En el libro Cher: The Memoir, Part 1, que son las memorias de la cantante Cher, hay una interesante anécdota entre la intérprete y Salvador Dalí. En el texto, la famosa recordó cuando el pintor le hizo una invitación a ella y su entonces esposo, Sonny Bono, seguida de una secuencia de eventos que la hicieron gritar por dentro.
En ese momento Cher y Sonny se alojaron en el Hotel St. Regis de Nueva York para visitar a un amigo y se encontraron con Francis Ford Coppola, quien estaba filmando una película. Pero todo daría un giro inesperado cuando también se cruzaron con el prolífico artista surrealista, que los invitó a una fiesta que esa noche organizaba con su esposa, Gala. La también actriz afirmó que todos los que estaban en la suite de Dalí “eran hermosos o extraños y todos parecían estar drogados”, y calificó la experiencia como “entrar en una mala película de Fellini”.
A pesar de que incomodidad de Cher era evidente, el artista la invitó junto a su esposo a cenar la noche siguiente. Al llegar al estudio del español, la estrella de 78 años se dio cuenta de que acababa de tener lugar una orgía. Describió el lugar como una “sala grande donde la gente estaba desnuda o en diversos estados de desnudez”.
Incluso, la interprete de Believe dijo que “una chica sin sujetador salió con una blusa transparente”, parecida a un envoltorio de celofán. Aunque la cantante intentó parecer despreocupada ante la escena, Sonny Bono y Francis Ford Coppola, no podían con la vibra del momento.
Por si fuera poco, Cher se dio cuenta de que estaba sentada sobre algo y, al sacarlo de abajo de ella, notó que era un “precioso pez de goma pintado”, el cual tenía una cola que se movía. En un principio supuso que era un juguete para niños, pero Salvador Dalí le dijo que en realidad era un juguete sexual que vibraba.
Sin pensarlo, la famosa dejó caer el pescado y tanto su esposo Sonny como Ford Coppola rieron fuertemente. Ella mantuvo la compostura, pero, aseguró que en su interior no estaba ni un poco relajada: “Por dentro, sin embargo, estaba... ¿cómo decirlo?... gritando”, indicó.
Cher continuó con la anécdota y recordó que el grupo, que incluía a la “gente de la orgía bizarra”, a la cantante, Bono y Coppola, salió a cenar con Salvador Dalí. Sin embargo, después de varios minutos de estar conviviendo, el pintor dijo que él y sus amigos tenían un “compromiso previo” y se trasladaron a una mesa a unos metros de distancia.
Es así que cuando se quedaron solos, ella, su marido y el cineasta se sintieron más que aliviados y no podían parar de reír sobre todo lo que vivieron aquella tarde. Aunque, la intérprete siempre pensó que el español creyó que los tres eran engreídos: “Estoy segura de que Dalí pensaba que éramos todos cretinos, pero en aquel momento ya no nos importaba”.
Cabe destacar que esta historia con Dalí es una de las tantas que aparecen en su libro de memorias, Cher: The Memoir, Part 1. En otro pasaje, la artista recordó cuando en compañía de su entonces novio, David Geffen, llevó a la emblemática mansión Playboy a dos figuras legendarias del rock: John Lennon y Harry Nilsson.
Lo que parecía ser una noche tranquila de cine y entretenimiento en la lujosa residencia de Hugh Hefner se transformó rápidamente en una de esas anécdotas que solo los excesos de la fama pueden producir.