Confesiones: cómo ayudó Moria Casán a su hija a salir de las drogas y el abuso sexual que sufrió Benito Fernández en su niñez y jamás contó

La diva y el diseñador no esquivarán ningún tema: el sexo clandestino, el placer por el morbo, el amor, la pareja, sus carreras, los miedos y los hijos. Divertidos, desopilantes, inquisidores y hasta con confesiones desgarradoras, se animaron a todo en el Teatro Coliseo. Por qué la diva nunca se enamoró y la difícil infancia de él como “el hijo que mi padre nunca quiso”. El placer de Moria cuando cobró por tener sexo y la relación secreta de Benito con un famoso actor internacional

Guardar
CONFESIONES : Moria Casán - Benito Fernández #CONFESIONES

Moria Casán: —Bueno, vamos a abrazarnos mi amor. Basta de tanta huevada.

Benito Fernández: —Un abrazo, ¿sin lengua?

MC: —Sin lengua. Sin lengua… No por los gérmenes, por onda, qué sé yo. Al final de la conversación en una de esas nos damos un beso de lengua, nos tiramos en el piso...

BF: —Qué linda que es la lengua. Yo arranco por la lengua.

MC: —Ay sí, qué sexy, qué erótico. El beso es una de las cosas más eróticas que hay.

BF: —Yo beso bien. ¿Vos?

MC: —Y yo, con esta boca, creo que sí. Pero hay que tratar de no ser la sopapa, el vampiro. Parte mucho de uno cómo bese el otro. Pero no para comandar la situación ni para tener siempre el control, no. Se tiene que dar como que fluya.

Así, directo al hueso y con masterclass de besos incluida, comienza la charla entre la diva y el diseñador en el escenario del Coliseo vacío. Será el preludio de un contrapunto cargado de confidencias y reflexiones sobre sus vidas, sus carreras, el sexo, el amor, la pareja, los hijos, las drogas y hasta la revelación de un abuso jamás contado. En una conversación que pasará de la intimidad desgarradora a las anécdotas más desopilantes, encontrarán sobre todas las cosas un hilo común: la valentía para enfrentar la verdad y romper con los prejuicios.

El abrazo de Moria Casán
El abrazo de Moria Casán y Benito Fernández en el escenario del Coliseo fue el preludio de un contrapunto cargado de confidencias y reflexiones sobre sus vidas, sus carreras, el sexo, el amor, la pareja, los hijos, las drogas y hasta la revelación de un abuso jamás contado. (Adrián Escandar)

BF: —Vos y yo venimos de una generación en que todo se ocultaba: una inclinación sexual, política, algún discapacitado en la familia, todo. Vos lo atravesaste de muy chica, yo tuve que hacer un camino, porque vos tuviste los huevos, pero yo lo tuve que atravesar solito y de a poco: la dislexia, hacerme pis en la cama hasta los 14 años, que me llamaran “Benito Camelas”.

MC: —Yo fui única hija de padres grandes. Mi madre me tuvo cerca de los 40 años en esa época donde si una mujer no se casaba a los 20 quedaba solterona. O sea que nunca estuvo preocupada por mandatos ajenos. Yo nazco de un matrimonio en cierto modo disruptivo, que tiene que ver con mi personalidad.

BF: —¿Pero cuál fue el momento en que dijiste voy a trabajar sola en mi personalidad?

MC: —Creo que fue a los 8 años en el campo de mis abuelos y me hamaqué como ocho horas que terminé mareada y decidí no tener más celos. Era muy celosa y no disfrutaba de nada. Mis primos andaban a caballo, en sulky, iban a ver el tren, estaban en el tanque australiano, y yo me estaba perdiendo todo eso... Y no sé qué me agarró que me desperté cuando todavía no amanecía y me hamaqué hasta que se empezaron a levantar para desayunar. Y decidí que cuando me levantara no iba a sentir más celos, como si la hamaca tuviese algo mágico. Después le pregunté a un psicólogo qué significaba y me dijo que era como una actitud masturbatoria de placer para sacarme el dolor.

BF: —Yo fui al psicólogo a los 7 años por todas las cosas que tenía. Me dijo: “Dibujá un partido de fútbol”. Yo dibujé a mi hermano, a mi mamá y a mí de un lado de la cancha y a un lobo del otro lado que era mi papá. Y el psicólogo a los 7 años me dijo: “Lo que pasa es que vos a tu papá no lo querés”. Y ese fue mi momento en que me explotó la cabeza. Me hizo daño, pero me hizo empezar a reflexionar sobre mi relación con mi padre, por qué yo no era el hijo que él quería y él no era el papá que yo quería. Me hizo empezar a reflexionar sobre por qué mis primas y unos tíos míos habían desaparecido de nuestra vida, y era porque a mi hermano y a mí mis primas nos manoseaban.

