Cabrito en hojas de parra, seco de cordero, un enigmático paso de frutos de estación llamado simplemente "Rojo" y un appetizer sorpresa de tubérculos andinos. Estos son solo algunas de las creaciones que surgieron de la unión entre Germán Martitegui y Gastón Acurio, dos de los chefs más célebres de la Argentina y el Perú.
Pero quizás el más representativo paso de esta inédita unión haya sido el Ceviche de centolla y corvina a las brasas: el encuentro de dos técnicas distintivas de ambos países y productos únicos.
"Tenemos la suerte de recibir centollas de los mares más fríos del sur. A esto solo toca hacerle casi nada, nada más que un pequeño toque de sentimiento e identidad para que brille por sí sola. Las estrellas son los productos", explicó Gastón Acurio sobre uno de los platos más osados de esta propuesta de ICBC Exclusive Gourmet.
"Este es uno de los grandes encuentros del año. Admiro a Gastón y lo que ha hecho por la cocina latinoamericana. Estamos felices, no solo yo: para todos mis cocineros esto es un viaje", explicó Germán Martitegui, el anfitrión de la noche, y agregó: "Él tuvo carta blanca para armar su propuesta, es Gastón Acurio".
La experiencia
Un chulengo en la calle fue la primera de las sorpresas: algo que quizás no muchos esperaban encontrar en plena puerta del restaurante argentino mejor rankeado en los célebres premios 50 Best.
Allí, los invitados (y muchos curiosos que se acercaron) fueron recibidos por una provoleta de búfala asada con miel entre hojas comestibles y anticuchos de pulpo a la parrilla, todo acompañado con vermut.
La segunda de las sorpresas llegó antes del primer paso del menú, con un plato de tres tipos distintos de tubérculos andinos. Esta no sería la última: otro de los pasos incluyó un particular caldo de gallina (con la pata entera del animal sobresaliendo del bowl) que se sirvió sin cubiertos. Martitegui pasó por las mesas a explicar personalmente la idea: "Es un caldo de gallina que hay que comer con la mano, como hacíamos cuando éramos chicos", invitó.
Cada paso estuvo maridado especialmente con vinos de productores específicos de distintos rincones del país. Se destacó especialmente uno de la variedad de uva llamada "criolla", la primera traída por los conquistadores españoles que por mucho tiempo fue reemplazada y opacada por otras.
El menú completo fue el siguiente, más allá de la entrada fuera de Tegui y el appetizer sorpresa inicial:
-Apionabo y Panceta
-Ceviche Curado de Chernia y Erizo
-Tiradito de Caracola
-Ceviche a la Brasa de Centolla y Corvina
-Cazuela de Gallina
-Cabrito en hojas de Parra
-Seco de Cordero
-Rojo
-Banana y Yateí
El misterioso "Rojo" también mereció explicaciones del chef anfitrión. "Hay una teoría que cuenta que todos los productos del mismo color se llevan muy bien. Todos los frutos de estación de color rojo están en ese plato y quisimos imaginar cómo sería el sabor del color".
La velada tuvo lo mejor de las técnicas y productos de los dos países. Una cumbre que puso codo a codo a dos de los chefs más importantes de la Argentina y Perú, más allá de los rankings: "Los cocineros no competimos entre nosotros. Sumamos todo el tiempo esfuerzos, voluntades y sueños para hacer de la cocina un espacio de bienestar. Queremos llevar ese mensaje a los chefs más jóvenes", sintetizó Acurio.