Demi Moore, artista de amplia carrera en Hollywood, reflexionó sobre las críticas que recibió por sus papeles en las películas Striptease y Hasta el límite (G.I. Jane) en los años noventa. La actriz se sinceró sobre el efecto que estos roles tuvieron en su carrera y la percepción pública de su trabajo.
Según contó a Variety, Moore se sintió juzgada luego de participar en los filmes que aceptó cuando vivía su era de mayor popularidad.
“Hice Striptease y G.I. Jane una tras otra. Si algo en esta industria ha estado en mi contra, fue tener esas dos películas estrenándose al mismo tiempo y convertirme en la actriz mejor pagada además de eso”, expresó la estrella.
En el primer filme, la historia se centraba en una mujer que recurre a convertirse en bailarina exótica para ganar dinero y luchar por la custodia de su hija. Por otro lado, Hasta el límite (1987) presentaba a Moore como Jordan O’Neil, la primera mujer de una unidad especial (SEAL) de la Marina de los Estados Unidos que logra superar un duro entrenamiento contra todo pronóstico y prejuicio de sus colegas.
“Ese momento fue muy poderoso para mí porque no se trataba solo de mí; se trataba de cambiar el campo de juego para todas las mujeres”, afirmó. Aunque intuía que dichas historias darían que hablar, su recepción no fue la esperada.
Moore recordó que se enfrentó a reproches contradictorios. “Porque estaba interpretando a una stripper, traicioné a las mujeres. Y porque interpreté a una soldado, traicioné a los hombres”, explicó sobre la doble crítica que recibió.
Ello en conjunto se tradujo a una narrativa que menospreciaba su trabajo y el por qué se había convertido en la actriz mejor pagada de la época. “[Decían] Bueno, solo le están dando esa cantidad porque está interpretando a una stripper. Me golpeó muy fuerte”, confesó. “Al mismo tiempo, entendí que cualquiera que dé el primer paso va a recibir el golpe. Eso aplica para cualquiera que desafíe el statu quo”.
A pesar de las críticas, Moore no se arrepiente de haber asumido estos roles. Cuando se le preguntó si volvería a hacer estas películas, respondió: “Oh, definitivamente. Me dieron mucho. Eso es, en última instancia, todo lo que tengo, mi experiencia”.
Décadas después, la actriz conecta su vulnerabilidad personal en uno de sus roles mejor valorados por la crítica. Demi Moore da vida a la protagonista de La sustancia (The Substance), filme dirigido por Coralie Fargeat que aborda crudamente el envejecimiento, la obsesión con la juventud y las expectativas sociales en Hollywood.
“Aunque está enmarcada en torno a las mujeres, realmente sentí que era algo con lo que todos podíamos relacionarnos como seres humanos: la sensación de ser descartados, pasados por alto. Una falta de apreciación por quienes somos”, explicó la actriz.
La sátira de terror, que fue proyectada por primera vez en el Festival de Cannes, recibió una ovación de pie de 11 minutos. Actualmente presume una sobresaliente calificación de 92% en Rotten Tomatoes.
Moore encarna a Elizabeth Sparkle, una famosa celebridad que llega a ser despedida de su programa al ser calificada como “demasiado mayor” por un productor. En medio de su crisis, encuentra una sustancia innovadora que promete convertirla en una mejor versión de si misma (Margaret Qualley).
“La película plantea una idea importante: cuando persigues algo que crees que es mejor, corres el riesgo de perder lo que tienes”, afirmó la figura de Ghost: la sombra del amor.
La preparación para este papel fue intensa y personal. Moore compartió con Variety que le entregó a la directora una copia de su autobiografía antes de su primera reunión. “Se la di como una forma de conocerme: mi experiencia con mi cuerpo y el valor que le daba a este. La tortura personal que me infligí. Todo eso pareció conectar con ella a lo grande. Ella sabía que yo realmente entendía quién era el personaje”, reveló Moore.
La sustancia llegará a cines de Argentina y México el 19 de septiembre, y estará disponible en Perú el 26 de septiembre.