El regreso de Gladiador después de más de dos décadas de espera no solo ha causado expectativa por su trama y sus personajes, sino también por los impresionantes escenarios que sirven de fondo para esta nueva epopeya. Si algo caracteriza a la secuela, dirigida nuevamente por Ridley Scott, es la recreación de un mundo romano repleto de batallas, traiciones y conflictos de poder, todo en locaciones tan majestuosas como los de su predecesora.
Con la trama ambientada 16 años después de los eventos de la primera película, Gladiator II sigue la historia de Lucius Verus, interpretado por Paul Mescal, un hombre que, después de ser esclavizado por los soldados romanos, se convierte en gladiador.
A lo largo de esta nueva aventura, Lucius tendrá que enfrentar su destino, marcado por su ascendencia y las intrigas de Marcinus (interpretado por Denzel Washington) para derrocar a los emperadores Caracalla (Fred Hechinger) y Geta (Joseph Quinn).
Pero, para dar vida a este relato de acción y drama histórico, Scott ha recurrido a algunos de los paisajes más impresionantes del mundo, llevando la producción a lugares tan diversos como Malta, Marruecos e Inglaterra.
Malta: el corazón de Roma en Gladiator II
La elección de Malta como escenario clave no es una casualidad. Desde la primera entrega, la isla mediterránea ha jugado un papel fundamental en la recreación de Roma y, en esta secuela, sigue siendo protagonista, con el Fuerte Ricasoli como uno de los puntos más importantes de la filmación. Este impresionante sitio histórico, con sus fortalezas y murallas, fue transformado en el Coliseo romano y otros escenarios de batalla para la película.
Según le dijo a Variety el diseñador de producción Arthur Max, se recrearon edificios romanos alrededor de las estructuras originales del fuerte, lo que permitió construir un ambiente visualmente imponente para las escenas de lucha.
En particular, el anfiteatro que se usó para las secuencias de batalla tiene el tamaño de un campo de fútbol y dos pisos de altura. Además, el uso de efectos especiales en postproducción ayudó a ampliar las dimensiones de la arena y dotarla de un mayor dinamismo visual.
Marruecos: el desierto como arena de lucha
Marruecos no es solo un destino habitual para producciones cinematográficas; es también un lugar lleno de historia y paisajes que evocan la vastedad del Imperio Romano. La ciudad de Ouarzazate, situada a las puertas del desierto del Sahara, fue elegida para varias escenas clave de la película.
La primera pelea de Lucius como gladiador, donde se enfrenta a una banda de babuinos, fue rodada en esta ciudad marroquí. Este momento se convierte en uno de los más simbólicos de la película, ya que marca la transición de Lucius de esclavo a gladiador, un tema central de la trama.
Ouarzazate, conocida como la puerta del Sahara, fue también utilizada para filmar las secuencias de la batalla inicial en la que el ejército romano de Marcus Acacius (interpretado por Pascal) ataca la provincia de Numidia.
Además, el entorno desértico de Marruecos fue esencial para las escenas de viaje y huida de Lucius, aportando una sensación de vastedad y desesperación ante el avance imparable del imperio. Este mismo lugar ya había sido utilizado en la primera película para retratar el entrenamiento de gladiadores y las escenas en las que los personajes se desplazaban por el desierto hacia Roma.
Inglaterra: de las colinas de Sussex a las puertas de Roma
Como en toda película épica, la magia de la cinematografía no solo está en el uso de localizaciones naturales, sino también en cómo estas se transforman mediante efectos especiales y creatividad. El paisaje de Inglaterra, específicamente el Devil’s Dyke en Sussex, fue utilizado para representar las afueras de Roma.
Este profundo valle, rodeado de verdes colinas y conocido por su aspecto místico, se utilizó para una secuencia crucial de la película, en la que se decide el destino de Roma. Aquí, Scott y su equipo pudieron crear la atmósfera adecuada para una de las escenas más decisivas de la trama.
La elección de un paisaje inglés tiene un paralelismo con la primera entrega de Gladiator, ya que Scott también recurrió a Inglaterra para filmar la famosa batalla inicial de la película, que se grabó en los bosques de Bourne Wood, en Surrey.
En esa ocasión, incluso se permitió al equipo quemar árboles del bosque para simular los horrores de la guerra. Este mismo espíritu de innovación y adaptación se refleja en la secuela, en la que los paisajes ingleses se convierten en una representación de la Roma antigua.
Incentivos fiscales y la atracción de Malta y Marruecos
El regreso de Malta y Marruecos a la saga no solo responde a su valor histórico y paisajístico, sino también a los incentivos fiscales que ofrecen ambos países para la filmación. El primero de ellos se ha destacado por su política de apoyo a la industria cinematográfica, lo que ha atraído a diversas producciones de Hollywood. Películas como Napoleon, “Jurassic World: Dominion”, y la serie Game of Thrones también han encontrado en Malta un escenario perfecto gracias a sus paisajes únicos y a las ventajas fiscales que ofrece la Comisión de Cine de Malta.
Del mismo modo, el país africano fue otro destino frecuente para producciones internacionales, no solo por su impresionante entorno natural, sino también por los incentivos y el acceso a una infraestructura cinematográfica en crecimiento. Esto permite que producciones de gran escala, como Gladiator II, aprovechen al máximo los recursos disponibles y logren las impresionantes escenas que caracterizan a este tipo de cine histórico.