El Parlamento Europeo se ha mostrado optimista con el plan de reforma de las reglas fiscales de la Unión Europea (UE) presentado por la Comisión Europea. Este martes, en el debate sobre la propuesta, los eurodiputados han mostrado la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, aludiendo a que las anteriores quedaron “anticuadas”. Asimismo, han hecho llegar al comisario responsable de Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, la necesidad de ciertas correcciones para garantizar su éxito.
“Usemos esta propuesta para abrir un nuevo capítulo en nuestra historia”, ha señalado el comisario durante su intervención, incentivando a los eurodiputados a “reescribirlo al alimón”. Al mismo tiempo que recalcaba que “los retos ahora son bastantes distintos a los de los 90, cuando se diseñó el Pacto de Estabilidad: se ha multiplicado la deuda y también las inversiones”.
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En concreto, la propuesta que se ha debatido en el Parlamento es una medida legislativa para construir un nuevo marco de gobernanza económica adecuado a los retos futuros de la UE. Su objetivo fundamental es reforzar la sostenibilidad de la deuda y promover un crecimiento sostenible e integrador a través de reformas e inversiones. Unas medidas algo más laxas en ciertos aspectos, pero que a la vez incluyen multas acumulables para aquellos Estados que no cumplan con lo acordado.
Debate
Aunque los grupos políticos han señalado la necesidad de un cambio, han mostrado sus diferentes puntos de vista. El eurodiputado del PPE Markus Ferber coincidió con el Comisario en el “poco tiempo” que tienen los Estados para abordar este tema, criticando la ajustada agenda que han planteado desde Bruselas para trabajar en esta cuestión vital. Asimismo, ha insistido en que el pacto fiscal “nunca ha tenido un problema de flexibilidad sino de aplicación” por lo que ha invitado a hacerlo “más restrictivo”.
Desde el grupo de extrema derecha de los Conservadores y Reformistas europeos, Johan van Overtveldt ha señalado que “un Estado que no respeta las normas casi nunca recibe sanciones, particularmente si es uno de los grandes”, alegando que la propuesta de la Comisión no prevé “grandes intervenciones”, por lo que han pedido “velar por disciplina de los Estados miembros que más gastan”. Por otro lado, desde el grupo de los Verdes, Philippe Lamberts, ha afirmado que el objetivo debería ser acabar con el modelo de “austeridad” como sinónimo de “buena gestión”.
Propuesta de la Comisión
La piedra angular de la reforma son los planes fiscales-estructurales nacionales. Estos se basan en que los Estados miembros diseñarán y presentarán sus planes fiscales para alcanzar sus objetivos presupuestarios, así como para las medidas para corregir los desequilibrios macroeconómicos y las reformas e inversiones prioritarias para un periodo mínimo de cuatro años, basándose en los criterios comunes de la UE. Después, estas estrategias pasarán a la Comisión para su evaluación y tendrán que ser aprobados por el Consejo.
Con ello se integrarán los objetivos fiscales, de reforma y de inversión en un único paquete que servirá para reforzar la responsabilización económica de los miembros, otorgándoles un mayor margen de maniobra. Estos tendrán que presentar informes anuales de la situación para facilitar el control desde Bruselas. Otro de los cambios que se incluyen en la normativa es la sencillez y la transparencia en las medidas que tengan en cuenta los distintos retos fiscales. Debido a que estos varían mucho entre los 27 Estados miembros y un planteamiento único no funcionaría correctamente.
No obstante, no todo cambiará en el sistema fiscal europeo, ya que se mantendrá el déficit al 3% y la deuda por debajo del 60%, algo que en palabras de Sefcovic hace a la normativa “más creíble” y “equilibrada”.
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