Checo Pérez empata a victorias con Verstappen en Bakú: Alonso y Sainz, cuarto y quinto, dan espectáculo hasta el final

La vida sigue igual cuando van disputadas cuatro pruebas del presente Mundial de Fórmula 1: no hay forma de acabar con la hegemonía reinante de los Red Bull. La lucha de la escudería de la bebida energética es voraz, pero reducida a sus dos pilotos. En esta ocasión, quien vio primero la bandera a cuadros fue Checo Pérez. El mexicano ya se llevó el sprint del Gran Premio de Azerbaiyán y repitió en la prueba normal este domingo, con Max Verstappen segundo para completar el doblete austriaco en Bakú. Charles Leclerc, que salía primero, tuvo que conformarse con el tercer puesto. Y gracias, puesto que Fernando Alonso intentó arrebatarle el podio a Ferrari hasta la extenuación: se quedó a ocho décimas de conseguirlo.

Los españoles tuvieron un día mucho más satisfactorio a 51 vueltas que a 17. Si Alonso fue cuarto, Carlos Sainz finalizó quinto, y de forma más que meritoria. El madrileño condujo su Ferrari con precisión de cirujano para evitar ser adelantado por el Mercedes de Lewis Hamilton, amenazador en plena recta final de la carrera. A Sainz sí le superó el Aston Martin del asturiano, en el que fue uno de los momentos más espectaculares de la jornada.

Todo fue cuestión de apretar el acelerador. Pérez, para abrir hueco con Verstappen. Verstappen, para intentar que su compañero no le igualase en número de triunfos (2) este curso. Leclerc, para que Alonso no le apartase del podio (que bastante le habían aguado ya la fiesta los Red Bull). Sainz, para que Hamilton no pudiera superarle. Y Hamilton, para que su DRS le permitiera entrar en el Top 5. Aunque el siete veces campeón del mundo no lo consiguió, el intento dio aún más salseo a una carrera mucho más espectacular que la del sábado.

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En una salida limpia en la que los españoles se mantuvieron cuarto (Sainz) y sexto (Alonso) y el más beneficiado fue George Russell (su Mercedes pasó del undécimo al noveno puesto), Leclerc aguantó el tipo como pudo. Sin embargo, el primer puesto le duró lo que tardó en abrirse el DRS de los Red Bull. En cuanto esto sucedió, Verstappen se puso a liderar la prueba. Acto seguido, Pérez se colocó segundo y retrasó al monegasco hasta la tercera plaza que sí mantendría.

El Safety Car que apareció en la carrera al sprint también hizo acto de presencia en el formato normal, como ya apuntaban las previsiones. Un accidente del AlphaTauri de Nyck de Vries motivó la salida a pista del coche de seguridad. El gran causante de que, en la resalida, llegasen dos de los momentos cumbre de la prueba: un Verstappen versus Leclerc que se llevó el primero (Pérez había aprovechado las paradas por el Safety para ponerse primero) y el adelantamiento de Alonso a Sainz para ser cuarto (antes superó a Hamilton gracias a un paso por boxes de su excompañero).

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Hamilton también ganó posiciones gracias a su voracidad con los adelantamientos (a su compañero Russell y al de Alonso, Stroll). Aunque para hambre, además, la de un Alonso que trató de acercarse a Leclerc por todos los medios en la segunda mitad de carrera. Y la de los Red Bull, con una lucha fratricida entre Pérez y Verstappen en la que ninguno de los dos tuvo reparos en, al ir con todo, acariciar el muro de Bakú.

Pero el vigente ganador del título mundial no pudo con su compañero, por mucho que voló y voló. Alonso tampoco logró superar a Leclerc. Ni Hamilton a Sainz, harto de mantener el tipo en las últimas vueltas. El aluvión de vueltas rápidas personales y de carrera fue de escándalo. Aston Martin estuvo a nada de llevarse el punto extra por batir el crono gracias a Magic, pero Verstappen primero y Russell, quien se llevó el botín definitivamente, lo impidieron.

No va a haber tiempo para respirar mucho, puesto que el Mundial se reanuda el próximo fin de semana en el Gran Premio de Miami. Estados Unidos promete mantener las emociones fuertes: Pérez le pisa los talones a Verstappen en la clasificación de pilotos (93 puntos del neerlandés por 87 del mexicano) y las espadas no van a dejar de estar en todo lo alto.