La Candelaria: una visita con wifi al campo argentino del Siglo XIX

Ubicada a minutos de Lobos, Pcia. de Buenos Aires y a poco más de 100 km de Capital Federal, la estancia conserva un estilo único. Gastronomía campestre e internacional, actividades para toda la familia y confort rústico

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El paisaje de La Candelaria: la
El paisaje de La Candelaria: la capilla se terminó de construir en 1937.

Mora tira del sulqui a ritmo pausado. Entre los pinos se cuelan el sol del mediodía que se refleja en las almenas y torres del castillo de la Estancia la Candelaria. El bosque termina y los viajeros bajan del antiguo carruaje mientras junto al lago se prepara un multitudinario asado.

La escena bien podría ser de comienzos 1900, pero la chica que bajó del carruaje pide la clave del wifi y comparte en sus stories de Instagram el recorrido en sulqui a través del bosque. Se saca selfies con sus hermanas en la puerta del Castillo, mandado a construir por Manuel Fraga a cargo de arquitectos franceses en 1894 que se mantiene en gran parte sin modificaciones, con increíbles detalles de época, testigos de un estilo de vida que se perdió en la historia.

El interior del castillo cuenta
El interior del castillo cuenta con detalles de época como instrumentos musicales , araña de cristal de Murano, mármoles de Carrara, mobiliario de época y paredes enteladas.

Hoy, La Candelaria, a unos pocos kilómetros de la ciudad de Lobos, atrae a cientos de turistas que quieren conocer esa atípica y lujosa construcción de estilo europeo, con la posibilidad de dormir en sus cuartos señoriales aggiornados y pasar un día de campo, disfrutando de los jardines adornados por estatuas y diseñados por el célebre paisajista Carlos Thays.

La imponente Capilla Panteón, ubicada en un amplio claro, es la segunda construcción que capta la vista. Su construcción finalizó en 1937, a pedido de Rebeca Piñeiro del Mármol de Fraga, con el objetivo de que sus antepasados descansen en la estancia. Una antigua cruz de madera corona la entrada y es testigo del estilo campestre que domina los alrededores de La Candelaria, tan elegante como rústico.

El paisaje de la Candelaria
El paisaje de la Candelaria fue diseñado por Carlos Thays.

Los sabores

Desayuno, almuerzo, merienda y cena están incluidos tanto para quienes buscan pasar el día de campo o pasar una o varias noches en La Candelaria. De nuevo se destacan los productos clásicos del campo argentino. Pan casero, mermeladas artesanales y cereales, mientras que para el mediodía, los fines de semana, las brasas y el clásico asador criollo se convierten en la atracción principal, acompañados por shows de destreza gaucha.

El restaurante del Castillo, el mirador del Lago (un gran salón abierto con escenario) o el flamante Quinto Chukker son los escenarios donde los visitantes pueden disfrutar de las distintas comidas dependiendo del día y del horario.

Los detalles del restaurante del
Los detalles del restaurante del castillo de la Candelaria.

Quinto Chukker es la última novedad de La Candelaria: un restaurante top con el polo como concepto central, en medio del campo, donde los productos clásicos de la zona se conjugan con preparaciones de categoría que incluyen varios platos únicos, como el ojo de bife y los exquisitos ravioles de molleja, claro, también con opciones vegetarianas o sin gluten.

"La idea de Quinto Chukker es abrir el juego a una nueva posibilidad de visitarnos. Antes sólo se podía venir por el Día de Campo o alojándose en el hotel, ahora los visitantes pueden venir a almorzar o comer a la noche al restaurante y visitar la estancia", explica Martín Grant, Socio Gerente de La Candelaria.

La Candelaria cuenta con amplios
La Candelaria cuenta con amplios espacios verdes, boulevares y bosques.

La Candelaria también es elegida por empresas nacionales e internacionales para realizar eventos de una o varias noches y lanzamientos de productos. Sus condiciones también la hacen un lugar ideal para celebrar casamientos. En total, la estancia cuenta con 10 habitaciones en el Castillo, 10 en el Casco Colonial, 2 Bungalows y el Molino Holandés, además de salones de hasta 800 personas diseñados y equipados para este tipo de actividades

Disfrutar del campo

Más allá de contar con Wi-Fi en casi toda su extensión, La Candelaria invita a dejar los celulares en la habitación y recorrer toda su extensión, llevar un libro y terminarlo a la sombra de un árbol, disfrutar de los amplios espacios verdes y, especialmente, del silencio y un cielo nocturno único.

Las opciones para pasar las horas son muchas: y van desde las clásicas cabalgatas o paseos en sulqui, caminatas por los bosques, canchas de tenis, vóley y futbol, una gran pileta con trampolín y hasta una antigua pulpería de época, donde se puede disfrutar de un aperitivo mientras cae la tarde.

Los huéspedes pueden quedarse tanto
Los huéspedes pueden quedarse tanto en las habitaciones del Castillo como en las casas coloniales, bungalows del bosque o el pintoresco y tranquilo Molino Holandés.

Son pocos los lugares donde, todavía, es posible vivir una experiencia que es a su vez auténtica y turística, sencilla y elegante, con muestras de un esplendor pasado que se agranda con el paso del tiempo.

La Candelaria está ubicada sobre la Ruta Nacional, 205 en el  Km. 114,5, Lobos. Contacto: (54 – 02227) 494132 / 494473