Desde 2011, Jack y Meg White no habían usado el nombre de The White Stripes en conjunto. Sin embargo, una nueva situación legal los han hecho desempolvar sus famosos trajes rojos y blancos para deslindar su trabajo de la reciente campaña presidencial de Donald Trump. Esto a partir del uso no autorizado de su canción “Seven Nation Army” en un video de campaña.
La agrupación se suma a una creciente lista de artistas que han tomado acciones legales similares contra el candidato republicano de las elecciones presidenciales de EE. UU. en 2024.
Jack White y Meg White acusan a la campaña de Trump de “apropiación indebida flagrante” de su grabación en un video publicado en redes sociales el 29 de agosto.
La demanda, presentada en un tribunal de Nueva York, nombra como demandados a Trump, su campaña y a Margo McAtee Martin, miembro de su equipo.
Los músicos alegan que no se les solicitó ni se les otorgó permiso para utilizar el tema, y que la campaña electoral no respondió a los intentos de resolver el asunto antes de llegar a los tribunales.
El video en cuestión, que ya ha sido eliminado, mostraba a Donald Trump abordando un avión con el riff de apertura de “Seven Nation Army” sonando de fondo.
En respuesta inicial, Jack White advirtió en Instagram sobre una posible demanda, calificando a los usuarios de su música como “fascistas”.
Los White Stripes sostienen una acusación por “daños monetarios significativos” y argumentan que la canción es “una de las obras musicales más conocidas e influyentes de todos los tiempos”.
Además, señalan que ya habían denunciado públicamente el uso de la misma canción durante la promoción de Donald Trump en 2016.
Según el abogado de propiedad intelectual Jason Rosenblum, el uso de música en un video requiere una licencia de sincronización, que generalmente implica una negociación directa con el titular de los derechos de la canción grabada.
“Si la campaña de Trump o quien haya publicado el video no obtuvo esos derechos, los White Stripes deberían tener un caso sólido contra ellos”, comentó.
“Seven Nation Army” fue lanzada en 2003 como parte del álbum Elephant de los White Stripes. La agrupación de rock se separó en 2011, citando la necesidad de “preservar lo que es hermoso y especial sobre la banda” más que diferencias artísticas.
Desde entonces, el tema ha ganado un estatus icónico en la cultura popular y se ha convertido en un himno reconocible en eventos deportivos y otros espacios públicos.
Los problemas por la música en mítines de Trump
Como se mencionó anteriormente, esta no es la primera vez que el expresidente norteamericano enfrenta problemas legales por el uso no autorizado de música en sus mítines o videos de propaganda política.
Artistas como Neil Young, Beyoncé, Foo Fighters y Celine Dion han expresado su desaprobación por el uso de sus canciones en eventos de Trump.
Actualmente, el político conservador también enfrenta demandas del patrimonio de Isaac Hayes y del músico Eddy Grant por razones similares.
La semana pasada, un juez federal en Atlanta emitió una orden que prohíbe a la campaña de Trump reproducir la canción “Hold On, I’m Coming”, coescrita por Hayes.
En agosto, ABBA también solicitó a Donald Trump que dejara de usar sus canciones en eventos, alegando un uso no autorizado.
En respuesta, un portavoz de la campaña afirmó que tenían licencia para reproducir música del grupo sueco a través de un acuerdo con dos grupos de derechos de interpretación.
Los abogados de Trump han invocado la defensa de uso justo en algunos casos, argumentando que la reproducción de las canciones no tiene un propósito comercial y que su mensaje satírico no altera el significado de las canciones.
La campaña de Trump no ha respondido inmediatamente a las solicitudes de comentarios sobre la demanda de los White Stripes.
El abogado Ronald Coleman, que representa a Trump en este asunto, se abstuvo de hacer comentarios, pero indicó que los demandados aún no han sido notificados oficialmente de la demanda.
En 2020, docenas de músicos de renombre, incluyendo Mick Jagger, Lionel Richie, Sia y Lorde, firmaron una carta abierta dirigida a los comités nacionales de campaña de ambos partidos principales, solicitando que los candidatos busquen permiso antes de reproducir su música en eventos públicos.