Los informes que implican a los servicios secretos rusos con la fallida declaración de independencia de Cataluña de 2017

Mensajes en el teléfono de Josep Lluís Alay, ex jefe de la oficina de Carles Puigdemont, revelaron relaciones con presuntos espías del Kremlin en busca de apoyo a los intereses secesionistas

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El expresident Carles Puigdemon. EFE/ Horst Wagner/Archivo
El expresident Carles Puigdemon. EFE/ Horst Wagner/Archivo

El teléfono de Josep Lluís Alay puede tener muchas respuestas para esclarecer algunas claves del proceso independentista catalán. Sus viajes a Moscú, sus relaciones con presuntos espías del Kremlin y la activación de protestas en las calles de Cataluña poco después de sus visitas a Rusia son un cóctel que, como mínimo, ha levantado sospechas en los servicios de inteligencia.

Pero, ¿quién es Alay? Josep Lluís Alay fue jefe de la oficina de Carles Puigdemont, el hoy exiliado -según él- o huido -según España- ex presidente del Gobierno catalán. Puigdemont puso en marcha el referéndum del 1 de octubre de 2017 en el que se votaba la independencia de Cataluña. Un referéndum considerado ilegal por la Justicia, que acabó con la aplicación por parte del Gobierno central -al frente del cual estaba entonces Mariano Rajoy- del artículo 155 de la Constitución que permite “congelar” la autonomía de un Gobierno regional, un juicio que llevó a la cárcel a gran parte de los cabecillas del procés -como denominan los catalanes al proceso indepentista- y con Puigdemont fugado a Bruselas.

Un informe de la Guardia Civil revelado por El Periódico y que parte The New York Times atribuye a la ‘inteligencia europea’ sitúan a Alay en la órbita del espionaje ruso. Alay viajó a Moscú en 2019 para buscar presuntamente apoyo a los intereses secesionistas, según estos informes.

Él lo niega, dice que nada tiene que ver con los servicios secretos de Vladimir Putin y que estas elucubraciones no son más que “una ‘historia fantasiosa’ creada por Madrid”, según recoge The New York Times. O sea, que es el Gobierno español quien está creando estas historias.

EFE/EPA/EVGENIY PAULIN/SPUTNIK/KREMLIN / POOL
EFE/EPA/EVGENIY PAULIN/SPUTNIK/KREMLIN / POOL

¿Cuál sería el vínculo de Alay con los servicios secretos rusos según esos informes? Además de los viajes a Moscú y de algunas reuniones al más alto nivel, el informe de la Guardia Civil enviado al juez de Barcelona Joaquín Aguirre -que investiga la supuesta financiación del procés- remarca la relación del ex jefe de la oficina de Puigdemont con el empresario ruso Alexander Dmitrenko.

El Estado ha negado a Dmitrenko la nacionalidad española por la sencilla razón de que lo vinculó en su día con los servicios de espionaje del Kremlin En declaración a El Periódico, Dmitrenko es tajante: “Yo no soy un espía ruso”. El medio cita a un asesor de este empresario que advierte que ni tan siquiera tiene “antecedentes penales”.

La petición de nacionalidad se realizó hace más de tres años, y las autoridades españolas consideraron que existe un “conocimiento probado” de sus tareas “conscientes” para “los servicios de inteligencia rusos, de los que recibe misiones”. Incluso, según recogen los medios citados, en la denegación de la nacionalidad se especificó que se habían “detectado contactos de este individuo con algunos de los principales líderes del crimen organizado transnacional de origen ruso, para los que también realizan diferentes labores”.

El empresario ruso lo achaca todo a un mal entendido y a una posible colaboración suya, tiempo atrás, con la Fiscalía rusa.

La Guardia Civil tuvo acceso al teléfono móvil de Alay después de que ése fuera detenido en octubre de 2020 dentro de la llamado Operación Voloh. Este es el caso que el citado juez de Barcelona abrió para averiguar de dónde llegaba la financiación a los partidarios de la independencia.

Foto de archivo de la Guardia Civil
Europa Press
Foto de archivo de la Guardia Civil Europa Press

En el móvil hay mensajes entre Alay y Dmitrenko sobre negocios de gas entre empresas rusas y chinas. También detalles, según los mismos medios, de los movimientos de Dmitrenko para ser nombrado embajador de la Cambra de Comerç -Cámara de Comercio- de Barcelona.

El informe sobre Alay y sus posibles relaciones con Rusia ha sido elaborado por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y Bellingcat. Según los datos allí recogidos, el empresario ruso se “ha integrado en el círculo de Puigdemont”.

Tanto Alay como Puigdemont han reconocido a The New York Times sus viajes a Moscú, pero lo desvinculan del procés. Sin embargo, el medio estadounidense explica que algunos de los funcionarios con los que se reunió Alay han participado en la llamada guerra híbrida de Rusia contra Occidente. Una estrategia que consiste en emplear propaganda, fake news, financiación y grupos extremistas dentro de los países objetivo para crear desestabilización.

Tras la visita de Alay a Moscú, señalan las informaciones, se produjeron en Barcelona los altercados y manifestaciones independentistas conocidas como Tsunami Democrático. Según un informe de la Guardia Civil, Alay participó en la creación de este movimiento, siempre según los medios citados.

Los mensajes de Alay confirman las relaciones estrechas con Rusia. En uno de ellos, enviado a Puigdemont el 23 de agosto de 2020, se lee: “Estoy pensando mucho en el tema de Rusia. Y estos días está todo muy complicado”.

Manifestaciones independentista en Barcelona, España. REUTERS/Jon Nazca/Foto de archivo
Manifestaciones independentista en Barcelona, España. REUTERS/Jon Nazca/Foto de archivo

Semanas después del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 empezaron a surgir algunas informaciones que hablaban de la implicación rusa en el movimiento independentista. Hasta el punto que el propio Gobierno español reconoció que un grupo de la inteligencia rusa había estado en Cataluña en las fechas de la consulta en urnas.

El informe de la inteligencia que cita el New York Times, un memorando de 10 páginas-, indicaría que Alay y Dmitrenko buscaron ayuda en Rusia: financiación en sectores financieros, energéticos y de las telecomunicaciones.

Una de las claves de la presuntas relaciones de Alay con el espionaje ruso se encuentran en uno de los mensajes de su móvil. En él se lee: “Estamos trabajando para The Americans”. Esto es, un programa de televisión sobre empleados del servicio secreto ruso que trabajan como topos en Estados Unidos.

Esta serie está inspirada en un matrimonio de espías rusos, con los que Alay habría contactado en uno de sus viajes.

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