Hoy es el Día de Europa: de la declaración de Schuman a la Guerra en Ucrania

Este 9 de mayo se celebra el día de Europa en conmemoración de la declaración de Schuman

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FOTO DE ARCHIVO. Diferentes banderas
FOTO DE ARCHIVO. Diferentes banderas de países miembros de la Unión Europea durante un debate en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, Francia. 19 de octubre de 2021. Ronald Wittek/Pool vía REUTERS

Este 9 de mayo, como cada año, se celebra el día de Europa en conmemoración de la declaración de Schuman, un discurso pronunciado este mismo día, pero en 1950 por Robert Schuman, ministro francés de Asuntos Exteriores, en el que propuso una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) para ayudar a los países miembros a recomponerse tras los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, la guerra ha vuelto al continente europeo tras la invasión rusa a Ucrania, obligando a la Unión Europeo (UE) a intentar cambiar a pasos acelerados.

La idea de una cooperación europea para evitar otra nueva guerra en el continente fue una de las bases sobre las que se sentaría la CECA, el embrión de lo que hoy es la UE. “La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan”, señalo Schuman en su discurso. Para ello se puso en común la producción de acero y carbón de Alemania y Francia, los dos de los países con mayor rivalidad histórica. Así, los mismos materiales que habían servido para detonar Europa serían después de ese momento los que la unirían.

“Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho”, decía Schuman. Y para ello, se necesitaron 70 años para llegar a convertirse en una organización supranacional, que aglutina a 27 países que trabajan en unidad y cooperación. Sin embargo, eso no exime de que la Unión se encuentre probablemente ante los retos más transcendentales de su historia.

Nuevos retos

Se ha convertido en una especie de mantra que la UE se transforma y crece gracias a las crisis. Si con el Brexit se preveía que se iba a necesitar un cambio de dirección, la pandemia y la guerra en Ucrania han cambiado totalmente el paradigma. Uno de los grandes problemas que ha quedado notablemente marcado es la dependencia energética de Rusia. La UE intentó acabar con el consumo de gas ruso, algo que no ha sido fácil y que han notado directamente los ciudadanos en sus facturas. Se espera que en las próximas semanas la Comisión Europea muestre su propuesta sobre la reforma del mercado energético europeo, una medida que no se espera que sea demasiado bien aceptada, ya que algunos países como Italia o España buscan que sea muy ambiciosa, mientras Alemania o Países Bajos se encuentran alejados de las tesis mediterráneas.

La energía no es el único punto delicado de la UE: la Defensa también ha tomado un papel relevante. Si ésta se creó para mantener la paz en el Viejo Continente y que no se llegasen a producir actos como los de la Segunda Guerra Mundial, la guerra de nuevo ha cambiado la mentalidad con los envíos de armas a Ucrania, el paquete de 500 millones de la Comisión para fabricar material bélico en los Estados Miembros y la búsqueda de una unión en Defensa para dejar de depender de Estados Unidos, algo que hace unos pocos años parecía totalmente impensable.

La guerra ha servido para que desde Bruselas se dieran cuenta de que la dependencia del exterior era uno de los mayores lastres que tenían, así como que no se podrá seguir avanzando en materias de integración social y económica, mientras se esté supeditado a países que no siempre van a tener los mismos intereses.

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