Los reyes Felipe y Letizia han sido unos de los invitados más puntuales de la coronación de Carlos III. A las 10:45 de la mañana, tras abandonar la embajada de España en Londres, donde se están alojando, han llegado hasta la Abadía de Westminster para ser testigos de un día histórico.
Allí han ocupado su lugar en uno de los bancos, un asiento privilegiado al estar situado a apenas unos metros del altar donde el Rey británico ha sido entronizado, y desde el que han podido verlo todo.
Los monarcas españoles se han situado en el sexto banco y justo en el pasillo. El motivo de esta posición se debe al protocolo, pues los reyes asistentes se han ordenado según la fecha de su ascenso al trono. Gracias a su posición, han presenciado tanto el paso de la Familia Real británica como el de los reyes Carlos y Camila. Han llegaron acompañados de sus pajes y seguidos de los herederos al trono, los príncipes de Gales, que han asistido junto a sus tres hijos, los príncipes Jorge, Carlota y Luis.
Solemnes y muy atentos, Felipe VI y Letizia han estado rodeados no solo de sus homólogos europeos, también de algunos buenos amigos. Justo delante de ellos se encontraban los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, representantes de su país.
Junto a Letizia, la argentina ha sido la royal que más ha llamado la atención por su elegancia al vestir un diseño de color blanco firmado por Jantaminiau, uno de sus modistos de cabecera. Es de sobra conocida la buena relación que hay entre las dos reinas. No solo les une que hablan el mismo idioma, pertenecen a la misma generación y, desde hace dos años, las dos tienen a sus hijas estudiando en el mismo colegio, el internado galés UWC Atlantic College.
Delante de los soberanos de los Países Bajos se ha sentado el matrimonio formado por Alberto y Charlène de Mónaco. Este ha sido el gran regreso de la princesa a un gran acto oficial, pues en los últimos años ha optado por mantenerse en un segundo plano, en la medida de lo posible. Discreta, ha optado por un conjunto de dos piezas de color crudo y aspecto clásico compuesto por una chaqueta con una pequeña capa y una falda.
Frente a ellos, el rey Abdalá II y Rania de Jordania, con quienes Felipe VI y Letizia también tienen una buena relación. La Reina ha apostado por el amarillo pálido para su vestuario, un vestido con escote en forma de barco y que ha destacado por su ceñido corte midi y su tocado a juego.
En la primera fila, se ha podido ver al rey Carlos Gustavo de Suecia, que ha asistido acompañado de su hija mayor y heredera al trono, la princesa Victoria.
Primera recepción
Terminada la coronación, los invitados se dirigirán a Buckingham para formar parte de la recepción que se celebrará tras la llamada ‘Procesión de la Coronación’, el primer recorrido de Carlos III como rey. Acompañado de su esposa y de otros miembros de la firma, el nuevo soberano aprovechará este pequeño viaje –que hará en carruaje– para saludar a los ciudadanos. Ya en el palacio londinense, será recibido por más de 6.000 militares y, a continuación, protagonizará el tradicional saludo desde el balcón de Buckingham.
Finalizada la recepción, los reyes Felipe y Letizia pondrán rumbo a España, pues Felipe VI tiene marcado en su agenda un evento ineludible: la final de la Copa del Rey de Fútbol. Se trata de un evento al que siempre acude, no solo porque lleva su nombre, también porque es un gran forofo de este deporte. Para llegar a tiempo, todo apunta a que viajará directamente de Londres a Sevilla, donde va a tener lugar la final del campeonato, en el que a las 22.00 horas se enfrentarán el Real Madrid y el Osasuna en el Estadio La Cartuja.
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