Como Todo a la vez en todas partes, Toni Acosta (Tenerife, 1972) vive en su propio metaverso. Interpreta a una madre con la losa del capitalismo salvaje sobre sus hombros -en clave cómica, que nadie se espante-, investiga casos paranormales en la España de finales de los años 90 y se introduce en el género del thriller psicológico al dar vida a una profesora de escritura en la Universidad de Salamanca. “A lo mejor lo siguiente es descansar, ¿sabes?”, indica, en su versión universal, completa y presente, a Infobae España.
La intérprete presenta Vaya vacaciones, una película familiar que reivindica el papel de los abuelos, una “generación olvidada” que, guiada por el “amor incondicional” a sus nietos, termina siendo clave en su educación y crianza. “Vivimos en una sociedad que no nos lo pone nada fácil a los padres a la hora de conciliar”, afirma la actriz, que no escatima a la hora de defender el éxito del cine para todos los públicos en España. “Sin él, en los últimos años la taquilla hubiese sido un desastre”.
Acosta vive “un momento cósmico” en su carrera, no porque este viernes, día del estreno de la película de Víctor García León, mercurio entre en retrógrado, sino porque nada parece resistírsele. Además de Vaya vacaciones, protagoniza Fenómenas en Netflix y produce y actúa en El sonido oculto, en el Teatro Pavón, junto a Omar Ayuso. “Estoy intentando disfrutar de todo lo que está sucediendo”, indica emocionada.
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¿Qué te llevó a querer participar en la película?
Me interesó porque es una comedia familiar que plantea asuntos diferentes y en la que los abuelos toman el protagonismo. Es una generación que está olvidada socialmente y uno de los trabajos que está realizando de manera totalmente altruista es permitir que los padres podamos trabajar y tener una vida relativamente normal, como cogernos una tarde para ir al cine o salir a cenar un fin de semana. Obviamente, para sacarle comedia al asunto, se lleva al límite. Me parecía muy interesante agradecer a los abuelos ese esfuerzo que hacen para criar a sus nietos.
Precisamente el director, Víctor García León, dedica la cinta a todos los abuelos. ¿Les damos por sentado? ¿Sabemos, en el fondo, que siempre van a estar ahí?
Depende. Hay abuelos que se desentienden y que están representados en la película por el personaje de Ramón Barea. A mí me parece igualmente válido. No creo que les toque criar por segunda vez, ya criaron a sus hijos, no tendrían por qué hacerlo con sus nietos, pero es cierto que, normalmente, se ven arrastrados por un amor incondicional y eso es lo que les lleva a renunciar a su jubilación ociosa para ocuparse de ellos. Si acaban educándolos, eso sí sería una red flag. Vivimos en una sociedad que no nos lo pone nada fácil a los padres a la hora de conciliar.
¿Faltan, entonces, medidas que ayuden a los padres a conciliar el trabajo, el ocio, los hijos...?
Tener hijos es una responsabilidad social porque no te puedes quedar sin futuro y los hijos son el futuro. Cuando las personas que no los tienen se quejan de que haya ventajas para los padres pienso que están perdiendo el foco. A pesar de que cada vez se pone más sobre la mesa el tema de la conciliación, gracias a asociaciones como Malasmadres o a Laura Baena, que es una de mis heroínas del siglo XXI, es muy complicado. Me encantaría poner el tema de la paternidad, me gusta decir paternidad porque sí que considero que hay muchos padres corresponsables, encima de la mesa y que tomar medidas fuera un asunto de Estado.
“Pienso que las cosas están cambiando, pero a las tutorías y a las reuniones de padres vamos las madres”
¿La baja natalidad se debe a la falta de ayudas gubernamentales?
Totalmente. Me hace mucha gracia cuando hablan de la baja natalidad como si fuese la consecuencia de que nos hemos vuelto egoístas. No. La gente quiere sobrevivir, llegar a fin de mes como padres es muy complicado. No estoy diciendo nada que no sea verdad y no se pueda comprobar con datos. Hay que tomar medidas reales. No tirar de los abuelos, que los pobres hacen lo que pueden.
Hablabas antes de padres corresponsables. ¿Cómo analizas, entonces, el enfoque se le ha dado al personaje de Ernesto Sevilla en la película? Es un despreocupado con sus hijos.
Es para provocar la comedia y también la crítica. Yo estoy rodeada de padres corresponsables, pero esa no es la realidad del día a día, eso se ve en la puerta del colegio, en las reuniones o en las tutorías. Te diría que el 20% son hombres, pero eso es irme muy lejos. Quizá es el ocho. Pienso que las cosas están cambiando, pero a las tutorías y a las reuniones van las madres. Me parece guay que, en la película, se siga enseñando el tópico para causar humor y reflexión. La clave es irse a casa tras verla pensando por qué la madre sigue llevando el peso de todo en la familia.
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En España parece que sólo tienen éxito en taquilla las películas del estilo Vaya vacaciones. Esas o las de Santiago Segura.