MC: ¿Tus primas los manoseaban? ¿Pero eran grandes ellas?

BF: —Eran mucho más grandes. Nunca en mi vida lo conté esto. Ni mis hijos creo que lo saben. Viste que uno niega a veces las cosas o no las quiere ver.

MC: —¿Dónde era eso? Porque a mí me pasó algo parecido con un familiar también.

BF: —En la casa a la que me llevaban, me dejaban en la casa de mis tíos. Esto lo hablé de grande con mi hermano, él es dos años más grande que yo, entonces él fue más consciente.

MC: —¿Qué te hacían? ¿Te masturbaban?

BF: —Sí, era como manoseo. Fue loco porque para mí era un momento re lindo por otro lado. Ellas fueron las primeras que me acercaron a la moda. Al mundo femenino. Yo tendría 5 años. Te quedás con sensaciones... ¿entendés? Bueno, vos contaste que tuviste un abuso.

MC: Sí, sufrí un abuso de mi abuelo materno. Él estaba viviendo en mi casa. Nunca fui penetrada ni nada pero jugamos a las cartas y empezaron los toqueteos, me hacía tocar su pene y me tocaba a mí, me hacía gozar. Y la sensación mía era de asco y de goce. Y repetí esa situación durante dos años hasta que dejé un día con asco total. Lo corté yo, no lo quería ver. No quería jugar más a las cartas con él ni estar con él. Empecé a rechazarlo.

Íntimos, hablaron de los abusos
Íntimos, hablaron de los abusos que sufrieron en sus infancias

BF: ¿Eras consciente de que era algo que estaba mal? ¿Por qué no lo contabas?

MC: —No sé. Lo empecé a contar en las notas. Mi psicoanálisis ha empezado acá. El analista que nunca tuve en mi vida fueron los medios gráficos y televisivos, creo que he hecho más reportajes que nadie en este mundo. Me han preguntado de todo y, si no me lo preguntaron, yo lo conté, porque soy como catártica.

BF: —Yo tengo muy pocas imágenes y menos de lo televisivo, pero esa imagen tuya con tus dos maridos y con un grado de realidad y de amor y de crueldad, y de todo… Yo creo que ese momento de la televisión fue único.

MC: —Único. Bisagrón. Me estaba despidiendo de los dos. Castiglione se iba a morir y el otro se iba de mi vida, ya se estaba yendo…

BF:¿Estuviste enamorada?

MC: —¿Estuve enamorada? Ay, me cuesta mucho. Yo soy como apasionada.

BF: — Enamorada, Moria, enamorada.

MC: —Enamorada de mí misma.

BF: —¿De un hombre?

MC: —Nunca tuve un ideal, un arquetipo, un prototipo, jamás. Nunca busqué ni el rubio de ojos azules, ni el tipo fachero, nada. Me tenían que seducir por algún lugar, pero enamorarme me costaba.

BF: —¿Y creés en el amor aunque no estuviste enamorada?

MC: —Obvio. El mayor momento de amor es cuando mi hija salió de adentro mío, ahí dije “Wow, ¿qué es esto?”. Ella me pudo. Me decidí mucho a tenerla y eso se lo tengo que agradecer a Castiglione. Por eso hice el programa con mis dos maridos, porque sabía que Castiglione se iba a morir. Él pensaba que nosotros nos habíamos separado por la tele o por el medio… Siempre me buscaba discusión, teníamos discusiones filosóficas porque era taurino, denso. A él lo comió su resentimiento. Nunca pudo expandirse conmigo porque él se enamoró de Ana María Casanova según decía, pero en realidad lo pudo Moria Casán.

Moria y el amor: "Nunca
Moria y el amor: "Nunca tuve un ideal, un arquetipo, un prototipo, jamás. Nunca busqué ni el rubio de ojos azules, ni el tipo fachero, nada. Me tenían que seducir por algún lugar, pero enamorarme me costaba"

BF: — Pero, ¿quién era Ana María Casanova?

