Cinco detenidos, dos chicas violadas. Todos menores. Ellos, a disposición de la Justicia. Ellas marcadas por una agresión sexual. A una la violó un chico; a otra, cuatro. Hay que situarse en el lunes 16 de mayo. Las muchachas, de 12 y 13 años, se habían citado a través de Instragram con dos chicos. En una casa abandonada de Burjassot, Valencia. Dice algunas crónicas que para besarse.
Cuando estaban en la casa, uno de los chicos quiso mantener relaciones sexuales completas con una de las niñas. Ella le dijo que, que no quería, que se detuviera. Pero él siguió, la forzó, la violó. La chica logró huir y alertó a una amiga a través de su teléfono móvil.
Su amiga se quedó atrapada en la casa. No con los dos chicos, sino con seis. Porque cuatro amigos de los primeros muchachos se presentaron en la casa abandonada y la forzaron, la violaron, la golpearon.
La amiga que recibió el mensaje de alerta a través de WhatsApp se lo dijo a su madre, que llamó de inmediato a la Policía Local. Empezó entonces una búsqueda desesperada. Los agentes llamaron al teléfono de una de las menores, pero estaba apagado. Les dijeron que todo había ocurrido en una estación de Metro -subte- de Burjassot, pero cuando rastrearon, no encontraron nada.
Al final localizaron a las menores: a una en su casa, a la otra cuando se dirigía a la suya. Las pequeñas dijeron en un primer momento que todo había sido una broma, que no decía la verdad en el mensaje de alerta enviado a su amiga. Pero sí lo era. Al final se lo contaron a sus padres. Y a la Policía.
Las dos menores fueron trasladadas a hospitales de Valencia. Una con custodia policial; la otra, no. La forense de guardia de cada uno de los centros certificó una posible agresión sexual y se activó el protocolo habitual en estos casos.
La policía encontró también la casa donde se produjo la agresión de la manada. Una vivienda en ruinas junto a un colegio y un parque del municipio valenciano. El martes la Policía Científica recogió restos de sangre, colillas de cigarrillos, huellas y otras pruebas que puedan ser determinantes para esclarecer lo sucedido.
Dos días después de la agresión, la Policía detuvo a cinco menores. El rastreo de las conversaciones que dos de ellos habían mantenido a través de Instagram con las muchachas han sido clave para localizarlos. Los presuntos agresores tiene entre 15 y 17 años. Aún busca a un sexto menor al que cree implicado en las violaciones.
La manada ha sido puesta a disposición de la Fiscalía de Menores. Y ahora es el juez quien debe decidir si los pone en libertad o si los ingresa en un centro de menores.
En Antena 3 TV han explicado, atribuyendo la información a fuentes oficiales, que las versiones de las dos menores tienen contradicciones. Una de las chicas habría declarado que entraron voluntariamente a la casa, que incluso una de ellas se desnudó y que mantuvo una relación plena con consentimiento. Todo en el sótano de la vivienda abandonada. Otra dice que fueron forzadas a entrar y que una fue violada. Ambas coinciden en que en un momento llegaron otros cuatro chicos, que agarraron a una de las menores y la violaron mientras la golpeaban.