Europa está convulsionada. Tras las mociones de censura que pudo esquivar sin mucha holgura el gobierno francés del presidente Emmanuel Macron, ahora es el turno de España. Pedro Sánchez refuta una presentación similar de los ultraconservadores de Vox, en una búsqueda orientada más a lograr centralidad en un año electoral, que a correr al gobierno de la actual legislatura.
Tres meses después de su anuncio y luego de múltiples especulaciones sobre las características de la misma, dudas que incluían hasta quién estaría al frente de un nuevo gobierno de aprobarse la moción, el líder de Vox, Santiago Abascal, descubre su artillería contra Sánchez, mientras el Partido Popular (PP) observa desde lejos.
Este martes arrancó la segunda moción de censura contra el presidente del Gobierno, luego de otra anterior que impulsó el mismo partido en tiempos de la pandemia del coronavirus. Y al igual que ocurrió con aquella, que no prosperó, esta no tiene chance alguna de sumar los 176 apoyos requeridos, en especial por las abstenciones que ha adelantado el PP de Alberto Núñez Feijóo.
El Salón de Plenos del Congreso ha iniciado el debate luego del impulso que para ello le han dado 52 diputados de la formación ultraconservadora que lleva como candidato una eventual Presidencia del Gobierno al economista Ramón Tamames. Pero ni siquiera contar con un aspirante independiente como la de este casi nonagenario político, que le ha provocado varios disgustos a Abascal, hará posible un éxito a esta moción que ha sido subrayada como “estrambótica” .
Para comenzar la primera de las dos jornadas que llevará este debate, Abascal fundamentó la iniciativa de su sector reconociendo su propósito, ”poner fin a esta legislatura suicida y convocar elecciones”. Arremetiendo contra todos, fogoneaba a los populares por su escasa “credibilidad” y buscaba sumar voluntades para derrocar a un Gobierno de “podredumbre”.
Contraatacando, como estrategia frente a las acusaciones, el Presidente de Gobierno utilizó el atril para descalificar a Abascal, ironizar sobre los motivos de esta iniciativa y cuestionar al líder del PP por ausentarse del recinto, dejando, a su entender, el aspecto de no poder disimular las cercanías con los ultraconservadores.
Desde las tribunas, Abascal y Sánchez han usado el pleno para adelantar los escenarios políticos frente a la renovación próxima de la legislatura española. La “degradación” del actual presidente fue destacada por el ultraderechista al sostener que viene “mintiendo a los españoles”. Sánchez señaló las semejanzas ideológicas de Vox, y los “abstencionistas” del Partido Popular.
Los ataques del líder de extrema derecha estuvieron dirigidos a la decisión de derogación de los delitos de sedición y malversación, haber aprobado un estado de alarma declarado posteriormente inconstitucional por el Tribunal Constitucional y, entre otros, las políticas de género como la ley del “solo sí es sí” o “trans”.
Aunque lo consideró un “autócrata” y “déspota”, Sánchez se focalizó en volver la moción de censura en una tribuna de campaña. Frente a la ultraderecha y la derecha, la única alternativa para defender un gobierno progresista sería su continuidad, esbozó en su repertorio el inquilino de la Moncloa. Incluso, la participación de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, selló la idea de reordenar a los socios de izquierda para no permitir el avance de la oposición.
Como estaba previsto llegó el tiempo del candidato, aunque dos horas y media después del comienzo de la jornada. El turno de Tamames estuvo dedicado a defender un posible programa para España, muchos puntos conocidos luego de filtrarse su propuesta. El “elegido” por Vox para esta moción de censura hizo un alegato para criticar con crudeza las decisiones económicas del gobierno socialista que encabeza Sánchez.
Desde el escaño por sus problemas para estar mucho tiempo de pie, censuró al Gobierno de Sánchez por ser “cada vez más opresivo”, haciendo hincapié en que la coalición es una especie de “Frankenstein”. En tanto, propuso ser el candidato para reconducir el país con una convocatoria de elecciones generales y celebrarlas el próximo 28 de mayo, haciéndolas coincidir con las autonómicas y municipales.
Un escenario montado como un firme espejo de lo que es ya el año legislativo, los rivales muestran su armas, aunque algunos hablan por su silencio. La moción de censura esta prevista en dos actos: este martes el debate y el miércoles la votación.
Si bien esta mañana se alzó el telón puntualmente, a las 9:00 horas, y durante el día los diputados hacen sus intervenciones, la finalización de esta sexta moción de censura desde la Constitución de 1978 no puede tener la misma exactitud para su deliberación.
En un clima cargado por las tensiones internas y externas, no obstante nadie cree que termine avanzando, como la cuarta moción en 2018. Esta fue la única que ha prosperado, y fue la que permitió a Sánchez acceder a La Moncloa al reunir 180 votos a favor, 169 en contra y una abstención.
Seguir leyendo: