Una España sin fe: solo un 19% de católicos practicantes y alumnos que ya no eligen Religión

Solo el 57% de los estudiantes han escogido esta asignatura, el dato histórico más bajo. También descienden las vocaciones: por primera vez el número de seminaristas baja del millar

Reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española.

España pierde la fe. Al menos, la católica. Los últimos datos publicados así lo avalan. El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del mes de abril revela que solo un 18,8% de los españoles se declara católico practicante, tres puntos menos que hace cinco años. Mínimo histórico. Otro 35% se declara simplemente católico, pero no participa de los actos religiosos (12 puntos menos que hace un lustro). La tendencia cambió en el verano de 2019. Desde entonces, los ateos, agnósticos o no creyentes superan a los católicos practicantes.

Si nos vamos a los alumnos que eligen la asignatura de religión, otro buen barómetro, los datos también son preocupantes. Solo el 57% de los estudiantes de la enseñanza no universitaria deciden cursar esta materia, también un mínimo histórico, un porcentaje que baja el 45% en la escuela pública. El futuro tampoco es nada halagüeño. Por primera vez desde que se tienen registros, el número de seminaristas baja del millar: en el presente curso solo 974 hombres estudian para ser cura en España.

Evaristo Villar, teólogo y fundador de Redes Cristianas, una asociación que aglutina a numerosos colectivos de base que apuestan por una apertura dentro de la Iglesia, cree que se puede afirmar que “está decayendo la expresión pública de la fe”. Pero se pregunta qué es lo que está en crisis: “¿La fe o las instituciones que socialmente la representan?”. Villar abre el debate de si la actual Iglesia católica es capaz de ser referente para las nuevas generaciones o si estas encuentran en la Iglesia algún referente al que seguir.

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“Los jóvenes no pisan las iglesias”, señala Villar, que especifica que es complicado analizar solo una causa, aunque destaca que la Iglesia Católica debe hacer una reflexión de por qué no ha avanzado de acuerdo a la sociedad, “oponiéndose siempre a la modernidad”. Eso se traslada, por ejemplo, a los colegios e institutos. En este curso 2022-23, unos 3,1 millones de alumnos han optado por cursar Religión, el 57% del total, pero casi tres puntos menos que el curso anterior y la cifra más baja desde que se tienen registros.

Alumnado matriculado en la asignatura de Religión

La Conferencia Episcopal, en un comunicado, achaca estos malos datos a la “la implantación de la Lomloe en Educación Infantil y en los cursos impares de Educación Primaria, de Secundaria Obligatoria y de Bachillerato”. Para los obispos, la denominada ley Celaá ha “debilitado su presencia en el sistema educativo”, al “recortar los efectos de su evaluación y al suprimir la materia curricular que hasta este curso se ofrecía como alternativa al alumnado que no elegía Religión”.

Menos bodas y bautizos

Para Rafael Ruiz Andrés, sociólogo, profesor en la universidad Complutense y autor de La secularización en España, nuestro país “es cada vez menos católico”, un proceso gradual que se ha concentrado en dos grandes hitos. El primero, a partir de los años 60 y antes de la muerte de Franco, cuando “la sociedad española descubre el consumo, se rompe con la moralidad tradicional y se produce una migración del campo a la ciudad. España se convierte en un país menos practicante”.

El segundo hito se produjo con la llegada del siglo XXI. Ruiz Andrés recuerda que en el año 2000 el 75% de las bodas eran por la Iglesia, mientras que hoy no llegan al 20%. Los bautizos ya están por debajo del 50% de los niños que nacen en España. “Cada generación es menos religiosa. Y las que llega ahora son los hijos de los católicos no practicantes. Por eso, estas nuevas generaciones ni son católicas ni son practicantes”.

Celebración de una misa en Madrid. (Foto: Conferencia Episcopal)

El sociólogo destaca que la Iglesia no ha sabido adaptarse a los nuevos lenguajes que demanda la sociedad y las nuevas generaciones, y que su postura tan conservadora en temas como el aborto, la eutanasia, el matrimonio igualitario o la ley ‘trans’ tampoco ayudan a ganar nuevos fieles. “Hay una pérdida de confianza la población en la Iglesia Católica, y es difícil creer en lo que no se confía”, sentencia Ruiz Andrés.

El poco interés de los jóvenes en la fe católica se traduce en el número de seminaristas que estudian en España para ejercer el sacerdocio. Ahora hay 974, el número más bajo desde que hay registros. En el curso 2019-2020 había 1.128.

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