Rinocerontes, guepardos, leones, linces, osos polares… Sillas tapizadas con piel de cocodrilo, bancos fabricados con patas de elefante, colmillos. El Seprona (cuerpo de la Guardia Civil dedicado a la Protección de la Naturaleza) ha intervenido en la localidad de Bétera (Valencia) 1.090 piezas de animales disecados. Se trata de la mayor colección de animales disecados hallada en España y una de las más grandes de Europa. Los primeros cálculos estiman el valor de la colección en más de 29 millones de euros. Son, dice la Guardia Civil, estimaciones conservadores que una vez se catalogue todo el material intervenido podría ascender de forma considerable.
Los investigadores iniciaron sus trabajos en noviembre de 2021. Entonces supieron a través de un aviso de la posible existencia de esta colección. Al final, el 6 de abril los agentes la denominada ‘Operación Valcites’: acudieron a una finca de Bétera -municipio de 23.000 en Valencia- y le pidieron a su propietario permiso para entrar y registrar la vivienda -una casa de tres plantas- y las naves -dos- que hay en el terreno. El dueño, cuya identidad no ha trascendido aún aunque se sabe que español, se negó y no dejó entrar a lo agentes. La Guardia Civil regresó poco después con una orden judicial y comenzó a registrar la casa y los galpones.
Los detalles de la operación ‘Valcites’ han sido aportados por Carlos Domínguez, teniente jefe del Seprona en Valencia. Este ha explicado que no esperaban encontrar una colección tan grande.
Muchos de los ejemplares incautados -405 de los 1.090- pertenecen a especies protegidas CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especie Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre). Dos de las especies disecadas corresponden a animales extintos -caso de un oryx dammah, que habitaba el norte de África- o al borde de la extinción, como el addax -también africano y conocido como antílope blanco- o el tigre de Bengala.
Esto según los primeros registros. Es decir, cuando los expertos terminen de clasificar el material incautado es posible que se encuentren más animales disecados considerados protegidos.
La mayoría de los especímenes requisados estaban escondidos en una nave de 600 metros cuadrados dividida en varias habitaciones. Además se registró otro galpón de 150 metros cuadrados y la vivienda del dueño de la colección, un chalé de tres plantas. Las paredes del recinto donde el ‘coleccionista’ ocultaba las piezas había sido decorado con pinturas en las paredes como si de una sabana se tratara: cielos azules con nubes, lagos, vegetación frondosa…
La lista de animales y otras piezas descubiertas es tan exótica como larga. Así, 11 pieles de leopardo y ocho ejemplares de este animal, otros tres guepardos (más tres pieles), rinocerontes negros, un oso polar y una jirafa. También se incautaron 11 cajas dos colmillos de marfil cada una. Pero había muchos más: en total, se encontraron 198 eran grandes colmillos de marfil de elefantes.En la casa del ‘coleccionista’, según la información facilitada por la Guardia Civil, se requisaron un sillón y 20 sillas de piel de cocodrilo, y banquitos fabricados a partir de patas de elefante. En total, material proveniente de 70 especies diferentes.
La Guardia Civil ha encontrado, asimismo, otros animales disecados que la ley protege de diferentes formas. Así, había un guepardo, aves, monos, un leopardo, un león, un lince, un oso polar, una pantera de las nieves, un rinoceronte blanco.
El ‘coleccionista’ está siendo investigado, a día de hoy, por los delitos de contrabando y otro relativo a la protección de la flora y fauna.
En la operación han colaborado los inspectores y técnicos facultativos de la Unidad Técnica de la Jefatura del Servicio de Protección de la Naturaleza y miembros del Instituto Legal y Ciencias Forenses, que gracias al Sistema Integrado de Gestión y Control de la Calidad y del Medio Ambiente han conseguido identificar a las especies protegidas.
Según los responsables de la investigación, cuando esta concluya se realizarán “los contactos oportunos para que los animales acaben en un museo de ciencias naturales”. En esta línea, el teniente jefe Domínguez ha explicado que se trata de que, al menos, “los ciudadanos puedan ver los animales, porque hay algunos extinguidos que ya no van a poder verse nunca”. El Guardia Civil ha calificado el espectáculo que se encontraron los agentes como “dantesca”. De momento, los animales permanecen en la finca, que ha sido precintada por orden del juzgado número 2 de Llíria.
El dueño de la colección, que no ha sido detenido, deberá declarar ante la Justicia y ya ha sido acusado de un delito contra la protección de la flora y fauna silvestres y otro de contrabando. El primero conlleva penas de uno a dos años de cárcel, y el segundo, de uno a cinco años de prisión.
Uno de los elementos clave es que el detenido no ha presentado documentación alguna que pueda certificar el origen legal de los animales. El teniente jefe Domínguez ha señalado que aunque la colección fuera una herencia, el investigado se enfrentaría a los mismos cargos porque “la sola tenencia o posesión de animales CITES sin su acreditativa documentación constituye un delito”.
“Actualmente, no tenemos constancia de que tenga la documentación de ninguno de los animales encontrados y estamos a la espera de que nos la aporte”, ha apuntado el teniente jefe de la Comandancia de Valencia, que ha señalado que la Guardia Civil “desconoce” hasta que el investigado preste declaración si esta colección de animales disecados “responde a un uso personal del propietario o a una acumulación para su posterior venta”.
En el registro de la vivienda, según ha informado Europa Press, participaron, los agentes del Seprona, biólogos y veterinarios para la identificación de la multitud de especies CITES y no CITES, así como miembros del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, con el objetivo de “datar el marfil hallado”.
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