La mayor imagen de la vergüenza que dejó la pelea entre los jugadores del Real Madrid y el Partizan de Belgrado en la Euroliga de baloncesto de este jueves la protagonizó, sin lugar a dudas, Guerschon Yabusele. El ala-pívot de los blancos, una vez desatadas las hostilidades tras la falta de Sergio Llull sobre Kevin Punter, corrió a por Dante Exum y decidió hacerle una llave más propia del pressing catch o del judo. ¿Consecuencia? El jugador visitante, al que Yabusele tumbó en el suelo con una violencia inusitada, abandonó el WiZink Center madrileño en muletas y con el segundo dedo de uno de sus pies roto.
Horas después de la trifulca, Yabusele ha empleado sus redes sociales para pedir disculpas por lo sucedido. “Me arrepiento de forma total de mi comportamiento en nuestro partido de anoche. El baloncesto se basa en la deportividad y la amistad. Mis más sinceras disculpas al Partizan, un club con el que siempre he mantenido una gran relación, a Dante Exum y a su familia, a mis compañeros, a mi club y a todos los aficionados”, ha expuesto el jugador francés en Instagram.
Todo parece indicar que Yabusele se enfrentará a una sanción muy severa por su comportamiento cuando restaba 01:40 para la conclusión del Madrid - Partizan. Se habla incluso de una penalización de varios años de duración por parte de la Euroliga. Una vez que el Juez Disciplinario de la máxima competición europea de la canasta dicte sentencia sobre lo ocurrido, el Real Madrid también tomará cartas en el asunto.
Yabusele fue expulsado en el acto una vez ejecutada su llave sobre Exum. Ya con los ánimos calmados, observaba la pista del Palacio de los Deportes desde la distancia, en ropa de calle y tan cariacontecido o más que sus compañeros de equipo. Cuando el 0-2 favorable al Partizan en los playoffs europeos ya era inapelable, la situación se desbordó como nadie hubiera pensado. Hasta el punto de que no se sabe aún a ciencia cierta cómo pueden formar los dos equipos en el tercer partido de la eliminatoria, previsto para el próximo martes en Belgrado.
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Precedentes que no ayudan
Hace poco más de un año, Yabusele fue uno de los tres jugadores del Real Madrid de la canasta que salieron de fiesta por Atenas en medio de una de las peores rachas de resultados de la era Laso. Todos volvieron ya de día al hotel de concentración, pero sólo Thomas Heurtel y Trey Thompkins fueron apartados de forma momentánea del equipo por su comportamiento. Ninguno de ellos, tampoco su entonces entrenador, continúa ya en el club. Sólo lo hace el interior galo, que entonces sí salió indemne de la polémica.
También la pasada temporada, Yabusele protagonizó una acción muy criticada en plena final de la ACB contra el FC Barcelona. Al finalizar el segundo encuentro de la misma (derrota del Madrid por la mínima, 71-69), trascendió de forma notable la reacción airada del jugador madridista con uno de los árbitros del duelo, Emilio Pérez Pizarro. El francés se colocó totalmente fuera de sí delante del colegiado, que tuvo que apartarse del lugar antes de que el descontento (también pegó un puñetazo a la pista) fuese trágico.
Ya en la presente campaña, otro gesto poco deportivo de Yabusele acaparó cierta atención. En octubre, después de perder contra el Baskonia, decidió abandonar la cancha del Buesa Arena de Vitoria encarándose con la afición local, que vio cómo el jugador del Madrid se tocaba sus partes nobles de forma ostensible en respuesta a la grada.
Son precedentes que ya fueron poco o nada beneficiosos para Yabusele, pero que no le acarrearon ningún tipo de consecuencias. Todo lo contrario ocurrirá ahora con su ataque contra Dante Exum, que amenaza con mantenerle apartado del baloncesto un largo tiempo si se confirman los peores pronósticos sancionadores.