Ahora mismo son las únicas que están funcionando, pero me gustaría pensar que gracias a ellas se puede hacer otro tipo de películas. No hay que estigmatizar el cine familiar porque está salvando la taquilla. ¡Que viva el cine familiar! Sin él, en los últimos años la taquilla hubiese sido un desastre.
¿Has tenido alguna experiencia pésima de vacaciones, parecida a la de los abuelos de la película?
Soy una persona tremendamente positiva, que le da la vuelta a la tortilla a todo e intenta sacar lo bueno, pero en las vacaciones en familia lo único que no se hace es descansar. Nunca uno desconecta. El objetivo como madre es llegar a sentarte en la playa. Yo he sido durante muchos años la vigilanta de la playa: uno se está bañando, el otro se ha ido a una esquina y está haciendo castillos de arena... Yo soy disfrutona, soy una madre vocacional que eligió ser madre y me encanta, pero vuelves de las vacaciones mucho más cansada. Necesitas otras vacaciones, que al final es lo que hacen los padres de la película, por eso yo no les juzgo. Me dicen, “sois los villanos de la película”, pero a mí me parece que son las víctimas.
“La baja natalidad no es consecuencia de que nos hayamos vuelto egoístas, llegar a fin de mes como padres es muy complicado”
¿Hay falta de entendimiento a esos padres que trabajan, que intentan cuidar a sus hijos lo mejor que pueden y que también merecen unas vacaciones para mantener su privacidad?
Hay como una mentalidad de “no haberlos tenido”, que era cómo se llamaba la película al principio. La maternidad tiene cosas maravillosas, lo que pasa es que no puedo evitar decirte que estoy agotada porque me parece sano decir que hay días que me quiero ir a dar un paseo para no escuchar más a mis hijos. Yo ya estoy en un oasis, porque son mayores y hago otro tipo de planes con ellos, los disfruto de otra manera, pero cuando eran pequeños.... ¡Madre mía esas tardes! Esto es una anécdota real y siempre me gusta contarla. Yo ahora estoy divorciada, pero en ese momento mi marido le dijo a mi hijo mayor “estás castigado sin bajar a la piscina”. Y yo dije, ¿de verdad? ¿No puede haber otro castigo? ¿Nos tenemos que quedar aquí todos toda la tarde? Hay que preparar muy bien los castigos, porque el castigo puede acabar siendo para ti. Los niños son niños y tienen esa energía que es casi eólica. ¿No podríamos transformarla en algo práctico para la sociedad? No se cansan nunca.
¿Cómo es lidiar con adolescentes y jóvenes, no sólo en el plano privado, también en el laboral, que viven conectados por las apps?
Soy una defensora de la adolescencia actual, porque la disfruto, porque me parece que ellos tienen mucho que enseñarnos. Hay que educarlos en cómo manejar esa información, lo único, pero si yo hubiese tenido todas esas herramientas no sé si sería la persona que soy hoy. Me parece que ellos pueden hacer muchísimas cosas: están concienciados con el medio ambiente, incluso con el uso de la ropa, del reciclaje. La adolescencia del 2023 es fascinante.
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Vives un gran momento profesional, estrenaste Fenómenas en Netflix y ahora Vaya vacaciones.
Y estoy en el teatro, que es como el hermano pobre de la profesión. Odio la frase “que me quede como estoy”, me parece que la vida es siempre un aprendizaje y consiste en ver qué es lo siguiente. En el teatro es la primera vez que participo como productora, tengo un 20% en este pequeño hijo, porque que es otro hijo más. Me gustaría pensar que mi futuro va por ahí, en ser capaz de tomar mayores decisiones en los proyectos en los que me involucro. No sé si seré capaz. Lo he probado en el teatro y me encanta. Encontré el texto, formé el equipo y luego estoy como actriz. No sé si seré capaz de hacerlo en el audiovisual porque me queda grande, pero quizá ese sería mi nuevo reto. Tener más decisión en los proyectos en los que entro. Ser como Reese Witherspoon.
¿Te consideras, entonces, versátil?
Es lo que he querido siempre y la vida me ha demostrado puedo serlo. Cuando te preguntaban “¿cine, teatro o televisión?” yo siempre decía los tres. En un momento cósmico, no sé que ha pasado, se estrena todo a la vez. Tengo una película en plataformas, una película en salas, una serie en televisión que se estrena el domingo y una función de teatro. Lo que soñabas de niña resulta que se puede hacer realidad.
¿Qué sensación queda después de conseguirlo todo? Muchas veces se dice que somos la sociedad de la insatisfacción.
Yo no. Estoy tremendamente agradecida. Hay mucho trabajo detrás de un equipo para que pueda llegar a todo y llevar esta tarde al dentista a mi hija, que es igual de importante. No pienso en qué vendrá después. A lo mejor lo siguiente es descansar, ¿sabes? Para poder poner el foco en los nuevos proyectos. Conozco a gente así, que que cuando tiene una cosa quiere la otra, pero me gustaría disfrutar de este momento.