Judy Garland, una de las figuras más emblemáticas del cine y la música estadounidense, es recordada no solo por su extraordinario talento, sino también por sus tumultuosas relaciones personales.
La actriz de Hollywood se casó cinco veces, cada matrimonio reflejando diferentes etapas de su trayectoria y los desafíos que enfrentó tanto en su carrera como en su faceta privada. ¿Quiénes fueron esas parejas que marcaron su vida?
David Rose
El primer matrimonio de Judy Garland fue con el compositor británico David Rose, celebrado en 1941. En ese momento, ella tenía solo 19 años y Rose era 12 años mayor. Se conocieron durante una transmisión de radio, a pesar de la oposición del jefe de MGM, Louis B. Mayer, quien prefería que Garland mantuviera una imagen juvenil.
Garland recordó este tiempo diciendo: “Cuando me encontré en esa gran casa con él, fue aterrador... No sabía nada sobre cocinar o mantener un hogar”. La pareja se separó en 1943 y se divorció al año siguiente.
Durante su matrimonio con Rose, Garland comenzó a experimentar la presión del estrellato. A pesar de ser una celebridad, su vida personal estaba llena de inseguridades.
En varias ocasiones, expresó su deseo de encontrar estabilidad y amor verdadero. Sin embargo, la relación con Rose no cumplió con esas expectativas. La separación fue dolorosa para ella y marcó el inicio de una serie de relaciones complicadas.
Vincente Minnelli
El segundo esposo de Judy Garland fue el director Vincente Minnelli, con quien se casó en 1945. La relación comenzó en el set de la película Strike Up the Band, aunque inicialmente no se llevaban bien debido a las dificultades que enfrentaba la artista en el trabajo.
Sin embargo, su conexión creció a medida que compartían experiencias similares de infancia. Tuvieron a su hija Liza Minnelli en 1946.
Vincente era un cineasta talentoso que había trabajado en varios éxitos cinematográficos. Su unión con Garland parecía prometedora al principio; no obstante, pronto comenzaron a surgir problemas.
La presión del trabajo y los problemas emocionales de Garland comenzaron a afectar la relación. Minnelli expresó más tarde: “Si hubiera amado menos a Judy, podría haber sido lo suficientemente desapasionado como para reírme de sus estados de ánimo”.
A pesar del amor que sentían el uno por el otro, se separaron en 1951. La relación entre Garland y Minnelli fue compleja y estuvo marcada por la lucha constante contra las adicciones y los problemas mentales.
Judy Garland siempre luchó contra la presión mediática y sus problemas personales se intensificaron durante este tiempo. Aunque Vincente Minnelli apoyó a Garland durante muchos años, finalmente se hizo evidente que sus caminos debían separarse.
Sidney Luft
El tercer esposo de Judy Garland fue el productor Sidney Luft, con quien contrajo matrimonio en 1952. Luft asumió el papel de manager de Garland y fue una figura clave en su carrera musical durante años difíciles.
“Ella era tan increíblemente talentosa que sabía que podía volver a levantarse si tenía algo de ayuda”, dijo Luft sobre su esposa. Durante este matrimonio, tuvieron dos hijos: Lorna y Joey Luft.
A pesar del apoyo que Luft brindó a Garland, la relación también estuvo marcada por conflictos. Las luchas contra las adicciones continuaron afectando su vida familiar y profesional.
Luft recordó momentos difíciles diciendo: “Era como tratar de ayudar a alguien que está atrapado en un torbellino; siempre hay un riesgo”. Su matrimonio duró 13 años, pero finalmente terminó en un amargo divorcio en 1965.
La separación fue dolorosa para ambos; Luft luchó por mantener la estabilidad familiar mientras ayudaba a Garland a lidiar con sus problemas personales.
Mark Herron
En 1965, Judy Garland se casó con el actor Mark Herron. Este matrimonio fue breve; solo duró cinco meses antes de que se separaran debido a acusaciones de abuso físico. Según informes, él alegó defensa propia.
Mark había sido parte del círculo íntimo de Judy durante años antes de que decidieran casarse. La relación fue tumultuosa desde el principio y terminó rápidamente en un escándalo mediático que afectó aún más la ya frágil salud mental de Garland.
Ella había estado buscando amor y estabilidad después de sus matrimonios anteriores, pero esta unión solo trajo más caos a su vida.
Mickey Deans
El último matrimonio de Judy Garland fue con el músico Mickey Deans en 1969, poco antes de su muerte. Deans era un operador de discoteca y su unión fue breve; solo duró tres meses antes del fallecimiento de Garland.
En su última entrevista, ella afirmó: “No tenía una vida rica hasta que conocí a Mickey... Ahora puedo irme a casa con mi esposo después del concierto”. Sin embargo, esta felicidad sería efímera.
Garland falleció por una sobredosis accidental el 22 de junio de 1969 en Londres, dejando atrás un legado en la historia del entretenimiento y tres hijos: Liza, Lorna, y Joey Luft.
La trágica vida de Judy Garland
Nacida como Frances Gumm el 10 de junio de 1922 en Grand Rapids, Michigan, Judy Garland comenzó su carrera artística desde muy joven. Desde sus primeras actuaciones con sus hermanas hasta convertirse en una estrella internacional tras su papel como Dorothy en El Mago de Oz, su vida estuvo marcada por un éxito abrumador y tragedias personales.
Garland enfrentó numerosos desafíos a lo largo de su vida: la muerte prematura de su padre cuando ella tenía solo 12 años y la presión constante del estrellato desde joven llevaron a problemas emocionales y adicciones.
A los 18 años ya estaba bajo tratamiento psiquiátrico debido al estrés asociado con la fama. Su carrera incluyó más de 35 películas y numerosas actuaciones memorables en el escenario. Sin embargo, los problemas personales siempre parecían interferir con su éxito profesional.
A pesar del sufrimiento que experimentó, incluyendo varios intentos suicidas y problemas relacionados con las drogas prescritas para manejar su ansiedad y depresión, Judy continuó actuando hasta el final.
En los últimos años de su vida, luchaba constantemente contra sus demonios internos mientras intentaba mantener una carrera activa. Su legado artístico es indiscutible, sin embargo, también es una prueba más del sombrío del alto costo personal que puede acompañar al estrellato.
Pese a ello, la interpretación icónica que hizo en El Mago de Oz sigue siendo venerada hoy en día como uno de los momentos más memorables del cine estadounidense.
A pesar del dolor que marcó sus relaciones matrimoniales y los desafíos personales que enfrentó a lo largo de su carrera, Judy Garland sigue siendo recordada como una artista excepcional de la Era Dorada de Hollywood.