Sean “Diddy” Combs enfrenta una ola de demandas por abuso sexual, según anunciaron sus abogados el martes. Tony Buzbee, abogado de Houston, y Andrew Van Arsdale, de AVA Law Group, informaron en una conferencia de prensa que planean presentar al menos 120 demandas en nombre de personas que alegan haber sido abusadas sexualmente por Combs y sus asociados.
Buzbee explicó que muchos de los presuntos víctimas ya han hablado con las autoridades, incluyendo el FBI. La mayoría de estas personas no se atrevieron a denunciar hasta que Combs fue arrestado e imputado por las autoridades federales en septiembre, aunque él se ha declarado no culpable. “Temen represalias en sus comunidades, en sus propias familias y de los perpetradores y sus asociados. Tienen miedo, y con razón, por su seguridad personal”, afirmó Buzbee. “Espero que a través de este proceso, se expongan a muchas personas poderosas y se revelen muchos secretos sucios”.
Los abogados indicaron que más de 3,000 personas se han puesto en contacto con ellos sobre posibles abusos, y ahora representan a 120 acusadores. Las presuntas víctimas provienen de más de 25 estados, siendo la mayoría residentes de California, Nueva York, Georgia y Florida. La distribución de los acusadores es equitativa entre hombres y mujeres, con aproximadamente un 62% identificándose como afroamericanos, un 30% como blancos, y el resto como asiáticos o hispanos.
Buzbee también señaló que al menos 25 de las víctimas eran menores de edad en el momento del supuesto abuso, siendo el más joven de solo 9 años. Este niño fue llevado a Nueva York por el sello discográfico de Combs, Bad Boy Records, para una audición, pero fue abusado sexualmente por Combs y sus asociados en el estudio. Según Buzbee, al niño y a sus padres se les prometió un contrato discográfico.
Las demandas se presentarán individualmente contra Combs y podrían incluir también a entidades corporativas como bancos, compañías farmacéuticas y hoteles que, según Buzbee, se beneficiaron del abuso.
P. Diddy fue detenido el 16 de septiembre de 2024 y acusado de asociación ilícita, tráfico sexual y prostitución. Las autoridades lo colocaron bajo vigilancia por riesgo de suicidio en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, NY, como medida preventiva.
La investigación contra el fundador de Bad Boy Records comenzó después de que su exnovia, Cassandra “Cassie” Ventura, lo acusara de violación y abuso durante su relación de diez años. Aunque el caso se resolvió en menos de 24 horas, el Departamento de Seguridad Nacional abrió una investigación que culminó en una redada en marzo de 2024 en las residencias de Combs en Miami y Los Ángeles.
Durante la operación, las autoridades incautaron armas de fuego, 1,000 botellas de lubricante y otros suministros relacionados con las llamadas “freak offs”, fiestas sexuales intensas y prolongadas que involucraban un uso considerable de drogas y alcohol. Las acusaciones indican que Combs obligaba a trabajadores sexuales, tanto hombres como mujeres, a participar en estas fiestas, las cuales eran grabadas.
Las más reciente demanda viene de una mujer que prefirió mantenerse en el anonimato y adoptar el pseudónimo de Jane Doe. La denunciante, representada por el abogado Joseph L. Ciaccio, afirmó que conoció a Combs en el extranjero en 2020, y que él la invitó a unas vacaciones con todos los gastos pagados. Entre 2021 y 2022, la mujer visitó regularmente las residencias de Combs en Los Ángeles, Nueva York y Miami. Sin embargo, alegó que el rapero utilizaba un lenguaje coercitivo y de acoso para convencerla de acudir, enviando a menudo conductores a su casa para intimidarla.
Jane Doe también declaró que Combs la dejó embarazada, pero sufrió un aborto espontáneo. Antes de este incidente, afirmó que los asociados de Combs la acosaron para que se sometiera a un aborto. Además, en julio de 2022, Combs supuestamente le suministró bebidas alcohólicas adulteradas, obligándola a consumir ketamina y otras drogas, lo que le provocó un desmayo.
La mujer alegó que, tras este incidente, Combs continuó llamándola y enviándole mensajes de texto repetidamente hasta julio de 2024, haciéndola temer por su seguridad. Según su testimonio, el rapero rastreaba su ubicación y monitoreaba sus conversaciones para asegurarse de que no hablara sobre el supuesto abuso.