Mario Kart consiguió que aquellos que renegaban de lucir el carnet de conducir en la cartera se pelearan por girar el volante. El caparazón azul era una condena asegurada, sobre todo si el trofeo esperaba al jugador, dorado y brillante, en la línea de meta. La rabia de haber recibido aquel castigo derivaba en una repetición constante de la carrera, simplemente para confirmar que, de no haber sido por la casualidad o causalidad, el podio no se le hubiese resistido. El fontanero del universo píxel creado en 1983 por Shigeru Miyamoto es una insignia de Nintendo. Sus tuberías, sus cubos mágicos, sus personajes y su icónico peto, también. No en vano, tres de los diez videojuegos más vendidos por el gigante de las consolas llevan su nombre.
“¿Quién no ha jugado a un juego de Mario?”, responde a Infobae España Enrique Marcellán, PR Manager en Nintendo España. Quizá sea esa una de las razones que explica el fenómeno que ha supuesto Super Mario Bros. en la taquilla mundial. Con casi 400 millones de dólares -unos 367 millones de euros- en cinco días, coincidiendo con la Semana Santa en España y la Pascua en Estados Unidos, la cinta ha batido récords en una era en la que los blockbusters parecían quedarse cortos de impulso en las salas.
En España, la película se ha convertido en el mejor estreno en lo que va de 2023, acumulando más de 7,8 millones de euros -según los datos proporcionados por Comscore-. Toda la amalgama numérica presentada convierte a la película dirigida por Aaron Horvath y Michael Jelenic en el mejor estreno de la historia para una película animada, superando a Frozen 2, en la adaptación de un videojuego más exitosa y también ha conseguido la mejor recaudación para una cinta estrenada en un puente largo.
“La nostalgia ayuda”, indica Marcellán, que considera al fontanero de frondoso bigote como “uno de los personajes más reconocibles a nivel mundial”. Los datos de la taquilla arrojan luz sobre el fenómeno de la añoranza y el recuerdo. Un 60% de las entradas vendidas corresponde a la franja de edad comprendida entre los 18 y 34 años. “Quizá un niño pequeño no sabe quién es porque no ha tenido videojuegos, pero el padre o la madre sí”, analizan desde Nintendo. “Los que tenemos más de 35 años nos divertimos con los guiños y el reencuentro con los personajes”, coincide Ekaitz Ortega, redactor jefe de Entretenimiento en Hobbyconsolas. Sin embargo, para conseguir los números que la adaptación del videojuego ha cosechado, hace falta algo más que un contrato generacional con la morriña.
“‘Super Mario Bros.’ no excluye al espectador más casual que, tras la pandemia, vuelve a las salas en busca de ‘blockbusters’”
“La nostalgia existe”, coincide Ortega en declaraciones a este medio, pero “se está alcanzando también a ese público joven que conoce más a los personajes por ser de la cultura popular que por jugar a los videojuegos”. Super Mario Bros. se convierte en una una hora y media que “no excluye al espectador más casual que, tras la pandemia, está volviendo a las salas con la mente abierta y en busca de blockbusters”.
El triunfo de la sencillez
Mario y su hermano Luigi ansían salvar el mundo, pero ni siquiera pueden arreglar una tubería en Brooklyn. Con la mirada rocosa de su familia sobre sus hombros, que les considera un fracaso, buscan la forma de conseguir su aprobación. Será a través de una oxidada tubería con sonidos de feria de domingo donde encuentren su verdadero destino. Miyamoto ha explicado en numerosas entrevistas por qué considera que su creación ha alcanzado el estatus deseado por la familia Kardashian. La clave está en su llanura y cercanía. “Sentía que mi trabajo era dibujar a un personaje con características reconocibles”, ha descrito recientemente a Variety. “Si dibujaba una nariz grande y un bigote, no necesitaba dibujarle una boca; si le ponía un gorro gigante, no necesitaba ponerle pelo”, analiza el nipón. “Así construimos un personaje icónico”.
Super Mario Bros. “es un ‘fan service’ de manual que no ha buscado líos”, opina Ekaitz Ortega, que considera que el éxito del filme reside en su capacidad para concentrar los elementos clásicos de su universo. “Es una adaptación directa y sin trampas, la única ambición es entretener”, apostilla. Desde Nintendo han podido identificar algunos de los juegos más exitosos en la versión cinematográfica. “El videojuego más vendido es Mario Kart 8 Deluxe, un título al que se hace clara referencia en la película [...] pero también al Super Smash Bros. Ultimate y al Super Mario Odissey”, enumera Enrique Marcellán.
“’Super Mario Bros.’ es un ‘fan service’ de manual que no ha buscado líos, la única ambición es entretener”
40 años después de su creación, Nintendo tiene a Mario Bros. en el podio de los superventas. “Son sencillos y divertidos de jugar, pero difíciles de completar”, explica la empresa en referencia a las claves que los convierten en favoritos de los aficionados a las consolas. “Los primeros niveles te dan todos los elementos para que puedas completar el juego, pero esa fórmula se va complicando”, desarrolla Marcellán.
Entre pieles de plátano capaces de hacer caer un imperio y rutas arcoíris que derrumban las torres más altas y grandes, Super Mario Bros. bebe de la tradición y de la cultura del meme sin entrar en carambolas retorcidas. La cinta ya ha conseguido su estrella, romper la taquilla. ¿Qué vendrá después? “El objetivo es que todo se retroalimente, si la película ha ido bien, al final la gente se va a interesar por el universo de Mario”, concluyen desde Nintendo.