno de los ejes sobre los que giró el programa. La oposición (los tres partidos de izquierda) sabían que era su oportunidad y cargaron contra la gestión del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, que ha tenido que sufrir en los últimos meses multitudinarias protestas del sector sanitario. Juan Lobato, candidato del PSOE, se comprometió a que ningún madrileño tenga que esperar más de tres días para que le atienda su médico de cabecera y tres semanas para que le realicen una prueba diagnóstica, recordando que hay actualmente casi un millón de madrileños en lista de espera.

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Mónica García, de Más Madrid, anestesista en un hospital madrileña, acusó al PP de despreciar a los trabajadores públicos sanitarios y enfatizó que muchos centros de salud están sin médico y que el 35% de los pediatras se han ido de la región. Alejandra Jacinto, candidata de la confluencia que forman Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde, aseguró que el “PP no cree en lo público y ha obligado a los madrileños a tener que contratar un seguro privado”. La consigna era clara, todos contra el PP de Ayuso.

Alfonso Serrano, “el emisario que ha enviado Ayuso al debate” (como le definieron sus contrincantes políticos), sabía que era el capítulo del debate donde más iba a recibir, pero como el tiempo estaba tasado, salió relativamente airoso para reconocer que sería “absurdo negar que existen problemas en la sanidad madrileña”y que también sería absurdo dar a entender que la situación es similar “a la de Bangladesh, como dice la izquierda”. Todas las comunidades tienen problemas en atención primaria, aseguró Serrano, señalando que la media de atención en la primaria es de 8,8 días. A Risto le habían dado nueve días, todo en orden, circulen.

Las posiciones encontradas en el tema sanitario sirvieron para enfatizar que en el plató de Cuatro había dos bandos claramente diferenciados en el capítulo de impuestos. Podemos reafirmó su compromiso de subírselos a los que tengan un patrimonio superior al millón de euros, Más Madrid señaló que hace falta “recaudar más para poder vivir mejor y construir más escuelas infantiles, contratar pediatras y acabar con a comida basura de las residencias de ancianos”

Lobato fue el más tibio (y el más seguro y directo en todo el debate), explicando que su propuesta se definía con unos “impuestos suficientes para unos servicios públicos excepcionales, gestionando con orden y un sistema fiscal justo”. El socialista recordó que el PP perdonaba todos los años 992 millones de euros a 18.000 contribuyentes ricos. Aquí el PP sabía que tenía las de ganar. Serrano solo tuvo que reafirmar su política fiscal baja. Un mantra que le da votos.

Poco más. Un poco hueco estuvo el bloque reservado a la vivienda. Juan Lobato señaló que Ayuso ya lleva tres campañas prometiendo 15.000 pisos protegidos “y ha entregado cero”. Lo que provocó las risas del popular Serrano. “Para promesas con miles de viviendas, las de Sánchez”. Serrano fue obediente y no perdió el tiempo en soltar una de las proclamas de su jefa: “vamos a derogar el sanchismo”. Alejandra Jacinto aseguró que “la situación nunca ha estado peor que ahora” y, de paso, soltó un zasca a su socio en el Gobierno central al pedirle que “no le copiéis las propuestas al PP”. Mónica García, que se mostró nerviosa en algunas fases del debate (se juega mucho estas elecciones) destacó que las políticas del PP “son las que han llevado a que la vivienda sea un bien especulativo”.

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