La saga de Star Wars, creada por George Lucas, se ha consolidado como una de las franquicias más influyentes de la cultura popular en los últimos 50 años, abarcando desde el cine y los videojuegos hasta productos como pantuflas y parques temáticos. Sin embargo, existe un elemento en su extensivo universo que sobresale por su mala recepción: el infame Star Wars Holiday Special de 1978, un programa de televisión que Lucas ha intentado eliminar de la memoria colectiva.
El especial, una mezcla de show de variedades y narrativa centrada en la familia de Chewbacca, mostraba su vida cotidiana en Kashyyyk mientras esperaban el regreso del Wookiee, todo bajo la constante amenaza del Imperio. A pesar de contar con un elenco estelar, incluyendo apariciones de Carrie Fisher, Harrison Ford y Mark Hamill, y un segmento animado que introdujo por primera vez a Boba Fett, el programa fue un desastre crítico.
Tras el éxito rotundo de Star Wars: A New Hope en 1977, que se convirtió en la película más taquillera de la historia en ese momento, Lucas centró sus esfuerzos en la producción de The Empire Strikes Back. Mientras tanto, CBS tomó las riendas del especial navideño, imponiendo como condición que la historia girara en torno a los Wookiees. El propio Lucas entregó un guion inicial de seis páginas, aunque su participación activa fue mínima.
La producción enfrentó múltiples problemas, incluyendo la salida del director original, David Acomba, y la posterior contratación de Steve Binder. Las grabaciones estuvieron plagadas de incidentes, como problemas de oxígeno dentro de las máscaras de los personajes, maquillaje exagerado para Mark Hamill tras un accidente automovilístico, y una escena protagonizada por el padre de Chewbacca, Itchy, viendo un holograma de carácter adulto.
El programa debutó en Estados Unidos y Canadá con una audiencia de aproximadamente 13 millones de espectadores, pero no logró figurar entre los 10 más vistos de la noche, siendo superado por The Love Boat y una miniserie sobre Pearl Harbor. La crítica lo calificó como un fracaso rotundo, y los ratings cayeron en picada después de la introducción de Boba Fett.
George Lucas, avergonzado por el resultado, limitó su transmisión fuera de Norteamérica y buscó destruir todas las copias existentes. En una convención de Star Wars, llegó a declarar: “Si tuviera el tiempo y un mazo, rastrearía cada copia y la destruiría”.
A pesar de los esfuerzos de Lucas, el especial ha perdurado como un objeto de culto. Copias piratas circulan ampliamente en internet, y segmentos como el dibujo animado de Boba Fett han sido recuperados por plataformas como Disney+.
Comentarios de los actores también han alimentado el interés: en 2006, Harrison Ford afirmó en el programa de Conan O’Brien que nunca había visto el especial y negó su existencia. Por su parte, Mark Hammil aseguró que no quería trabajar en el proyecto, además de que logró que se quitara una secuencia donde su personaje de Luke Skywalker cantaba.
“Pensé que era un error desde el principio. No se parecía a nada del universo de Star Wars. Al principio dije que no quería hacerlo, pero George dijo que ayudaría a mantener Star Wars en la conciencia, y yo quería ser un jugador de equipo, así que lo hice. Y también dije que no creía que Luke debiera cantar, así que cortaron ese número”.
Mientras tanto, The Empire Strikes Back se estrenó el 21 de mayo de 1980, convirtiéndose en la tercera película más taquillera de la saga, ajustada por inflación. Aunque el Holiday Special es considerado un tropiezo, no ha logrado empañar el legado de Star Wars, que sigue siendo una fuerza dominante en el entretenimiento global.