Ha sido el fin de semana de los Carlos y las coronaciones. Ayer Carlos III se coronó como rey de Inglaterra y hoy Carlos Alcaraz ha hecho lo propio en Madrid, encumbrado como campeón del Masters 1000 y como el tenista más dominador sobre la tierra batida en la gira 2023. Antes del gran reto, el Roland Garros, el joven murciano revalidó su título en la Caja Mágica tras derrotar a Jan-Lennard Struff por 6-4, 3-6 y 6-3. Es su cuarto título del año, el tercero en arcilla, el segundo consecutivo tras conquistar hace dos semanas en Barcelona el Conde de Godó. Doblete que ya logró la temporada pasada y que, salvo bajarse de la cita de Roma, le hará llegar como número uno del mundo a París.
Lo cierto es que, hasta la fecha, ningún tenista consigue hincar el diente a un Alcaraz. Por más que le cueste en ocasiones destrabar los partidos, está un escalón por encima y transmite la sensación de tener controlada la situación prácticamente en todos los momentos. Ante Struff sudó más cuenta, pero al final, abrazó la victoria con cierta soltura en la tercera manga. El gigante alemán, 1,93 de altura, llegó a la final del torneo –la segunda de su carrera– como lucky loser, es decir, que no se había clasificado. Struff cayó en la frase previa, pero la baja de última hora de Fabio Fognini le reenganchó en Madrid.
Rotura para empezar
Struff, la sorpresa del torneo tras apear, entre otros, a Tsitsipas, desafiaba a un Alcaraz que comenzó el partido ganando el sorteo de campo. El murciano eligió empezar restando. Y le salió de maravilla. Logró el break en el primer juego y se puso arriba (2-0) a las primeras de cambio. No le duró mucho la ventaja. Struff, dominador con la derecha, a gusto en estas condiciones de altura, restó de maravilla, le devolvió la rotura y amenazó incluso con ponerse por delante. Alcaraz no terminaba de encontrar su nivel y encontraba en el saque pegado al cuerpo de Struff su principal argumento para llevarse el primer set tras una nueva rotura (6-4).
La afición se dio cuenta de que Carlitos no se sentía del todo cómodo y empezó a remar a su favor con más fuerza. “Hay veces que quieres disfrutar, pero los nervios te pesan. Pese a ello, he disfrutado más de lo que he sufrido hoy”, aseguraba Alcaraz tras el partido. Su sufrimiento se vio agudizado al inicio del segundo set.
Sofocó la sublevación de Struff
El alemán se llevó los tres primeros juegos por la vía rápida, dejando claro que iba a plantar batalla hasta el final. Era uno de esos partidos en los que Alcaraz tenía que ponerse el mono de trabajo. Struff sacó su mejor tenis y se llevó el segundo set, silenciando por momentos la Caja Mágica. Se igualó el partido y sufría el español, al que parecía ponérsele todo en contra, incluso el viento, que por momentos hizo que perdiera el control de sus golpes.
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Sin embargo, Alcaraz pegó un golpe sobre la mesa en el tercer set. Mantuvo la calma cuando Struff estuvo a punto coger ventaja y, empujado por el público madrileño, sacó a relucir sus mejores puntos de la final para ponerse 5-2 arriba. Esperó a sacar para llevarse el juego en blanco, revalidar su corona en Madrid y tener a un paso el número uno. París ya espera a la nueva estrella del tenis mundial.