Los españoles fueron liberadores de un continente, América, que estaba en manos de salvajes, incluso caníbales, que sojuzgaban a la población autóctona. Asó lo piensa y lo dice públicamente el actor y político español Toni Cantó. Hoy en las filas del Partido Popular, Cantó ha viajado a la derecha, pasando antes por otras dos formaciones políticas, en un tránsito que, por ahora, ha concluido en la Comunidad de Madrid, donde se ha convertido en director de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid.
En una intervención en el parlamento autonómico, ante los miembros de la Comisión de Cultura, Cantó ha afirmado: “Quiero reivindicar con orgullo el legado histórico [de España]. Yo no creo que seamos colonizadores, ni conquistadores ni nada parecido. Yo creo que España, cuando llegó a aquel continente, liberó al continente”.
Con “aquel continente” se refiere el actor a América. Y, por ende, al proceso al proceso que arranca con la llegada de la primera expedición de Cristóbal Colón, el 12 de octubre de 1492, al Nuevo Mundo.
Sus declaraciones en el parlamento regional continuaron por la misma línea. Se trató de una liberación, defiende, “porque, si no, los pocos cientos de españoles que llegaron al continente debieron ser supermán”. Y lo explicó: de lo contrario sería “imposible entender cómo unos cientos consiguieron liberar a tantísimos miles de personas que aquel continente que estaban absolutamente sojuzgada por un poder que era absolutamente brutal, salvaje, e incluso, por eso he copiado esa frase de Marcelo Gullo [polítólogo argentino] que me gusta mucho, caníbal. Eran capaces de, en una sola ceremonia, matar a 70.000 personas. Yo creo que España liberó aquello. Y a partir de ahí creamos una historia común, con una lengua común y un lado del que nos tenemos que sentir muy orgullosos”.
En España es recurrente que cada año, con la cercanía del Día de la Hispanidad -coincidiendo con el 12 de octubre, día del Descubrimiento-, resurja el debate sobre el papel jugado en el proceso de conquista. En los últimos años han sido muchos los historiadores, politólogos, políticos y opinadores que han alimentado la discusión en torno a la leyenda negra española. El término leyenda negra, con el que se pretende referir el pasado tenebroso del Imperio construido sobre todo por los enemigos de España (Inglaterra, Francia, Holanda), no fue acuñado en realidad hasta finales del siglo XIX por Julián juderías. Nunca antes se había empleado.
Cantó ha declaro que se siente “orgulloso de su patria y de lo que hizo la Iglesia católica”. En esta línea, sus palabras entroncan con la polémica suscitada hace 10 días, cuando la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, del Partido popular, criticó durante una gira por Estados Unidos, al Papa Francisco por lanzar una carta en la que pedía perdón por el comportamiento de la Iglesia durante el proceso evangelizador de América. Esto ya lo había hecho con anterioridad los papas Juan Pablo II y Benedicto VXI.
De forma casi inmediata, Ayuso reaccionó: “Me sorprende que un católico que habla español hable así de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano”.
Críticas de la Iglesia a Ayuso
Las palabras de Ayuso fueron censuradas por la propia Conferencia Episcopal Española (CEE). Con tono irónico, Luis Argüello, secretario de la Conferencia, respondió: “Hemos asistido a comentarios que pensamos que se han hecho desde un titular, sin la lectura del documento. No es un documento largo. Es un folio. Va dirigido a la Iglesia de México, porque celebra los 200 años de su independencia. Fuera de ese contexto el documento no se entiende”.
El propio Argüello, en la línea del papa Francisco, explicó el contenido de la carta y afirmó que la Iglesia, “en la tarea de evangelización, hace cosas bien y cosas mal”. Y, así, se preguntó: “¿De qué puede sentirse orgullosa la Iglesia española?”, para responder que “de llevar a toda Iberoamérica una lengua y una religión”.
La conferencia Episcopal criticó “algunos comentarios editoriales asombrosos” que “dan pie a declaraciones de personas que han leído un titular y no han leído una carta de un folio”. Argüello concluyó: “No quiero hacer juicios desde titulares de periódico, pero sí insisto en la apreciación de que estas declaraciones se han podido hacer sin leer la carta completa”.
Días después fue el ex presidente del Gobierno español José María Aznar quien arremetió contra el presidente Mejicano, López Obrador, y caricaturizó su origen: “Que mire sus apellidos”.
Ahora le ha llegado el turno a Cantó, un político que ha pasado de una formación a otra -UpyD, C’s, ahora PP- y que, tras la última crisis de Ciudadanos -que puede desembocar en la desaparición de esta formación-, decidió recalar en la formación conservadora. De hecho, trató de concurrir a las últimas elecciones de Madrid, celebradas el pasado 4 de mayo, en las listas de Díaz Ayuso. La ley se lo impidió porque estaba empadronado en Valencia, ciudad por la que había sido elegido, en 2019, diputado autonómico.
Díaz Ayuso se opuso desde un primer momento a contar con Cantó en sus listas, pero fue una imposición de Génova; es decir, de la dirección nacional del Partido Popular. Ante la imposibilidad legal de ir de número 4 de Ayuso, Cantó quedó en barbecho. Cuando Ayuso no lo nombró Consejero de Cultura, que era lo esperado por sus jefes de partido, la ‘obligaron’ a darle este cargo. Poco después, Cantó fue nombrado Director de la Oficina del Español, un organismo de nueva creación. El cargo está remunerado con 75.000 euros anuales.