Que España es una de las grandes favoritas para la victoria en Eurovisión por segundo año consecutivo no es ningún secreto. El buen trabajo de la delegación materializado en el Benidorm Fest ha devuelto un esplendor que llevaba décadas sin relucir en la trayectoria española en el Festival. Blanca Paloma es la artista sobre la que este año se vuelcan todas las ilusiones del colectivo eurofán. Esta alicantina vinculada al flamenco desde el vientre de su madre llevará hasta Liverpool su ‘Eaea’, una electronana con elementos lorquianos y muy representativa de su historia personal.
Blanca Paloma Ramos Baeza nació en 1989 en El Altet, una pequeña pedanía de Elche. Estudió Bellas Artes y desarrolló su carrera como escenógrafa y vestuarista de teatro, pero la música que corre por sus venas ha acabado emergiendo y catapultándola como la artista que devolverá el flamenco a Eurovisión más de tres décadas después de la última vez.
La música de raíz ha estado muy presente en la vida de Blanca Paloma desde antes de su nacimiento. Ella misma aseguraba en una entrevista a ‘El Periódico de España’ que sus primeros recuerdos musicales se remontan a cuando estaba en la barriga de su madre. “Ella bailó sevillanas hasta días antes de dar a luz. Por eso tengo un vínculo tan fuerte con el folclore”, explicaba.
Pero quien está detrás de cada paso que la artista ha dado hasta llegar a Eurovisión es Carmen Fernández, la yaya Carmen, una abuela que fue “el alma de la familia”, que se burlaba de la muerte a ritmo de copla y que tras dejar este mundo le encomendó a su nieta una misión que la ha llevado hasta el concurso musical más visto del planeta.
De Sevilla a Alicante
Es imposible hablar de la historia de esta artista sin contar antes el viaje que marcó el porvenir de su familia. Los problemas respiratorios crónicos de la yaya Carmen le hicieron tomar la decisión de marcharse de Lora del Río, en Sevilla, hasta El Altet. Lo hizo junto a su marido, Mariano, y sus cuatro hijos. Francisco, padre de Blanca Paloma, apenas tenía año y medio. La familia no tardó en integrarse en su nuevo hogar. La dicharachera Carmen pronto recibió el apodo de ‘La Sevillana’ entre unos vecinos que recibieron con los brazos abiertos a aquella mujer alegre, cercana y solidaria.
Al independizarse, Francisco y su mujer, Maricarmen, no se alejaron del hogar en el que él se había criado. El matrimonio se mudó a apenas unos metros de la casa de Carmen, quien a menudo se quedaba al cuidado de Blanca Paloma y de sus dos hermanos mientras sus padres trabajaban.
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De aquellas tardes con su abuela, Blanca Paloma recuerda los juegos, las exquisitas recetas y las tonadillas y coplas que la yaya cantaba constantemente. Así, entre ambas se creó un vínculo muy especial que ha pervivido en el tiempo, incluso después de la muerte de Carmen en 2009. De hecho, la abuela está muy presente en la vida de la artista y es un elemento fundamental en su carrera artística y su camino a Eurovisión.
Los inicios de Blanca Paloma
Pese a que la música y el arte flamenco estuvieron muy presentes en su vida desde su nacimiento, Blanca Paloma estuvo apartada del mundo de la canción hasta que vivió un misterioso acontecimiento que interpretó como una señal de su abuela desde el más allá.
Hace una década, la artista paseaba por un famoso mercado de Madrid cuando escuchó un lejano zapateo que no sabía de dónde procedía. Decidió seguir el rastro, guiada más por una corazonada que por el sonido, y acabó en la puerta de la escuela de baile Amor de Dios.
Pese a que contaba con una asentada carrera como escenógrafa, Blanca decidió inscribirse en la escuela y sintió un estrecho vínculo con la profesora. “Me recordaba tanto a mi yaya que sentí la conexión de inmediato. De hecho, siempre me quedaba un ratito más al finalizar la clase para charlar con ella”, confesó en la citada entrevista.
Fue aquella maestra quien se interesó por su talento para el canto. Tras escucharla por primera vez, supo que ese don no podía ser desperdiciado y la llevó hasta la puerta de un cantaor gaditano que le conseguiría sus primeros bolos en pequeños tablaos de Madrid con el grupo De mar a mar.
Benidorm Fest 2022
Fue el año pasado cuando, tras un discreto recorrido musical cantando en directo en tablaos y salas, Blanca Paloma recibió la oportunidad de poner la banda sonora a la docuserie de RTVE Play ‘Lucía en la telaraña’. Esta producción trata el caso del asesinato de Lucía Garrido en 2008, un crimen en el que la artista se inspiró para componer el tema principal de la serie ‘Secreto de agua’.
“Ha sido un proceso creativo muy inspirador que ha dado como resultado una canción luminosa que anuncia la liberación del misterio, de una historia sombría”, confesaba la cantante a RTVE. Lo que no imaginaba al componer este tema es que acabaría compitiendo entre las grandes favoritas para representar a España en Eurovisión 2022.
La ilicitana adaptó la canción para poder competir en la preselección de la cadena pública. Su impecable interpretación y la elegante puesta en escena conquistaron al público y al jurado y le valieron para conseguir el quinto puesto. Pese a no poder cumplir entonces su misión, en 2023 volvía al certamen decidida a convertirse en abanderada española en Eurovisión con ‘Eaea’, un tema que le acabó dando la victoria y el pasaporte a Liverpool.
‘Eaea’, una ‘electronana’ inspirada en su abuela
La canción con la que Blanca Paloma competirá en Eurovisión 2023 es una electronana de estilo muy distinto a ‘Secreto de agua’, pero que conserva la esencia folclórica de la artista. Ella misma define el tema como “una historia de amor que va más allá de la muerte”.
“Es un homenaje a mis raíces, ensalza el legado de amor y saber transferido de generación en generación a través de la nana. Recordar de dónde vengo para saber a dónde voy”, explica la alicantina, que con la letra de ‘Eaea’ homenajea a esa yaya Carmen que le cantó durante tantas horas.
La figura de su abuela ha estado muy presente en este camino y se ha convertido en un importante talismán. De hecho, los enormes flecos rojos de su escenografía son un homenaje a Carmen y dibujan una forma de útero como símbolo de empoderamiento femenino. Así, la representante española define su candidatura como “un rito de invocación a nuestras ancestras”.
Lo que pasará el próximo 13 de mayo no se puede saber hasta entonces, pero lo cierto es que España ocupa el top 5 de las favoritas por las casas de apuestas para ganar Eurovisión, mientras que Blanca Paloma ya se visualiza recogiendo el ansiado micrófono de cristal: “Estoy preparada para todo. Existe una teoría que me encanta: cuando los prehistóricos dibujaban en las paredes sus cazas, lo hacían antes de salir a ello. Era una especie de ritual mágico para visualizar lo que querían alcanzar. Y yo, de alguna forma, también quiero hacerlo. Por eso me gusta mirar tanto al horizonte. Si no ocurre, no pasará nada. Estaré contenta por el trabajo realizado. Pero, por lo menos, quiero prepararme. ¿Por qué no? Siento que estoy en una misión que mi abuela me encomendó y tengo que completarla”.