La final de Copa del Rey entre Real Madrid y Osasuna tiene un protagonista por encima de todos: Vinícius Júnior. El delantero brasileño realizó un primer tiempo que es fiel reflejo de toda su temporada. Por un lado, enseñando su mejor versión y sacando a relucir sus mejores cualidades con el balón en los pies y, por otro, viéndose envuelto en todos los líos y trifulcas que se sucedieron sobre el césped de La Cartuja.
Desde que comenzó el encuentro, Vinícius tenía claro que quería ser el protagonista principal de la final. Antes de que se cumpliera el segundo minuto de la final, el brasileño echó por la borda el planteamiento inicial de Jagoba Arrasate para intentar frenarle. El técnico rojillo alineó a Moncayola y Rubén Peña por banda derecha con la idea de intentar sosegar el ímpetu del jugador blanco. El plan no duró ni 120 segundos. Ese fue el tiempo que necesitó Vinícius para dejar atrás a los dos defensores, llegar a línea de fondo y ceder atrás para que Rodrygo inaugurara el marcador. Durante todo el primer tiempo, el brasileño desequilibró una y otra vez al lateral rojillo. Fue una tortura para la defensa rojilla y parecía alejado del ruido hasta que al final del primer acto empezó a enredarse en las polémicas y trifulcas que le acompañan en cada partido esta temporada.
Dos rifirrafes en cinco minutos
Vinícius se las tuvo con David García en el terreno de juego y más tarde con Chimy Ávila cuando enfilaban el túnel de vestuarios. Todo ocurrió en un espacio de tiempo de cinco minutos. El extremo trataba de desbordar al defensa de Osasuna en una de las últimas jugadas del primer tiempo. Ambos forcejearon y el duelo acabó con el brasileño cayendo dentro del área. Vinícius protestó la existencia de un posible penalti al tiempo que David García le recriminó su intento de engaño. El futbolista blanco se levantó y encaró con el central rojillo, que le tocó la cabeza en señal de desaprobación.
Minutos más tarde, antes de protagonizar su segundo enfrentamiento de la noche, vio como Sánchez Martínez le amonestaba debido a sus protestas. Y ya cuando todos los futbolistas encaraban el túnel de vestuarios, Vinícius y Chimy Ávila cruzaron algunas palabras, hasta el punto que Lucas Vázquez tuvo que entrar en escena para que la cosa no fuera a mayores. Así finalizó un primer tiempo en el que Vinícius mostró sus dos caras.
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