Todo lo que sabemos sobre la película más esperada del año: ‘Cerrar los ojos’, la vuelta al cine de Víctor Erice

El célebre director de ‘El espíritu de la colmena’ regresa tras 30 años alejado de la gran pantalla con una película de tintes autobiográficos que participará en la sección Première del Festival de Cannes

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Víctor Erice junto a Ana
Víctor Erice junto a Ana Torrent durante el rodaje de ‘Cerrar los ojos’. (Manolo Pavón)

En 1992 Víctor Erice firmó su última película, El sol del membrillo, un documental a modo de ensayo fílmico en colaboración con el pintor Antonio López en el que se reflexionaba, entre otras muchas cosas, sobre el proceso artístico y el oficio de capturar la realidad a través de la cámara o el pincel. Después esta obra realmente portentosa llegaría la frustración y el silencio durante casi tres décadas, en las que el autor no parecía haber superado que su adaptación de la novela de Juan Marsé, El embrujo de Shanghai, no pudiera finalmente llevarse a cabo tal y como a él le hubiera gustado.

Mucho se ha escrito y dicho sobre esa cuestión, y lo único que queda claro es que después de que el productor Andrés Vicente Gómez decidiera rechazar su versión del guion y sus condiciones de rodaje, a Erice algo se le rompió por dentro y se quedó ahí enquistado para siempre.

Desde entonces ha participado en proyectos colectivos como Ten Minutes Older, con el fragmento The Trumpet (2002) o el más reciente Centro histórico, con la pieza Vidros partidos, cortometrajes como Alumbramiento (2002) o La Morte Rouge (2006) y sus correspondencias con Abbas Kiarostami (2007). No dejó de rodar, pero todas estas miniaturas ni parecían corresponder con el talento de uno de los autores más importantes de nuestra cinematografía ni eran suficientes para saciar la curiosidad por saber de qué hubiera sido capaz después de tres obras cruciales como El espíritu de la colmena, El sur y El sol del membrillo, con las que alcanzó el prestigio internacional gracias a un poderoso estilo visual acompañado de una profunda reflexión en torno al lenguaje cinematográfico en cada una de sus imágenes.

Una película sobre los fantasmas del pasado

Ahora ese silencio se rompe gracias a Cerrar los ojos, un proyecto que prácticamente rodó en secreto y a través del que pretende exorcizar buena parte de sus fantasmas. De hecho, el protagonista de la película, podría considerarse una especie de alter ego del propio cineasta, un creador hundido que se ha apartado del mundo después de no haber podido llevar a cabo un proyecto soñado. Pero llega un momento de su vida en el que necesita de alguna manera redimirse y retoma el contacto con algunas personas que formaron parte de su pasado.

Rodaje de ‘Cerrar los ojos’,
Rodaje de ‘Cerrar los ojos’, de Víctor Erice. (Manolo Pavón)

En el reparto, Manolo Solo interpretaría una versión muy particular de Víctor Erice, y José Coronado sería un actor desaparecido con el que forjó una intensa amistad en su juventud. Además, encontramos los nombres de María León, Soledad Villamil, Josep María Pou, Petra Martínez, Juan Margallo y... Ana Torrent, en un guiño a la presencia hipnótica de la actriz, descubierta por el cineasta cuando era una niña y cuya mirada quedó incrustada en el inconsciente colectivo cinéfilo a través de una de las escenas más hermosas jamás filmadas en nuestro país.

El guion corre a cargo de Erice y de Michel Gaztambide, ganador del Goya por No habrá paz para los malvados, y detrás de la producción se encuentra Tándem Films, Pecado Films y Nautilus, del propio cineasta.

Un rodaje secreto marcado por el misterio

Se dice que el rodaje en Granada estuvo marcado por el secretismo más absoluto para evitar que se desvelara ningún tipo de detalle. Erice siempre ha sido un director en ese sentido bastante especial y muy meticuloso en sus procesos creativos. Nadie pensaba que podría volver a ponerse detrás la cámara para filmar un nuevo largometraje después de tanto tiempo. Por un lado, porque se arriesgaba a que esa obra no estuviera a la altura de las expectativas después de tres obras maestras. Por otro, porque parecía haber renunciado a un oficio y una industria que lo habían decepcionado.

Tampoco se tenía muy claro que la película pudiera estar terminada para el Festival de Cannes debido también a la precisión del director en cada uno de las etapas de producción, en este caso en el montaje y postproducción. Pero sí se sabía que el director artístico del certamen, Thierry Frémaux estaba muy atento a esta película y quería que estuviera en esta edición. Finalmente no participará a concurso, sino que se alojará en la sección Première. No se sabe si eso es positivo o negativo en el caso de una película tan esperada, pero lo cierto es continúa siendo todo un enigma dentro del cine español de 2023 el regreso de nuestro autor maldito por excelencia.

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