“Atípico” y “espejismo” son las palabras con las que Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), define la temporada turística veraniega de este año. Lo “atípico” no es sólo la reducción del 25,8% de turistas internacionales frente al año pasado, sino también a la temporada de antes de la pandemia sino también la consecuente caída de ingresos. En lo que va de 2021, con más de 9,8 millones de visitantes internacionales, sólo se han ingresado 10.996 millones de euros provenientes del turismo exterior. Datos que confirman la depresión que sufre el sector turístico español, que acaba de cerrar el verano más negro en décadas.
En 2020, los ingresos en el mismo periodo fueron de 14.322 millones; y en 2019, de 52.193 millones de euros, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, el año 2021 es apenas el 21% del total de ingresos de 2019 y el espejismo que preocupa al sector apunta hacia un descenso de los datos de cara a la vuelta al cole, que marca el final de la temporada para el turismo nacional. Sólo en el mes de julio España recibió cerca de 4,4 millones de turistas internacionales, un 78,3% más que en el mismo mes de 2020, pero casi un 55% menos que en el mismo período en 2019. La mejora se apoya en los visitantes procedentes de Francia (874.189), Alemania (707.331) y Reino Unido (555.183), que mostraron cifras ascendentes en relación con el mismo mes del año anterior.
“El pasaporte covid que diseñó la Unión Europea ha servido de poco. No se ha generado la confianza esperada que iba a proporcionar un documento único para la movilidad entre países. Al contrario, cada país ha puesto sus reglas y eso ha generado mucha incertidumbre y nos ha perjudicado notablemente”, asegura Carlos Abella, secretario general de la Mesa del Turismo.
Los destinos preferidos en el mes de julio fueron Baleares (30,0%) del total, Cataluña (18,5%) y la Comunidad Valenciana (13,8%). Por otro lado, en los siete primeros meses de 2021 las comunidades que más turistas recibieron han sido Baleares (con casi 2,6 millones y un aumento del 152% respecto al mismo período de 2020), Cataluña (con casi 1,8 millones y una bajada del 34,9%) y Andalucía (con más de 1,2 millones, un 35,4% menos). El 60% del gasto total en julio lo realizaron turistas que pernoctaron en alojamientos hoteleros, con un aumento del 162%.
Para Marichal, hay una buena noticia: la familia española que ha cogido su coche y ha viajado por el país. El presidente de esta patronal considera así que “ha sido una gran aportación” y que ha producido “una fuerte ocupación con respecto a los números anteriores a la pandemia”. Sin embargo, en el caso de las islas, el empresario considera que “es una pena” que no hayan podido recibir tanta cantidad de turistas nacionales debido a la imposibilidad de desplazarse en su propio vehículo y al “alto precio” de los vuelos. El problema es que la pujanza del turismo nacional no compensa el precipicio por el que se han caído los ingresos de los turistas internacionales, claves para la balanza de pagos. Un turista internacional gasta, de media, tres veces más que un turista local.
“Los clientes internacionales se han quedado en sus propios países debido a las restricciones”, explica Marichal en un videocomunicado. En ese sentido, los datos del lNE revelan que el turismo sigue de capa caída con respecto a los años anteriores, algo que considera una “muy mala noticia para el sector turístico español” y preocupa de cara a la temporada de otoño, invierno, navidades y Semana Santa del próximo año. Especialmente su afectación a los complejos más pequeños.
El pesimismo del sector se contrapone con el optimismo de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que afirma que los datos de llegada y gasto de visitantes internacionales en julio publicados por el INE “muestran que España ha conseguido ser percibida como un destino seguro por millones de viajeros”. Desde la oposición, la vicesecretaria sectorial del Partido Popular, Elvira Rodríguez, mostró su satisfacción por la recuperación de turistas internacionales el pasado mes de julio, aunque asegura que los datos “aún están lejos de alcanzar las cotas registradas otros años”.
El final de la temporada turística hará que la ocupación baje “drásticamente”, advierte el presidente de CEHAT. A su juicio, el mes de septiembre será “complicado” y el sector aguarda expectante la evolución del virus, la inmunidad de rebaño, y la eliminación de restricciones que ponen un freno a los clientes internacionales a la hora de escoger un destino de vacaciones.
En este contexto, las patronales y lobbies del turismo solicitan la prórroga de los ERTE como la única manera de evitar despidos masivos ante un escenario en el que la recuperación no se atisba hasta el verano de 2022. José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, exige que este mecanismo se mantenga hasta finales de 2022 y también reclama que no se suprima la contratación temporal en la futura negociación de la reforma laboral.
“La temporalidad es clave para el sector, ya que afecta al turismo de forma muy diferente al resto de sectores”. En esa misma línea, Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, remarca que la incertidumbre en la que vive el sector obliga a que se extiendan los ERTE en 2022. “Han sido las verdaderas ayudas directas que no ha recibido el sector. Hay que mantenerlo hasta que no se recupere un cierto nivel de normalidad. Sigue habiendo una base de inactividad muy alta en la hostelería: no funcionan las barras, no hay servicio en los interiores y siguen limitados aforos y horarios”, resume. En su opinión, los ERTE son el único mecanismo que en la actualidad garantizan el mantenimiento del empleo y la supervivencia de las empresas.
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