El Gobierno remitirá este viernes a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad 2023-2026, que actualiza al del año anterior y contempla novedades en cuanto a la creación de empleo y a la reducción de déficit y de deuda pública, aunque mantiene la previsión de crecimiento del PIB para 2023.
En concreto, el documento hecho público por los ministerios de Hacienda y de Asuntos Económicos a dos días de que finalice el plazo para presentar el nuevo programa a Bruselas, prevé que España crezca un 2,1% este año, la misma cifra que el Gobierno anticipó en los PGE de 2023, y un 2,4% en 2024. Según el Ejecutivo, la demanda interna será “el principal motor de crecimiento durante este año, especialmente el consumo privado”, y estará sostenida por la buena evolución del empleo.
Además, el Gobierno promete que en tres años, hasta 2026, se crearán 1,1 millones de empleos más y la tasa de paro pasará del 12,9% de 2022 a estar por debajo del 10% en 2026, acompañado de un aumento de la población activa y de “mejora en la calidad del empleo”. Según los últimos datos de la EPA publicados este jueves, la tasa de paro ascendió hasta el 13,26% en los tres primeros meses del año, por lo que todavía no se aprecia una tendencia decreciente. Este nuevo cuadro macroeconómico ha sido avalado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Se comprometen ingresos por encima de la inflación
El impulso de la economía, que ha crecido un 0,5% en el primer trimestre de 2023 y un 5,5% en 2022, permitirán, según el Gobierno, “progresar en la senda de consolidación fiscal”. Por ello, el Ejecutivo promete mayores rebajas de déficit y de deuda que en el Programa de Estabilidad entregado en 2022, pero continúan siendo insuficientes respecto a lo que pedirá Bruselas a partir de 2024 con la vuelta de las reglas fiscales.
El crecimiento del PIB permitirá una reducción de la ratio deuda-PIB por debajo del 110% en 2024, escenario que se adelanta un año a lo previsto por el Ejecutivo en el anterior programa. Sin embargo, Bruselas exige un 60% de deuda como máximo. En cuanto al déficit, la recaudación récord también hará posible un descenso más acelerado, por lo que el Gobierno compromete un 3,9% en 2023, un 3% en 2024, un 2,7% en 2025 y un 2,5% en 2026, alineado con las reglas fiscales. De cumplirse, esto evitaría que España pudiera recibir sanciones por activación de protocolos de déficit excesivo.
Desde el Gobierno resaltan que el déficit se ha reducido más de la mitad en dos años, al 4,8% en 2022 desde el 10,1% que llegó a alcanzar en 2020 como consecuencia de la pandemia de la covid-19. También recuerdan que España ha cumplido con las tasas de referencia comunicadas a Bruselas desde 2020 con déficits inferiores a las previsiones, aunque en todo este periodo ha estado vigente la cláusula de salvaguarda, por lo que no se imponían sanciones si se incumplían y se permitían cifras muy holgadas.
En cuanto a las previsiones de déficit para comunidades autónomas y entidades locales, el Gobierno anticipa más margen fiscal. Aumenta una décima su previsión, hasta el 0,3% en 2023, el déficit de las regiones y lo deja en el 0% en 2024 frente al superávit del 0,2% que tenía previsto en el anterior programa de estabilidad. Algo similar ocurre con las entidades locales, para las que prevé equilibrio presupuestario en 2023 en vez de superávit del 0,2%.
Respecto a los ingresos, que aumentaron un 14,4% en 2022, el Ejecutivo prevé que aumenten por encima de las previsiones de inflación como consecuencia de “lucha contra el fraude, afloramiento de la economía sumergida e impuestos”. La inflación continuará siendo una de las principales preocupaciones en el horizonte 2023-2026 y el Gobierno reconoce que las medidas para paliarla (rebajas fiscales, ayudas directas, bonificaciones y subvenciones) han tenido un impacto de 22.217 millones de euros en 2022 y han sumado 1,7 puntos porcentuales de PIB al déficit.