MC: —La misma que Moria Casán. Cada vez que teníamos una discusión, me decía “Andate con ellos”. ¿Y quiénes eran ellos? Todos los que no eran él. Me acuerdo una anécdota muy divertida que estábamos en un Mercedes, yo manejaba siempre un Mercedes… Bueno, estábamos por Libertador y me empieza a discutir que yo tengo que hacer otras cosas porque yo tengo una inteligencia, que qué hago haciendo películas con Porcel y Olmedo. Muy ninguneando lo popular mío... “Y vos estás mucho más que para revista”, y él estaba trabajando en la revista conmigo. Y que esto, que lo otro. Él hizo películas con Enrique Carreras. Perdón, no es para ningunear a nadie ni devaluar a nadie, pero el chabón me hablaba como si hubiese hecho… Me rompió tanto las pelotas que dije: “Bueno, querido mío, este culo donde lo tenés apoyado en un Mercedes 500 me lo gané con las películas de Olmedo y Porcel, por lo tanto como estás tan ético y tan moral y tan divino y te molesta tanto lo que yo hice, te bajas acá”.

BF: —¿Lo bajaste?

MC: —Obvio. Lo bajo del coche y en ese momento, mirá que simbólico, pasan en un Citroën, que es un coche que me parece simpatiquísimo pero tirando a destartaladito, Leonor Manso con Patricio Contreras, que eran el prestigio y yo el tetón patrio, el putón, ahí en el Mercedes con mi culo, mi teta, mi cabeza maravillosa y con este pelotudo que me seguía rompiendo… Bueno, entonces digo: “Ahí está lo que te gusta a vos mi amor, andate con ellos, te digo lo mismo que me decís a mí. Dejame de romper las bolas. ¿Entendés?” (Risas).

BF: —¿Qué te genera el auto? ¿Te da poder?

MC:Yo soy como una mina que tengo pene. Yo digo que tengo un pene que lo uso de bufanda por mi determinación y porque siempre fui independiente económicamente y nunca dependí de un señor. Ni de mi papá. Me encanta conducir, soy gran conductora. Yo no manejo, yo conduzco. Eh, eh, Benito Fernández... Benito Camela.

ATRAVESAR PREJUICIOS

Mientras la charla pasa de la intimidad profunda a las carcajadas, él dirá que ella es su mejor analista. Ella se asumirá como “gurú” y “gladiadora de la vida”. El diseñador preferido de la reina Máxima de Holanda reconocerá entonces que siempre la admiró como una verdadera creadora de tendencias, pero no solo en la moda.

BF: —Vos a los 18 ya eras una estrella y yo era un poco más chico. Entonces te veía y te seguía porque yo la moda la vivía. Atravesaste la moda, los prejuicios, ¡te acostaste en la cama a hacer un programa cuando era una locura! Ese programa hoy sería un escándalo.

MC: —Ay, no sé, porque la gente tiene tan poca gracia hoy, se cuida todo. Dicen que está abierta, mentira. Mentira. Me parece que en esa época había como un permiso para la farandulización.

BF: —Si vos tenés que rescatar de tu carrera un momento, un contrato, una obra, un programa, que es lo único que va a quedar de Moria, ¿qué es? Por ejemplo, en mi caso, no rescato ni los vestidos que le hice a Máxima, ni a Priscilla Presley, sino el vestido de Natalia Lobo del Martín Fierro…

"En mi carrera no rescato
"En mi carrera no rescato ni los vestidos que le hice a Máxima, ni a Priscilla Presley, sino el vestido de Natalia Lobo del Martin Fierro…Fue una bisagra"

MC: —Mi bisagra más importante fue la entrada al teatro de revistas sin saber que iba a entrar y debuté desnuda. Ahí me gané todas las cosas como capocómico, agarré todo lo de los hombres. Si tengo que rescatar un momento es el de mi nacimiento en el teatro. Que salgo de la facultad y debuto a la media hora desnuda haciendo un striptease, de Carlitos Chaplin…

BF: —¿Y vos tenías esa cosa de la desnudez en tu cuerpo?

MC: —Sí, era lanzada, pero nunca había estado en un teatro de revistas y me tuve que en un minuto depilar con una maquinita de afeitar, así que nunca sentí pudor, sentí ardor.

BF: —¿Y en el sexo fue igual, debutaste…?

MC: —No, me desvirgué sola haciendo un paso de baile. Mirá, la autosuficiencia. Sentí como un pinchazo y dije ¡ah!

HIJOS, MIEDOS Y AMOR VERDADERO

Debo haber llorado cuatro años seguidos, no podía parar la cabeza a la noche. Hubo un momento en que pensaba tanto que quería parar la centrífuga. Entonces fui un albañil, llegué a ser arquitecta de mi psiquis”, dirá Moria, que en 2020 eligió por primera vez bajarse de un trabajo hasta que le llegó el Cantando. Al inicio de la pandemia dejó Incorrectas, el programa que hacía en América. Fue un gran cambio en su vida: “Desde los 12 años había asumido la responsabilidad de trabajar sin necesidad”.

