La vida después de la retirada puede llegar a atormentar mucho a los deportistas una vez que deciden dar el paso de apartarse de la profesión por la que han sobresalido durante años y años. Quienes más sufren este rumbo a lo desconocido son aquellos que no intentan empezar a labrarse un porvenir fuera del deporte cuando todavía están inmersos en la burbuja de la alta competición. Esos quebraderos de cabeza no los tendrá Joaquín Sánchez: acaba de anunciar que deja el fútbol al final de esta temporada, pero lleva meses preparándose para saber vivir, y bien, lejos de los campos.
La retirada del jugador andaluz se esperaba antes o después, ya con 41 años, 23 cursos en la élite y todo más que hecho en el deporte rey. Sobre todo, de la mano del Betis, pero con periplos tampoco nada desdeñables en el Valencia, el Málaga, la Fiorentina italiana (única experiencia de Joaquín lejos de España) y una selección española con la que disputó tres grandes torneos (dos Mundiales y una Eurocopa).
¿Puede dar marcha atrás el gaditano, como ya hizo en 2022 por la Copa del Rey y la clasificación para la Europa League logrados por los béticos? Nada es descartable, y más con el equipo de su vida metido en la pelea por entrar en la Champions. Sin embargo, no parece que Joaquín deba temblar si su punto y final futbolístico llega en unas semanas, ya que su faceta extradeportiva no ha dejado de ir a más en los últimos meses.
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Un animal mediático
El optimismo natural de Joaquín y su cariz divertido siempre han sido carne de cañón para cualquier tipo de programa de televisión. Tanto es así que sus apariciones en la pequeña pantalla han dejado de ser puntuales (El Hormiguero, Mi casa es la tuya, La Voz...) para convertirse en algo recurrente en la parrilla. Sobre todo, desde que el jugador de El Puerto de Santa María firmó un contrato con Atresmedia el pasado año para convertirse, directamente, en presentador.
En Joaquín, el novato, vimos las incursiones del futbolista, con la ayuda de otros famosos, en distintas profesiones alejadas de la suya: cantante, presentador de informativos, actor, humorista... Por otro lado, La penúltima y me voy, que se estrenó al término del primer programa, ha sido una suerte de serie documental sobre Joaquín. Ambos formatos han triunfado entre el público, con la consecuencia lógica de la renovación, una temporada más, de su compromiso televisivo.
Una vez que Joaquín se retire, todo apunta a que se volcará en los nuevos proyectos que puedan surgirle en el ámbito mediático. Ahora mismo, y a partir de que cuente con más tiempo disponible, ni siquiera es descabellado visualizarle al frente de alguna retransmisión televisiva de las Campanadas de Fin de Año españolas. Tampoco se puede descartar que llegue a ejercer como comentarista deportivo, que tenga algún papel en una serie y/o película (como ya le ha ocurrido) o que, al ser un gran show en torno al fútbol, le veamos en la Kings League.
Además, seguro que la publicidad podrá seguir aportándole réditos jugosos. Últimamente, Joaquín ha sido la imagen de marcas como Gillette y Finetwork. Dado su tirón también comercial, es de esperar que no dejemos de ver otros anuncios protagonizados por él en el futuro.
Joaquín tiene un contrato televisivo con Atresmedia en España y quién sabe si no podríamos verle dando las Campanadas en el futuro
El Betis, también como negocio
Más allá del panorama audiovisual, muchos sitúan a Joaquín como futuro presidente del Betis de sus amores. ¿Por qué? En 2017, la leyenda del club compró acciones de este por valor de un 11,83% del total, en una operación en la que también participaron varios empresarios. Así, se convirtió en dueño de un 2% del equipo gracias a la adquisición de un paquete accionarial que perteneció al presidente por antonomasia del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, y al empresario Luis Oliver.
Joaquín no desentonaría como mandamás del conjunto bético, precisamente por el carisma que desborda y que también caracterizó, en su día, a Lopera. No obstante, también es, desde 2004, el administrador único de una empresa inmobiliaria llamada Chino Seventeen SL, con un activo de más de 930.000 euros y cuatro grandes propiedades a su cargo.
Por si eso fuera poco, el gaditano lidera otra empresa con la que gestiona sus derechos de imagen, esta con un activo de 1,2 millones de euros. Sin olvidar el bar que tiene en El Puerto de Santa María, propiedad de la familia de Joaquín desde 1967. Hasta ahora, sus familiares se han encargado de gestionar este lugar señalado de su localidad natal, pero puede que pronto pasen a contar con una mayor ayuda por su parte.
Queda claro que a Joaquín no le van a faltar precisamente alternativas de negocio una vez que cuelgue la camiseta. Se vuelque en lo que se vuelque, todo apunta a una vida sin demasiados sobresaltos y más que entretenida también fuera del terreno deportivo: su finta y su sprint ya se dejan sentir más allá del fútbol.