João Félix regresa a Madrid, de donde tuvo que irse el pasado mercado invernal ante las desavenencias con Simeone y la falta de minutos en el Atlético. Llegó al Chelsea en calidad de cedido y ansioso por demostrar su nivel futbolístico. Sin embargo, cuatro meses después, se enfrenta al mismo dilema que le lastró en el club rojiblanco: ser capaz de justificar su precio. En el Atlético, día sí y día también tenía que demostrar que los 126 millones que se pagaron al Benfica fueron una buena inversión. Ahora, en el Chelsea, le toca convencer al propietario, Todd Boehly, de que merece la pena afrontar una negociación millonaria para hacerse con su traspaso de manera definitiva.
Para el portugués quedarse en Londres sería una buen salida. Viajó a Inglaterra para alejarse de Simeone, a la espera de una posible salida del argentino en verano que cada vez parece más improbable. Ante este escenario, los mensajes que manda Joao no invitan, ni mucho menos, a pensar en su regreso. “El Chelsea es un equipo al que le gusta atacar, tener la pelota y dominar el balón. Ese es el fútbol que me gusta jugar. Me siento muy libre aquí, me encanta”. Y, al mismo tiempo, Simeone tampoco parece especialmente entusiasmado con la idea. De hecho, desde la salida del atacante, ha declarado que el Atlético juega más en equipo y que ha recuperado su fortaleza.
Reivindicarse ante su bestia negra
El juicio, claro, se hará a final de temporada, pero esta noche tendrá su vista más trascedente. João Félix visita el Santiago Bernabéu con el Chelsea en el partido de ida de los cuartos de final de Champions. El jugador conoce a la perfección el escenario y al rival. Se ha enfrentado al Real Madrid hasta en seis ocasiones con la camiseta del Atlético, y su bagaje deja mucho que desear: ninguna victoria, dos empates, cuatro derrotas y ningún gol ni ninguna asistencia en su expediente. Por si esto fuera poco, no completó ninguno de los seis encuentros ante el conjunto blanco. Fue titular, pero sustituido en cuatro de ellos, mientras que en los dos restantes entró desde el banquillo.
El portugués, además, se perdió dos duelos por lesión y curiosamente los rojiblancos vencieron en uno de ellos. Curiosamente su única actuación notable ante el Madrid tuvo lugar en un amistoso veraniego durante su primera pretemporada como jugador rojiblanco. En aquel derbi disputado en Nueva Jersey, que se saldó con un sonrojante 7-3 a favor de los de Simeone, João Félix generó muchas expectativas tras anotar un gol y repartir una asistencia. Sin embargo, el suflé colchonero se desinfló.
Un momento irregular
Actualmente, y mientras el Chelsea se encuentra inmerso en una crisis profunda de resultados, más cerca del descenso que de Europa en la Premier, y otra de identidad -Lampard es el tercer entrenador esta temporada-, João Félix busca relanzar su carrera. Como le ocurrió en Madrid, el portugués ha dejado en Stamford Bridge destellos de su calidad, pero no ha mostrado la continuidad necesaria. Su etapa en Londres comenzó de la peor forma posible, con una roja directa que le mantuvo apartado de los terrenos de juegos durante tres semanas. Tras cumplir la sanción ha sido titular en todos los partidos, aunque sólo ha completado cuatro de los doce encuentros.
Aún está por ver el rol que ocupará con Lampard que, en su único partido como técnico blue antes del Bernabéu, jugó con João Félix por el costado zurdo. Ante el Real Madrid presentará un esquema más replegado, de esos que hacen sufrir a futbolistas como el portugués, cuya calidad sale a relucir con estilos más ofensivos. Sea como sea, lo cierto es que el portugués vivirá una auténtica prueba de fuego en el Santiago Bernabéu. En juego, su futuro: convencer a Todd Boehly o regresar con Simeone.