David Gilmour, exintegrante de Pink Floyd, ha descartado categóricamente cualquier posibilidad de reunirse con su antiguo compañero de banda, Roger Waters. En una entrevista reciente con The Guardian, Gilmour expresó su rechazo a compartir escenario con Waters, citando diferencias irreconciliables en sus posturas políticas y sociales. “Absolutamente no”, afirmó Gilmour, refiriéndose a la afinidad de Waters con líderes como Vladimir Putin y Nicolas Maduro.
Gilmour, además, reiteró que no comparte la postura de Waters sobre la comunidad LGBTQ+ y el feminismo. No obstante, el músico no descartó la posibilidad de reunirse con otros miembros de la agrupación responsable de éxitos como Another Brick in the Wall y Wish You Were Here.
“Nada me haría compartir escenario con alguien que piensa que ese trato a las mujeres y a la comunidad LGBT está bien. Por otro lado, me encantaría volver a subir a un escenario con [el teclista de Pink Floyd] Rick Wright, que fue una de las personas más amables y dotadas musicalmente que he conocido”.
La relación entre Gilmour y Waters ha sido tumultuosa durante décadas, con acusaciones recientes de antisemitismo dirigidas a Waters por parte de Polly Samson, esposa de Gilmour. Samson utilizó Twitter para criticar a Waters, calificándolo de "antisemita hasta la médula" y acusándolo de ser un "apologista de Putin", entre otros términos despectivos. Gilmour respaldó las declaraciones de su esposa, afirmando que cada palabra era "demostrablemente cierta".
Waters respondió a las acusaciones calificándolas de "incendiarias e inexactas", y aseguró que estaba evaluando su posición legal al respecto. Estas declaraciones surgieron después de que Waters compartiera sus opiniones sobre Israel y el conflicto entre Rusia y Ucrania en una entrevista con el periódico alemán Berliner Zeitung. En dicha entrevista, Waters comparó al estado de Israel con la Alemania nazi, afirmando que los israelíes están cometiendo genocidio.
En cuanto a la posibilidad de una reunión de Pink Floyd, Gilmour ya había sido tajante al afirmar que no sucederá. En una conversación reciente con ITV News, no tuvo reparo en decir que la gente que espera el regreso de la banda “está soñando”.
“Sigan soñando, no va a ocurrir. Sólo quedamos tres personas y no hablamos ni es probable que lo hagamos, así que no va a pasar”.
La venta del catálogo de Pink Floyd
Las declaraciones de Gilmour se dan en un contexto donde, a pesar de la constante tensión, los miembros de lo que alguna vez fue Pink Floyd lograron alcanzar un acuerdo histórico para vender el catálogo musical de la banda por un total de USD 400 millones de dólares a Sony.
Este acuerdo incluye los derechos de grabación y de imagen, pero no los derechos de publicación. David Gilmour expresó en una entrevista que estaba cansado de las disputas constantes, por lo que este movimiento representaba su libertad como artista.
“Ser libre de la toma de decisiones y los argumentos que esto implica es mi sueño. No me interesa desde el punto de vista financiero, sino más bien salir del pantano que ha sido durante un tiempo”.
Por otro lado, Gilmour ha estado en el centro de atención tras el lanzamiento de su nuevo álbum, ‘Luck and Strange’, el pasado 6 de septiembre, la cual lo ha llevado a estar de gira por varias partes de Europa y Estados Unidos. Durante una presentación en un pub, criticó las prácticas de precios dinámicos en la venta de entradas para conciertos, sugiriendo que las bandas deberían establecer un precio fijo para sus boletos.