BF: —Bueno, vos te reconocés disciplinada. Yo no soy disciplinado pero sí un gran trabajador.

MC: —A mí la gente cuando más me felicita es el Día del Trabajador (risas). Hasta mi hija me llama por teléfono, me dice “Mamá te felicito, vos trabajás tanto”. Ella también es una gran trabajadora. ¡Ay, lo que son mis nietos! Tan bellos.

BF: Yo muero por tener nietos. Todos mis amigos me dicen que es la mejor sensación, más que ser padre.

MC: —No, no es más que ser padre. Es como una doble maternidad. Maternidad/paternidad, porque yo me siento mamá/papá. Como una mamushka. El otro día vinieron y Helena estaba peleando un poquito con el hermano, porque tiene 6 años más, ya es una teenager total, y le decía “Dante, acá la preferida soy yo”. Medio que lo gastaba. Y él dice: “Bueno, porque vos sos la primera, pero sin embargo mi abuela me dijo a mí que me piensa mucho”. Yo le dije eso porque él me preguntó ¿a quién querés más?. “A vos te pienso más porque sos el único hombre de la familia”. Lo que te puedo decir es que nunca ningún hombre me miró como me mira Dante. Nunca nadie.

"Mi nieto Dante nace un
"Mi nieto Dante nace un 3 de diciembre de hace seis años en el Finochietto, divino, en 20 minutos. A la hora llega el tipo de Narcóticos Anónimos trayéndome la medalla de oro, diciendo 'hoy hace un año que Sofía está limpia'"

BF: —Te enamoraste de Dante. Ahí ves que existe el amor.

MC: —Y sí, me mató. Dante nace un 3 de diciembre de hace seis años en el Finochietto, divino, en 20 minutos. A la hora llega el tipo de Narcóticos Anónimos trayéndome la medalla de oro, diciendo “hoy hace un año que Sofía está limpia”. O sea, a la hora de nacer el nene, el hombre de NA trajo su medalla de oro diciendo se cumple un año que la mamá está clean total. Y con ese niño, que le trajo la vida y salir de esa cosa fuerte que transitó mi santa, mi galáctica, como le digo yo, que atravesó muchas cosas y tuvo una fuerza impresionante…

BF: —¿Pudiste ayudarla? ¿No te daba miedo?

MC: —No. La ayudaba sobrevolándola. Controlaba qué hacía, sabía dónde iba, si se perdía en las casas que estaba. Era como un GPS, como un detective. Yo sabía si mi hija se iba a la casa de un amigo, si iba a las cinco de la mañana. Tenía los teléfonos y las direcciones de todos los amigos donde podía llegar a estar. No es que la perseguía. Es mi hija, yo sabía que iba a salir.

MORBO Y SEXO CLANDESTINO

Hay un relato que Moria cuenta con mucho detalle: “Un día me desperté y salí a la calle a levantarme un tipo, feo, espantoso, y fui a un hotel con él para cobrarle. Me encantó poder cobrarle a una persona más grande, muy fea. Nos bañamos juntos y gocé muchísimo estando con él. Y cobré por supuesto. Y eso empezó a ser una cosa que me encantaba hacer”. Pero en la charla dice que aunque lo contó en los medios, jamás lo habló con una amiga, y una pregunta de Benito la lleva a pensar en los motivos. Para los dos surge el morbo como tema en común.

MC: La clandestinidad puede llegar a ser un morbo en mí, porque todavía la practico. No la prostitución, pero practico la clandestinidad. Me gusta siempre tener alguien escondido, no por mostrarlo sino por el morbo de tener a alguien.

BF: —A mí me pasa, te digo, a mí el morbo en cuanto al sexo se me representó a los 60. De empezar a…

MC: —¿A gatear? ¿Te dejaste seducir por alguien que te dijo “mirá, te pago Benito, venite”?

BF: —No, eso nunca me erotizó. Sí tuve una historia con alguien muy famoso, que no voy a decir, un actor muy famoso internacional. No digo el nombre porque no me gusta involucrar al otro. Yo en ese momento estaba en pareja, pero cuando lo conozco a él hubo esta historia, y lo loco es que durante un año y medio no se lo conté a nadie.

