Una gigantesca y silenciosa mole blanca que abarca todo el horizonte para terminar bruscamente en un mar de azul profundo. Ese es el denominador común, la imagen mental más recurrente que tiene todo aquel que no ha visitado ese continente de hielo.
La fotógrafa Adriana Lestido visitó este gigante –¿blanco?– por seis semanas, luego de que su proyecto fuera seleccionado en 2011 por el Instituto Antártico y Cancillería Argentina para una residencia de artistas que se realizó en ese continente en 2012. Ahí visitó la –idealmente llamada– Base Decepción, para darse cuenta de algunos detalles que demuelen esta idea instaurada de la Antártida.
“La idea era el blanco y terminamos en una isla volcánica y negra, con fuego por debajo, que derrite la nieve. La llegada fue decepcionante, pero después descubrimos la increíble fuerza de la no-presencia humana”, cuenta Lestido a Infobae
Esta perplejidad y contraste entre las expectativas y la realidad, puestas en evidencia por un viaje a lo desconocido, dieron forma al título de la obra: Antártida Negra, que es parte de una especie de una nueva faceta, (pero siempre en riguroso blanco y negro), en la línea histórica de sus trabajos: "Antes hacía más foco en los vínculos humanos, pero esto lo siento como una consecuencia lógica de todo lo que hice hasta ahora. La idea de ir a la Antártida tuvo que ver con abrir hacia algo nuevo".
Al estilo de su admirado Werner Herzog, quien también se aventuró en tierras antárticas para filmar Encuentros en el Fin del Mundo, el libro de fotos también se puede acompañar con un diario sobre la experiencia. "Él (Herzog) siempre estuvo presente desde la primera vez que vi uno de sus documentales en 1979, mientras estudiaba cine".
El libro
Antártida Negra es parte de una nueva búsqueda, inaugurada con su serie "El Amor", corriéndose del eje humano que reinaba en sus imágenes que recorrieron el mundo como "Madre e hija de Plaza de Mayo" (1982), además de sus series "Mujeres Presas" (tomadas entre 1991-1993 y publicadas en 2001) y "Madres Adolescentes" (1988-1989).
En esta experiencia, en cambio, predominan el despojo de un continente vacío, donde lo humano parece estar siempre pidiendo permiso, como refugiado y todavía sobrepasado por un entorno de vientos extraordinarios y amenazantes volcanes milenarios.
"Las fotos hay que verlas", invita Lestido cuando se le pide una descripción del trabajo, y luego agrega en diálogo con Infobae: "pero es un libro más despojado que todos los anteriores. Pura imagen, quería que el papel, e incluso táctilmente, tuviera que ver con el clima antártico brumoso. Sin ningún texto, salvo por una cita inicial y otra final".
La publicación cuenta con 96 páginas de fotos de esta especie de "lado oscuro de la Antártida", editado por Capital Intelectual de grupo Insud, con el Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La edición es más que atractiva, con tapa dura forrada en tela, en formato de 22 x 33 cm.
La exposición
"La muestra es una síntesis de las fotos del libro. Más que nada la diferencia está en poder ver las copias en gran tamaño, hechas en gelatina de plata a partir de tomas analógicas", explica la artista.
A partir del 25 de octubre, una selección de las imágenes del libro va a ser expuesta a modo de muestra en la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, que se extenderá hasta el 21 de enero de 2018.
La misma se podrá visitar de martes a domingos de 12 a 20hs, en Olga Cosettini 141, en el barrio de Puerto Madero. Luego, la obra tendrá un destino también a tono con la propuesta: el Museo del Hielo en la ciudad del Calafate.
Las placas de Lestido le valieron varios premios y becas internacionales, entre ellos la Beca Hasselblad en 1991, la Beca Guggenheim en 1995, Premio Mother Jones en 1997. En el plano local, en 2010 ganó el Premio Bicentenario y fue nombrada Personalidad Destacada de la Cultura en el mismo año, entre muchas otras menciones a lo largo de su prolífica carrera.