Sorpresa en España: el joven que había denunciado una brutal agresión homófoba confesó que se lo había inventado todo

El último domingo había asegurado que ocho personas lo habian atacado en la calle en Madrid y le habían tatuado la palabra “maricón”

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En España se habían encendido
En España se habían encendido todas las alarmas ante lo que parecía ser una nueva agresión homófoba

El joven del barrio madrileño de Malasaña que denunció una agresión homófoba el domingo pasado ha cambiado de versión para reconocer a la Policía que dichas agresiones fueron consentidas, según han confirmado fuentes del Ministerio de Interior.

Desde esa cartera se ha puesto en valor el trabajo de la Policía Nacional, ya que el joven que el domingo denunció una agresión en el barrio de Malasaña de Madrid “ha decidido rectificar su declaración inicial y ha declarado que las lesiones inicialmente denuncias fueron consentidas”.

“Esta declaración se produce sin perjuicio del desarrollo de las investigaciones y del procedimiento judicial”, según han apuntado las citadas fuentes.

Una versión que no cuadraba

Según ha adelantado la Sexta, el joven se ha derrumbado ante la Policía en un nuevo interrogatorio al que le han sometido esta tarde, en el que habría reconocido que esas laceraciones provocadas en el labio y en una nalga, en el que le tatuaron la palabra ‘maricón’, fueron consentidas dentro de una relación íntima.

La Policía ya sospechaba que los detalles de la denuncia que había realizado la supuesta víctima “no cuadraban”. Había afirmado que ocho jóvenes a plena luz del día, el domingo a las 17 horas, le atacaron con sudaderas con capuchas y pasamontañas en pleno verano y nadie había oído nada.

En las cámaras de seguridad de la calle Palma, en la que vive, y aledañas, además de las del Metro de Tribunal, no habían visto rastro alguno de un grupo tan numeroso de personas con esas vestimentas de invierno. Tampoco había llamado a los servicios de emergencias ni le había atendido ningún sanitario del Summa o del Samur-Protección Civil, según ha podido comprobar Europa Press.

Los agentes habían interrogado estos dos días a comerciantes y vecinos de la zona y tampoco había escuchado nada. Entonces, los agentes han analizado el móvil y las redes sociales del denunciante, y ha comprobado que mantenía una relación con otra persona con elementos poco habituales. El denunciante aseguró en un primer momento que no conocía a los autores de su agresión.

La investigación la ha llevado la Policía Judicial de comisaría Centro y la Brigada Provincial de Información, concretamente el equipo de delitos de odio. En total, una treintena de agentes, que no tienen fichada ninguna banda ‘manada’ en Madrid dedicada a ‘cazar’ o dar palizas a miembros de la comunidad LGTBI, recalcan las mismas fuentes.

Ahora, este joven será previsiblemente acusado de una denuncia falsa. A tenor del artículo 456.1 del Código Penal, el castigo establecido para el delito en cuestión podría ir entre una pena de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses, si se imputara un delito grave. Una multa de doce a veinticuatro meses, si se imputara un delito menos grave o, por último, una pena de multa de tres a seis meses, si se imputara un delito leve.

Con información de Europa Press

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