A la hora de hablar
A la hora de hablar de sexo Moria confesó que disfrutaba de lo clandestino, Benito reveló que "a los 60 se me despertó el morbo, lo sensorial"

MC: —Pero eso es lo clandestino. Por eso la clandestinidad me gusta. No que sepas que tenés una doble vida y lo sepa todo el mundo, ay, porque tiene un amante, no. La clandestinidad al hueso. Como la argentinidad al palo, que sea privada. Eso es el morbo.

BF: —A mí a los 60 se me despertó el morbo en lo sexual. Estoy súper sensorial en el sexo. Tiene que ver con vendarte, con hacerte sentir aromas, sensaciones. ¿Y el sexo para vos qué es? ¿En qué nivel estás del sexo?

MC: No lo sacralizo. Nunca sacralicé nada, ni el sexo, ni la comida, ni la muerte, ni la vida, ni el peligro, ni el miedo, ni nada. Nada lo pongo en un altar. El sexo lo tengo como algo natural, orgánico, pero me gusta y lo disfruto.

BF: —¿Qué es lo que más disfrutas del sexo?

MC:Tener algo con gente que no me conozca. Que no me conozca.

BF: —¿Y quién no te conoce Moria? ¡Dale!

MC: —Yo te digo, lo que disfruto del sexo es que no me guste mucho. Si no me gusta tanto, te lanzás a un sexo sin compromiso. Y sin preguntas, sin nada. Si viene comprometido ya hay más quilombo, te deserotizás enseguida. Te digo, me digo, le dije, que te quieren poseer. En cambio, si no conocés a nadie, no te gusta tanto, vaffanculo. El sexo está divino. Ahora tengo más sexo con la cabeza, comparto literatura, algo con alguien. Ahora me dio ganas de agarrarte del brazo y nos vamos a la calle a levantar gente. ¿Te da?

BF: — Sí. Yo le doy a todos.

SEGUÍ LEYENDO:

Guardar

Últimas Noticias

La última entrevista a Gerardo Rozín: el repaso de su vida y su carrera en una charla íntima en Infobae

El periodista, productor y conductor participó del ciclo “Cómo llegué hasta aquí”, con estudiantes de Comunicación, en mayo del año pasado, cuando ya sabía de su enfermedad. Allí contó secretos del oficio y habló sobre su familia de “clase media justita”, su idishe mame, los maestros que admira, la llegada al Sábado Bus de Nicolás Repetto y qué significaba Rosario en su vida
La última entrevista a Gerardo

Cuando Goycochea pensó en dejar el fútbol por un cruel rumor y por qué Cristina Pérez renunció a grandes amores

Los dos sintieron el llamado de la vocación desde muy chicos y son parte de la historia cotidiana de los argentinos. Uno lleva 31 años casado con la misma mujer, y otra con su profesión, como conductora del noticiero de Telefe. Una charla íntima en la que hablan del amor, el sexo, el éxito, el fútbol, sus elecciones, sus orígenes, y la búsqueda de la felicidad
Cuando Goycochea pensó en dejar

Darío Mischener: el docente que fomenta el error como método de aprendizaje y propone una educación mixta cuando termine la pandemia

Es el director del TIC, la especialidad en Tecnología en Información y Comunicaciones de la escuela ORT. Desde allí, alienta a sus alumnos a experimentar cosas, fracasar y volver intentar. De su materia han salido inventos exitosos alrededor del mundo y en esta nueva entrega de Cómo Llegué Hasta Aquí cuenta algunos de sus secretos como docente
Darío Mischener: el docente que

Agustín Pichot: de “déspota” a líder positivo, el adiós a Los Pumas, sus charlas con Maradona y un mensaje a la familia de Fernando Báez Sosa

El ex capitán de la selección nacional de rugby cuenta cómo se convirtió en jugador, dice que no era el más talentoso sino “el más apasionado”. Cuenta los sacrificios que hizo para cumplir sus sueños, por qué ama la libertad de “siempre hacer lo que debo”. Y revela los secretos de su despedida tras el mundial de Francia, cómo aprendió a ser un buen líder de grupo y qué cosas lo avergüenzan de los últimos escándalos que rondaron al deporte
Agustín Pichot: de “déspota” a

Andrea Frigerio: de la biología a ser modelo y desilusionar a su padre, la pasión por actuar y por qué nunca se hará cirugías estéticas

Por qué estudió biología, cómo llegó a hacerse conocida después de más de un año de castings sin suerte, el miedo de su padre cuando le dijo que iba a ser modelo, la vez que fue doble de las Trillizas de Oro, el día que descubrió su vocación por actuar y por qué nunca se sacó el apellido de su ex marido
Andrea Frigerio: de la biología
MÁS NOTICIAS